domingo, 3 de febrero de 2008

LA TIERRA EN ASCENSO

TIERRA EN ASCENSO
Un tratado ilustrado sobre la ley que gobierna los sistemas enteros
JOSÉ ARGÜELLES , Ph. D.
Con prefacio de Charles T. Tart
Traducción del Dr. Rodrigo Alarcon L., M.D.

CONTENIDO
Contenido.
Presentación del Traductor - Editor.
Prefacio a la edición en Español.
Prefacio por Charles T.Tart.
introducción a la segunda edición
PARTE 1: La Geomancia es a la Historia, lo que la Gramática es al Lenguaje.
Dos ensayos introductorios
I - Las raíces de la Unidad. La Geomancia y el Orden Mundial
II -De la Geomancia a la Holonomia. El descubrimiento del Banco Psi., la Investigación de la Historia. La Educación Holonómica. Arte, Ciencia y Orden Sagrado.
PARTE II : Los Mapas
I. La Naturaleza se Presenta a si Misma
Preludio : El Código, La Clave, El Modelo
1-La Matriz del Banco Psi,. La Urdimbre que demuestra el Patrón estacional polar de cuatro pliegues de la Triple Configuración Binaria.
2-La triple Configuración Binaria- El Código y la Clave
3-M4-La Matriz del Banco Psi como resonancia Binaria de los Cinturones de Radiación.
5-Carta del flujo Geomántico y el Modelo de Anillos Psi Evolucionados.
6-Cerebro Holonómico y Demostración de la Circulación Psi, dentro del campo Electromagnético.
7-El I-Ching como Descripción de la Matriz del Espacio- Tiempo Holonómico y como Descripción del Código Genético.
8-Ejemplo de Transmisión Psi casual. El Cuadrado Mágico de Ben Franklin ,con un arreglo de Ocho y un Pulso de 260.
9-El Tzolkin, la Versión Maya del Calendario Sagrado escrito en anotación matemática Binaria con los Gliflos de los días Mayas.
II. El hombre Aprende de la Naturaleza
Preludio : Del Afinamiento Primario a la Elaboración Psicosensorial.
10-El Movimiento Rítmico del Calendario Sagrado como patrón de Afinamiento Primario.
11-La Camisa del Shaman y el Árbol de la Vida. Interpretación del Hombre y la Naturaleza.
12-Templete de Afinamiento Aboriginal.
13-Afinamiento Primario y Geomancia.
14-El Modelo holonómico de Conocimiento.
15-El Mapa de campo Sinestetico o una Historia de los Sentidos.
16-Onda Retroalimentadora Psicogenetica
III. El Hombre Transforma la Naturaleza
Preludio : De la Historia , la Armonía y la Recolección Holonómica.
17-El pulso Binario de la Historia.
18-La Matriz Holonómica del Espacio -Tiempo de la Historia Global y el Pulso Binario del Desarrollo Psicocultural.
19- Pulso Binario del Desarrollo Psicocultural.
20-Placas Tectónicas mostrando El Surgimiento de los Pulsos/ Puntos de la Civilización Global.
21-Los 7 Prístinos Pulsos de Civilización.
22-La Civilización Global, El Flujo Geocronológico: La Octava.
23- El Flujo Geocronológico :La Clave Cromática.
24-Placas Tectónicas y la corriente de civilización con las placas de Memoria Estacionales del Banco Psi.
25-Un Mapa del Mundo Posthieratico mostrando las cuatro placas del Banco Psi y las 8 Divisiones Estacionales.
26-Flujo clave Civilizacional Hierático del Banco Psi.
27-Carta Flujo Geocronológica Psthieratico del Banco Psi.
28-Campo Magnético de la Tierra.
IV. La Naturaleza Evalúa la Transformación del Hombre
Preludio : El Banco Psi y el Código de la Historia.
29-El Banco Psi Mostrando los 4 cuadrantes, 8 placas de Memoria Estacionales y 24 Membranas Nimboideas Psionicas.
30-El Ciclo de Manchas Solares Generando las Auroras y la Actividad del Banco Psi como Código Calendarico Sagrado.
31-Ciclo Binario de manchas Solares Manifiesto como Matriz Calendarica Bipolar del Banco Psi.
32-Decodificacion de Banco Psi. El Cuadrado Mágico de 8 de Ben Franklin como Pulso de 260 y el Calendario Sagrado Maya.
33.El Patrón Flujo de la Matriz Psi como el Templete de la Transformación Psicocultural Demostran-do los 8 Estadios de la Recolección Holonómica.
34.El Cuerpo Calloso de la Historia y el Templete Binario Radiosónico.
35.El Código de la Historia como la secuencia de la Transformación Biopsíquica (64 Estadios)a tra-vés de los 8 Estadios de la Recolección Holonómica.
36.El Patrón del Campo Holonómico : 64 en secuencia Numérica , Anotación Maya.
37.La Trama del Banco Psi como el Código de la Historia en la secuencia de la Columna Mística.
38.La Trama del Banco Psi como Patrón Matriz para el Arquetipo de la Historia como Mito: La ser-piente Emplumada Arco Iris (Quetzalcoalt / Kukulkan)
V. Síntesis del Hombre y la Naturaleza.
Preludio : Ciencia Antigua, Magia Futura.
39- Patrón del campo Holonómico: Arreglo de 8, Pulso de 260.
40- Patrón del Campo Holonómico: Modelo primario del campo resonante como las Galaxias Giros-cópicas.
41-El Campo Psi como la Matriz de la Visión
42-La trama del Banco Psi y la Urdimbre Holonómica.
43-La Clave del flujo del Banco Psi: 2 Templetes, 4 Placas de la Columna, 8 Placas Estacionales, 24 Membranas Nimboideas, 64 Unidades de la Matriz Psi, 260 Unidades Psicrono por Placa Estacional, 2080 el Total de las unidades de la Trama de la Matriz Psi.
44-La Matriz Psi como el Templete radiosónico y el Templete Radiosónico como el Templo del Hom-bre, mostrando los 5 Centros de Activación Biopsiquica.
45-Carta de Activación Cromocelular Psicogenética.
46-Trama del Banco Psi :Código Cromático.
47-Las Cuatro Casas del Arco Iris del Sol, los Cuatro Ríos de la Vida.
48-El Patrón de Campo Holonómico :Configuración del Circuito Polar Binario de 16 Partes.
VI. CONCLUSIÓN : Para Cruzar la Gran Agua de la Historia.
Preludio al Mapa 49.
49- Revolución, Postludio.
50-Sinergía y Holonomia.
I- Apéndices.
II. Reporte del Arte Planetario.
Los Cuadrados Mágicos de Ben Franklin y la Polaridad Cruzada.
III- Templete Formula Holonómica.
Reconocimientos.
Datos Biográficos.
Bibliografía.
Agradecimientos.

PRESENTACIÓN DEL TRADUCTOR Y EDITOR
Desde que llego a mis manos este libro la Tierra en Ascenso en ingles por allá en el año 1990-1991, al hojearlo me llamo la atención y me dije: es una lastima que no exista en español. Ya a fines de 1993 tome la decisión de traducirlo al español, trabajo que inicie a principios de 1994, a pesar de que tenia duda acerca de si ya estaba publicado en algún lugar.
Cuando viene José y Lloydine Argüelles a Colombia nos entrevistamos con el y al verificar que no existe edición española del libro continuamos con dicha tarea, y ya en Octubre de 1994 le entrega-mos el borrador de nuestra traducción, la cual le pareció a José Argüelles muy buena y muy fiel a su pensamiento, por lo que nos permitió su publicación, lo cual se ha dificultado hasta ahora por pro-blemas económicos, ya que, por contener 50 mapas complicados, se hacia costosa la edición y por haber decidido hacer antes la edición del libro “Un Tratado del Tiempo”, también de José Argüelles, y traducido por nosotros en el Centro Tzolkin en 1995.
El participar con José en el periplo de la “Tierra en Ascenso” o el Tratado de los sistemas enteros, nos ha abierto de una vez los ojos hacia la visión holística planetario-cósmica.
A través del estudio concreto de la historia del hombre en este plano, allí encontramos desde las raí-ces de la civilización humana, el proceso vivido desde el estadio inicial emergente aboriginal hasta el predominante materialismo del estadio de la global industrialización de hoy, que ira dando paso al estadio violeta de la era radiosónica, en que se aspira a la iniciación de la síntesis del hombre y la naturaleza intentando la reconciliación con ella.
Es un tratado en que ninguna ciencia esta ausente y en el que se descubren con atenuaciones que provee el sistema holonómico del que hacemos parte, aunque en forma inconsciente y hallamos también allí, magistralmente expuestas y explicadas, las correspondencias de variadas huellas de la ciencia y el pensamiento humano, muy distantes en el tiempo , como el Y Ching , el cuadrado mágico de Ben Franklin y el código genético y los cinturones de radiación de Van Alen, el Calendario Sagra-do de los Mayas Tzolkin, expresiones concretas, dentro de una visión geomantica, de la constante Triple Configuración Binaria, que nos lleva al reconocimiento de la Biosfera-Noosfera o Banco Psi, como el cuerpo mental del planeta que evoluciona a la par y según nosotros evolucionemos. Esta interdependencia geomantica cielo-tierra-hombre queda allí finalmente expresada, tomando en cuen-ta las raíces aboriginales shamanicas como los mas modernos aportes hechos por la ciencia moder-na: astrofísica, meteorología, genética, etc.
A través de esta obra rica en contenidos históricos , artísticos , filosóficos esotéricos, José Argüelles logra mostrarnos la relación existente entre los sistemas cósmicos, planetarios y extraplanetarios, de donde logra catapultarnos hacia la vivencia de un próximo periodo de postmodernismo llamado la era radiosónica, en la que el hombre descontamina la tecnología y se orienta hacia la vivencia del a ar-monía planetaria.
Todos los principales aportes de este libro tienen especial vigencia hoy, cuando se ha realizado el Primer Congreso Planetario de los Derechos Biosféricos en Brasilia en Marzo de 1996 (dirigido por José Argüelles) de donde ha surgido la “Universidad Invisible” para el desarrollo del “Curriculum ético de la Tierra”, como centro del programa de la “Primera Paz Mundial”(1996-2000). Además, porque en el proyecto Rinri, emanado de dicha Universidad Invisible, se plantea el corolario práctico trascen-dente y vivencial de los conocimientos trasmitidos en este libro, en relación a la transición de la bios-fera- noosfera, los ciclos de manchas solares que la rigen, las placas estacionales ,la interacción bi-polar , la Dirección Galáctica, la rejilla galáctica del Tzolkin, que tienen que ver esencialmente con la tarea del momento, o sea, la creación del “Magneto-Puente bipolar de la Existencia”, clave para el desarrollo de la telepatía planetaria con bases en la Torre y el Cubo de la Ley del Telektonon, que harán posible la “Redención “Planetaria” o “alcanzar la Gloria” o sea “el cielo en la Tierra”.
De lo anterior se deduce que hoy es fundamental la lectura del libro “La Tierra en Ascenso” para po-der participar con mas conocimiento en ese excepcional experimento de la creación del “Magneto-Bipolar Telepático de la Existencia” que engloba al planeta y su biosfera-noosfera. Allí tomaran senti-do práctico las correspondencias planetario-cósmico-galáctica del código genético, el Y Ching, las manchas solares binarias, el calendario o rejilla galáctica-Tzolkin y el cuadrado mágico de Ben Fran-klin, como simples testimonios galácticos, que puntualmente han sido dejados entre nosotros en dife-rentes épocas y que representan meras claves o guías para nuestro devenir trascendente y el de nuestra amada Gaia.
Dentro del hacer de José Argüelles en el tiempo galáctico, nos damos cuenta como se trasciende la linealidad del acontecer, y cualquier aportación se ubica dentro del eje del eterno presente. Así es como este libro , escrito en 1984, no fue un mero prolegómenos, sino que tenia implícito como parte de un hacer holístico la Impronta Profética que es lo que informa todo el proceso de José Argüelles, desde su primer trance en la pirámide de Teotihuacan hasta los mensajes que trasmite hoy.
En fin, espero que el lector disfrute como este servidor lo ha hecho, sumergiéndose raudo en las aguas profundas de este tratado de los sistemas enteros, y al terminar , concluya también como este servidor extasiado “pero si es verdad que todo esta ligado a todo con un orden sorprendente. ¿Cómo no me había percatado?”.
nuestra madre Gaia, nos necesita en forma urgente, y no hay mucho tiempo. Ella puede acelerar su ascenso con nuestro concurso, si sabemos alinearnos con ella y entrar en comunicación con ella a través del gran Puente Magnético Bipolar.
Nuestro destino es ubicarnos en el eje del eterno presente y así unirnos con la totalidad, es decir, restaurar el orden sagrado. En forma simple y practica este seria el mensaje de la “Tierra en Ascen-so”.
Rodrigo Alarcon López.
Traductor-Editor.


PREFACIO A LA EDICIÓN EN ESPAÑOL 1996 HOLONOMIA: PLAN DIVINO, PLANETA DIVINO
“Y todo lo que nosotros te relatamos
de la historia de los Mensajeros,
es para fortalecer tu corazón:
Y con esto ha venido a ti la verdad,
Y una amonestación y un recordatorio para los creyentes”.
Sagrado Corán - Sura XI, 120
Han pasado diez años desde la aparición de la primera edición de la Tierra en Ascenso (1984) y seis años de la segunda edición (1986). Ahora viene la tercera edición con una traducción al español , en los diez años desde la primera edición, la población humana del planeta se ha incrementado en otros mil millones con la no prevista disminución en la explotación de la bomba de población humana. El fin de la Guerra Fría en 1989 puso en tregua muchos de los temores de un Armagedon nuclear. Sin em-bargo la amenaza nuclear permanece en muy diferentes formas, de ninguna manera al menor de las cuales es la eliminación de desperdicios radioactivos de las crecientemente obsoletas plantas da poder nuclear o submarinos nucleares que agrietándose se abren sobre el fondo del psicoceano.
Es claro que aun con el fin de la lucha entre las dos “Supera Potencias” de la Guerra Fría, la voluntad colectiva de la raza humana ha sido incapaz de dar origen a su propia presentación con la visión de un mundo verdaderamente en paz. En vez de ello, la mas virulenta forma de materialismo despoja ahora la biosfera planetaria. Este es el materialismo comercial dominado por la filosofía de “es tiempo de dinero”. Con esta filosofía la amnesia holonómica es triunfante , incapaz de tratar con los desper-dicios producidos por el consumismo a lo ancho del planeta, la biosfera ha alcanzado su máxima toxicidad, mientras la civilización humana esta hundida en una bancarrota moral sin precedentes.
De acuerdo a la Ecuación Holonómica, la totalidad de la amnesia holonómica dispara el cuarto esta-dio “La naturaleza evalúa la Transformación del Hombre”. En términos religiosos tradicionales, el genero humano ha llevado a cabo su propio “Día del Juicio”. La separación de los injustos de los ím-probos esta ocurriendo ahora, el viejo orden de la civilización global industrial con todas sus institu-ciones sostenidas por los dos pilares de creencia , el nacionalismo y el dinero, pronto se irán. Que tomara el lugar de este vasto conglomerado de tierra desolada de concreto y plástico?. Como será restaurada la biosfera?.
Estuvimos tratando de responder estas preguntas por medio de la razón o de las herramientas de la lógica y la técnica que están ahora disponibles para nosotros nuestra suerte seria desesperación y ruina. En esta óptica la Tierra en Ascenso nos permite elevarnos al nivel de la visión y de la revela-ción, porque solamente con el poder de la visión y la divina revelación podemos nosotros ver nuestro pasado el “Día del juicio”.
En la frase precedente de la Ecuación Holonómica “El hombre transforma la Naturaleza” que incluye todo el panorama de 5000 años de la historia de la civilización humana , tres nombres se destacan Buda, Cristo y Mahoma. El único poder de la visión espiritual y el apremio para la forma moral que animo a estos tres hombres deben ser ahora reexaminadas a la luz del materialismo ciego y rampan-te que dirige los deseos fundamentales del género humano hoy, fueron las vidas y mensajes de es-tos tres apóstoles para nada?. Cada uno produjo una visión de universalidad trascendiendo la casta, clase, la nación y el idioma. No necesitamos una visión tal hoy?.
En el sagrado Corán relatado por el Profeta Mahoma, Dios habla de los sucesivos estadios de reve-lación y de los muchos mensajeros de la verdad en todo el tiempo y para todos los pueblos. De este modo podemos ver que Buda conmemora el primer estadio de la revelación divina para toda la hu-manidad. Cristo el segundo estadio y Mahoma el tercer estadio . el primer mensaje es para conocer tu mente y controlar tu ego, el segundo mensaje es el de que el amor conquista todo y el tercer, y final mensaje, es el de que hay solamente un Dios.
Para una especie que insiste es su derecho de ser neurótico , a defender contradictorias creencias y a usar los recursos naturales en la forma que le plazca, el mensaje de tres pliegues de la divina reve-lación que trasciende la historia humana es mas vital que nunca. Siendo una manifestación de la frecuencia de tiempo 13:20, dejada en glorioso detalle matemático en los templos de piedra de los Mayas, la Tierra en Ascenso participa en el cuarto estadio de la revelación de la historia humana, la divina revelación del tiempo. Es la divina revelación del tiempo lo que unifica los tres previos estadios y voces de revelación.
Mientras las pistas para la revelación final de la historia humana fueron colocadas en su puesto en el año 692 DA, en el Templo de las Inscripciones , México, siendo profética en naturaleza, el momento de esta final revelación es ahora. Para mi mismo como uno de los agentes de esta revelación la Tie-rra en Ascenso, representa tanto el estadio de iniciación como el estadio de finalización para enten-der la revelación del tiempo.
Lo que la Tierra en Ascenso describe es la actividad de una ley que gobierna la unidad de toda la creación con respecto al crecimiento orgánico de loa humanidad dentro de la biosfera. Porque de su propia historia cósmica ahora perdida, la masa genética de la raza humana cometió un error en el tiempo. La humanidad esta ahora pagando un precio por este error.
Desde la Tierra en Ascenso en 1984, mis investigaciones me llevaron plenamente al laberinto del tiempo Maya. Los resultados fueron El Factor Maya en 1987 y luego en 1989, el descubrimiento de la naturaleza de las frecuencias que miden el tiempo. Con mi esposa y compañera, Lloydine, hicimos el descubrimiento de la frecuencia artificial del tiempo 12:60 y la frecuencia contrastante del tiempo na-tural terrestre-galáctico 13:20. Durante todo el estadio “El hombre Transforma la Naturaleza”, la hu-manidad se ha subordinado a la frecuencia de tiempo artificial 12:60, calendario irregular de doce meses , hora mecánica de 60 minutos. Los resultados de hacer de esta frecuencia 12:60, el estándar de la civilización global-industrial pudo solamente producir el efecto del presente momento “Día del Juicio”, una especie en una condición de amnesia holonómica fuera de control.
La cuarta divina revelación de la historia humana, la revelación del tiempo, se ha manifestado ahora. En 1991, produjimos las pruebas matemáticas del tiempo natural, cuatri-dimensional
13:20, en la forma del Encantamiento del Sueño. La jornada de la Nave del Tiempo Tierra 2013. In-corporando el mensaje profético de los Mayas, los códigos del Encantamiento del Sueño son un len-guaje universal que transciende la cultura sectaria. En 1993-94 vino el Telektonon “El tubo por el que habla el Espíritu de la Tierra”, la revelación del Cubo de la Ley, y del circuito telepático subyacente en el calendario de 28 días-13 lunas. Este calendario esta matemáticamente inscripto en la triple confi-guración binarias (Mapa Nº 2)”la estructura resonante primaria común a todos los procesos y siste-mas... la forma visible del código cósmico”.
La revelación del Telektonon -Calendario de Trece Lunas”ha generado ahora un plan de paz para asistir a la humanidad en el cruce del “cuerpo calloso de la historia”. Será o no capaz la humanidad de pararse en su impulso desolador tóxico autodestructivo, queda por verse. Lo que es claro es que existe el descuidado saqueo de la humanidad de la biosfera, que el orden divino existe y que un nue-vo tiempo esta presente. Quizás será solamente los herederos sobrevivientes de una gran catástrofe. “El Día del Juicio”, quienes entenderán finalmente y recibirán la divina revelación del tiempo. En todo caso, el legado ha sido preparado y la Tierra en Ascenso es el instrumento de la noósfera. Las bue-nas nuevas de acuerdo a la profecía del Telektonon de Pacal Votan, 631-683 DA. , es que la transi-ción biosfera-noósfera sería completada en el milenio 2000 DA.
Cuando recibí y escribí la Tierra en Ascenso escrupulosamente evite el uso de la palabra Dios. En la presentación de los trabajos reales de la Ley de la Holonomia, quise evitar todo recurso a algo que no fuera un firme y lógico entendimiento de esta Ley. Después de escrito eso yo he dado fe de la total falla moral de la especie a través de sus instituciones y leyes humanamente ordenadas. Un co-rolario que he deducido de mi testimonio es que habiendo abandonado al Dios viviente como la abso-luta y única autoridad y sumergiéndose plenamente en la frecuencia del tiempo 12:60, la humanidad se ha colocado en su actual situación irredimible.
A pesar del desorden de la humanidad, el universo esta aún gobernado por una ley. Si solamente hay una ley que gobierna todos los aspectos de la creación, la Holonomia, hay solamente un Dios, un divino principio guía y omnipenetrante de inteligencia, y un divino plan universal. La revelación divina del tiempo 13:30 es el último estadio de revelación de esta ley y de este plan para nosotros mismos y nuestro planeta. Permanece indiscutiblemente como verdadero que el camino para todo futuro es-fuerzo en la participación en el plan de Dios es someterse uno mismo por completo a la voluntad de Dios. Este es el comienzo del conocimiento y el correcto entendimiento de nuestra libre voluntad.
Un ulterior corolario a la Holonomia, la única Ley divina que gobierna toda la creación, es que si hay un plan divino este es un planeta divino. Los dolores del paso de un estadio de ilusión al de desilu-sion, y finalmente, viendo la verdad pueden ser horrendos cuando el mundo completo es el estadio. Pero la iluminación de la verdad cuando finalmente estalla, como el Sol se asoma sobre el horizonte, es siempre glorioso y lleno de divina compasión. Si, habrá un retorno al orden sagrado.
Este orden nos espera y somos nosotros quienes debemos entender de nuevo lo que significa vivir en un modo sagrado en afinación y en tiempo con la Tierra y toda la naturaleza.
José Argüelles Ph.D.
Sur América, Medellín Colombia.
Kin 41, Dragón Lunar Rojo.
Luna lunar 25, Segundo Año de Profecía.
Luna Lunar Roja
INTRODUCCIÓN A LA SEGUNDA EDICIÓN EN INGLES
Es característico del proceso visionario que un libro o visión puede aparecer antes de su tiempo. En el alambique -el fogón alquímico interior- de la psiquis visionaria, ciertos procesos pueden necesitar ser destilados mientras otros pueden cuajar. Para la cotidiana consciencia del visionario estas ocu-rrencias pueden ser inconscientes, misteriosas o ambas. Sin embargo, el visionario actúa de acuerdo a una moralidad que presiona hacia adelante a pesar de una plena comprensión. Esto es porque la cotidiana consciencia del visionario puede estar aún anclada en una versión pasada de las cosas, mientras la información que esta siendo destilada en el alambique de la psiquis del visionario puede tener su origen en algún punto futuro o dimensionalmente distante. En realidad, puede ser para ven-taja de la información que esta siendo procesada aunque la cotidiana consciencia del visionario ten-ga pequeños indicios de la fuente o el completo significado de la información que él o ella estén pro-cesando. Todo lo que se requiere es fidelidad al patrón o diseño de la información. De este modo la pureza del información se mantendrá. Lo que estoy describiendo es, en retrospectiva, el proceso y la aparición de la Tierra en Ascenso: Un tratado ilustrado sobre la ley que gobierna los Sistemas Ente-ros, que fluyen en un período de seis mese entre enero y julio de 1983. Apareciendo en imprenta en julio del 1984, sale de ella un año mas tarde. Algo familiar con el Factor Maya: un camino mas allá de la Tecnología. Publicado en la primavera de 1987. Rápidamente hará que este último libro realmente provea el contexto para el primero. Dando una completa descripción del Tzolkin, el Código Calendá-rico Galáctico de los Mayas que es también la unidad clave informática y armónica del banco psi o campo de memoria planetaria. El Factor Maya es esencial para el contexto de la Tierra en Ascenso. Por lo demás, describiendo los procesos que conducen al cambio crítico planetario de la Convergen-cia Armónica, el Factor Maya ha ayudado a dar forma a ese salto en la consciencia que ahora hace de un manual de diseño planetario como la Tierra en Ascenso un deber para visualizar el campo evo-lutivo de la tierra en relación al todo galáctico. La reaparición de la Tierra en Ascenso en 1988 cum-ple el marco de tiempo de R. Buckminster Fuller, declarado en 1978 : que si una revolución del dise-ño no fuera completada dentro de 10 años se convertirán en un velo para la humanidad - y el plane-ta- . no es solo la Sinergética de Fuller lo que la Tierra en Ascenso induce en su perspectiva de dise-ño, sino también el texto maravilloso de Walter Rusell, el Uno Universal, como también la Hipótesis de Gaia de James Lovelock y Una Nueva Ciencia de la Vida de Rupert Sheldrake. Entretejiendo bio-logía y matemáticas en un modelo planetario unificado, y llevando el trabajo de estos pensadores en su despertar, la Tierra en Ascenso anuncia la manifestación del nuevo paradigma, el paradigma del campo resonante.
La primera premisa de este paradigma afirma que todo está en resonancia y que la naturaleza prima-ria de la realidad es resonancia-frecuencia vibracional- y no materia. Así , el nuevo paradigma tras-ciende de un golpe el modelo materialista atomista Newtoniano. Como paradigmas van, así hacen caminos de vida y civilizaciones enteras. Si el modelo Newtoniano ayudó a contribuir a una civiliza-ción global fantástica de materialismo y guerra, el nuevo paradigma contribuirá a una civilización in-terplanetaria de armonía y a un potenciado metafísico multidimensional no soñado en la antigüedad.
La más grave limitación de la ciencia Newtoniana, y la que da cuenta finalmente de sus tendencias autodestructivas, fue su exclusiva , unidimensionalidad materialista. El nuevo paradigma hará posible la participación en campos de realidad largamente excluidos del conocimiento “normal” por la institu-cionalización unidimensional de la razón. Por esta vía no solo podremos nosotros dar fe del retorno de lo sagrado a la vida diaria, sino de la pur
ificación de los hábitos que nos han mantenido esclavizados en un estilo de vida descuidado y ruido-so que poco nos ha dado para elevarnos espiritualmente. Como rápidamente esta llegando a ser evidente, la relación entre nuestra baja de la realización espiritual, nuestra ciega aceptación de la unidimensionalidad y nuestra degradación del entorno, son de una sola pieza. Así, más adelante en nuestro empeño para la siguiente generación está la purificación y regeneración de la Tierra- un compromiso colectivo hacia una Tierra en Ascenso.
Esta lleva a la premisa segunda u holonómica del modelo de campo resonante: que todo es gober-nado por una sola ley que da cuenta de la coexistencia de diferentes campos, cada uno funcionando como un sistema reflexivo total de todos los otros sistemas enteros, no importa en que escala o di-mensión-. Desde esta perspectiva, la Tierra es el sistema total inmediato del cual cada uno de noso-tros es un holograma. Por supuesto, cada uno de nosotros es un holograma de la especie humana total, cuya totalidad representa la membrana atmosférica sensoneural del planeta. En este modo de ver las cosas tenemos un cambio fundamental de la visión del viejo paradigma que afirmaba la pre-sencia única del género humano en el universo y que al mismo tiempo proclamaba a la humanidad como el supremo gobernante de la Tierra. Desde la perspectiva holonómica del modelo de campo resonante, ya que la inteligencia es una propiedad universal, la humanidad no es única, y realmente es la Tierra en resonancia galáctica, la que esta evolucionándonos y no al revés.
Siguiendo la purificación de los efectos del viejo orden, organizada como una Campaña por la Tierra, y respondiendo a los llamados del Banco Psi o más alta consciencia del planeta, la humanidad se embarcará en su siguiente misión: la preparación de la Tierra para la conexión galáctica.
Es a la luz de esta misión que la Tierra en Ascenso aparece como un manual y libro de trabajo en el campo de la maduración del diseño planetario. Pocos indicios pueden ofrecerse, si el planeta es un holograma, modela tanto el proceso solar y el galáctico como aún, es en sí y de sí mismo, su propia totalidad. Así, si el programa del Banco Psi puede ser visto emanando de sus dos polos, así también puede el mismo programa ser visto emanando fuera de su núcleo cristalino resonante. Como un campo resonante unificado integrando circuitos electromagnéticos, biopsíquicos y gravitacionales de un principio universal de diseño, la Tierra es en realidad un radioreceptor, transformador y transmi-sor. A lo que nos referimos como geomancia es al acto de balancear la energía recibida y trasmitida a puntos claves en la superficie del planeta. Mientras más pronto entendamos la realidad y las impli-cancias de este proceso, más pronto podremos expandirnos hacia un manejo práctico de la nave espacial de la Tierra y el correcto reordenamiento de la sociedad sobre una base natural y galáctica. Pagando tributo a los pioneros del paradigma del campo resonante y en el interés de la nueva armo-nía planetaria, también me gustaría mencionar la contribución Soviética. Once años antes de la pri-mera publicación de la Tierra en Ascenso, el científico soviético I. Laptev, publico su texto visionario de transformación “El planeta de la Razón”.
Como Laptev demuestra, no fue Teilhard de Chardin quien acuño el término Noósfera, sino el discí-pulo francés poco conocido de Henry Bergson, Eduard Leroi. Ni fue Teilhard de Chardin solo quien primero entendió las plenas implicancias de la Noósfera – el término precursor para el Banco Psi. Fue el biogeologo soviético V.I . Vernadsky, en numerosos trabajos incluyendo Ensayos Biogeoqui-micos, la Composición Química de la Biosfera de la Tierra y su entorno , y la Introducción a la Geohi-giene. Tan temprano como en 1940, quien uso este término, por tanto tiempo exclusivamente aso-ciado con Teilhard de Chardin. En verdad, Vernadsky y su discípulo Laptev ingeniosamente mues-tran como la dialéctica Marxista prepara el camino para el retorno del genero humano a una natura-leza consciente, espiritualizada,- el cuerpo mas grande de la humanidad. Como Laptev declara en el ultimo capítulo, es el futuro de la naturaleza, lo que contiene el futuro del género humano y no al re-vés.
Usado como un libro de trabajo al lado del Factor Maya, la Tierra en Ascenso muestra el principio de diseño operativo universalmente inteligente que opera a través de nuestro campo planetario tan bien como en sus particularidades históricas . así, en relación al Factor Maya, la fase histórica, “El Hom-bre transforma la Naturaleza” se refiere más específicamente al Gran Ciclo de 5200 tun / 5125 años. Al mismo tiempo, ya que los fundamentos de la Tierra en Ascenso son holonómicos, inclusive de otros tiempos y dimensiones, el lector y quien utilice este texto es estimulado no solamente a encon-trar aplicaciones para estos fundamentos en la informacion corriente y en las presentes tecnologías psicosolares en desarrollo, sino a través de ellas, para descubrir y abarcar la existencia de otras civi-lizaciones incluyendo la atlante y la intergaláctica. Estableciendo así, tanto las propiedades de la re-sonancia universal como los componentes del diseño de nuestro planeta en relación a los campos solar-galácticos, la Tierra en Ascenso podría también revelarse así misma como un tratado elemental para la creación de esos puentes de comunicación interdimensional de sintesis y sinestesicos entre nosotros mismos y la gente de las estrellas.
Puede esta nueva edición de la Tierra en Ascenso inspirar y evocar al genio del planeta para cantar y para hablar con su voz a través de estos canales receptivos de la raza humana cuyo destino es guiarnos hacia las estrellas!
Ofrecido en el espíritu de la compasión universal y el amor incondicional.
José Argüelles, Ph.D.
1 Manik 18 Cumhu.
El año Oriental 7 Muluc ,Julio 19 de 1987.
Columna Mística 105 Oeste,
Sector de Montañas Rocosas, Placa Norteamericana.
PREFACIO
La gran tragedia de los tiempos modernos es la excesiva fragmentación de nuestro conocimiento . inundados y confundidos por trozos y piezas fascinantes y espantosos vagamos y sufrimos por que no entendemos quienes somos, donde estamos y por que estamos. El valor “existencial”en un uni-verso sin sentido o el valor “científico”de mente estrecha en un universo muerto son pobres sustitutos para una visión comprensiva, respetuosa de la vida y sensible de nuestra identidad, nuestro mundo y nuestro propósito.
Podrá la Gran Ciencia darnos la visión integrada del mundo que necesitamos? Desafortunadamente la mayoría de los científicos son realmente solo técnicos que elaboran pequeños fragmentos de rea-lidad. Necesitamos un “visionario”. La mayoría de la gente llamada “visionaria” son fanáticos, los cua-les han llegado a ser hechizados por una prequeña porción de la totalidad y equivocadamente lo ex-plotan en cósmicas proporciones .
necesitamos los desafíos de la totalidad que vienen de visionarios competentes, gentes que tanto han profundizado como ampliado, alentados por un amor por la vida.
José Argüelles es uno de esos tatos engendros ,. El visionario competente. Es un maestro de las artes verbales aunque su visión va mas allá de ellas y esta expresada aquí por sus extraordinarios talentos artísticos. Uno solo de sus mapas holonómicos puede llevar de la mano al lector que piense/ que siente hacia nuevas comprensiones de sí mismo y su mundo.
Que haya cincuenta mapas holonómicos es admirable ! . Yo recomiendo este libro pionero, de todo corazón, a quienes quieren ser estimulados y desafiados por una nueva visión maravillosasobre no-sotros mismos, nuestra tierra y nuestro universo!.
Charles T.Tart
Profesor de Sicología, Universidad de California, Davis.

PARTE I
La Geomancia es a la historia
lo que la gramática es al lenguaje.
Dos ensayos Introductorios.

Dos Ensayos Introductorios
I-Las Raíces de la Unidad: Geomancia y Orden Mundial
Para la común definición de diccionario, la geomancia se refiere a una forma de adivinación o a una demostración oracular derivada de líneas de “lectura” o signos de la Tierra. De acuerdo a esta popu-lar, aunque ingenua, definición la geomancia es afín a aquellas artes adivinatorias de bajo nivel que incluyen la quiromancia y el mirar la bola de cristal.
Aunque al leer una descripción de la quiromancia escrita en la turbulencia ideológica de la mitad del siglo XVI , uno podía obtener alguna mas expandida, pero no mas elevada idea. Esto es lo que Cris-tofher Catlan ha dicho acerca de la geomancia en 1558.
Geomancia, proviene del griego, Gy que significa tierra y Mancie que quiere decir conocimiento. De-finiéndola mas apropiadamente, deriva de Gyos y Magos, que significa conocimiento de las cosas terrestres, por el poder de tus cuerpos superiores, de los cuatro Elementos, de los siete planetas, y de los doce signos celestes.
Esta definición es cosmológica, indudablemente debido a la esmerada recopilación del término geo-mancia, que en el siglo XIX los pensadores europeos lo emplearon, para traducir el Feng-Shui de los chinos, cuando fue primeramente introducido en las corrientes del pensamiento occidental. Aunque los sinólogos han resistido al termino geomancia para describir al feng-shui, significando literalmente “vientos y aguas”, sin embargo , el uso ha triunfado. Como un resultado, la geomancia esta ahora adquiriendo una potencial definición cada vez mas cósmica, o al menos dinámicamente inclusiva. Así en su estudio sobre la geomancia adivinatoria, la Astrología Terrestre (1981) , Stephen Skinner cita al menos cuatro aplicaciones principales del termino geomancia. Estas incluyen formas de adivinación comunes a Arabia, Africa, Europa Medieval, métodos telúricos para determinar los flujos de energía del mundo natural, ejemplificado por la ciencia China de feng-shui, las teorías de alineación asocia-das con el asiento de megalitos y de otros antiguos monumentos arquitectónicos notables, la sismo-grafia , la ciencia de predicción de los temblores de tierra y de otros mayores movimientos y ritmos geológicos.
A estas uno puede agregar otras tres aplicaciones : ciencias atmosféricas, arqueoastronomía y los principios fundamentales de la Bio-estetica. La primera de estas incluye el estudio de la naturaleza y de los efectos mutuamente interactuantes de los estratos atmosféricos desde el campo electromag-nético a los reportes diarios del clima que af ecta la biósfera inmediata.
La arqueoastronomía es el estudio interdisciplinario que investiga el papel formativo de la astronomía y la geomancia en la determinación de la arquitectura , la planeación urbana y la expresión artística de las tempranas civilizaciones. Finalmente , la bio-estética abarca algunos y todos los procesos de-dicados a la expresión armónica de la relación del hombre con el entorno - en potras palabras, las leyes que gobiernan todos los modos de comportamiento artístico.
Fue en 1949, cuando un francés, Rene Bertholet, designó a todo el complejo de ideas comprendidas oír el termino geomancia, con el nombre cósmicamente provocativo de astrobiologia. Lo que Bert-holet significo por astrobiologia fue un sistema de pensamiento basado en una correspondencia real entre “los expresivos regímenes matemáticos de los cielos y los ritmos de vida biológica determina-dos en la Tierra”.
De acuerdo a Paul Wheatkey en su monumental Pivot of the four Quartes (El eje de las cuatro direc-ciones): una investigación preliminar sobre los orígenes y el carácter de la ciudad China (1971), fue precisamente esta concepción cosmomagica-geomancia/ astrobiologia- la que asistió al nacimiento de la revolución urbana y ayudó a formar el orden de la civilización donde fuera que ésta apareció alrededor del mundo.
Siguiendo la línea de pensamiento sugerida por Bertholet y embellecida por Wheatley, Maurice Feedman, en su discurso presidencial en 1968 a sus colegas del Real Instituto de Antropología, puso por delante la definición de geomancia como una “Ecología Mística’. Siguiendo la noción de un nexo sutil de relaciones que conecta mente y entorno, Steven Benett, en su articulo de 1978 “La ciencia China de la Cosmobiologia Aplicada”, acuño el termino “Astroecologia”.
Para finales de los sesenta la geomancia, aunque vagamente entendida, había unido el Tai-chi-chuan, acupuntura y el Y Ching, dando a la contracultura su ambiente chino. De hecho, fue como “acupuntura de la tierra” lo que la prensa copntracultural describió como feng-shui o la geomancia China. Mientras que al principio la frase “Acupuntura de la Tierra”, puede evocar una imagen aparen-temente fantástica del planeta como un cuerpo análogo al cuerpo humano con sus diferentes meri-dianos, sus sistemas circulatorios, digestivo, respiratorio, esquelético y neuro-muscular, sin mencio-nar sus varios “puntos de poder”, sobre una ulterior reflexión, la analogía no puede ser tan descabe-llada.
Aunque por otro lado,esbozando los “Diez Aspectos del Conocimiento”. El esquema tradicional budis-ta de la organización del desempeño intelectual humano, T’ai Situ, Rinpoche, es un seminario en 1982, claramente indico tanto la factibilidad, como la lógica en considerar la tierra de tal manera. Me refiero específicamente al segundo aspecto del conocimiento del que él hablo , “La Astrología”. Defi-nida como la ciencia que clarifica y determina la relación del cuerpo (humano) individual con el cuer-po del planeta, y del cuerpo del planeta con el sistema solar, y con el del universo entero, esta visión de las astrología incluye claramente lo que hemos estado definiendo con el termino de geomancia.
Dada la perspectiva precedente, podemos ahora mas precisamente definir la geomancia como el conocimiento de la tierra como un cuerpo del planeta, un organismo vivo completo cuyos procesos elementales y ciclos rítmicos esta íntimamente conectados a nuestras propias estructuras perceptua-les y funciones biológicas.
Como una ciencia, la geomancia describe la estructura y funciones del cuerpo del planeta tierra en relación al cuerpo individual del hombre y las regiones celestes, cielo arriba. Así como la geomancia puede ser referida como una ciencia, también puede ser descripta como una base para la practica del arte. Así como conocemos, en consecuencia actuamos. Si entendemos la relación entre cuerpo, mente y entorno, y reconocemos que la tierra es un organismo vivo, entonces nuestros esfuerzos de ajuste y armonización de acuerdo a este conocimiento serán inherentemente artísticos. Definido co-mo la habilidad de llevar conscientemente nuestros sentidos hacia la armonía con nuestro entorno- desde el fregadero de la cocina hasta el resplandor estrellado de la noche- el arte queda comprendi-do naturalmente bajo el dominio del compás geomantico.
Lo mas asombroso en esta sintética consideración de la geomancia es que podemos encontrar en ella la base para unificar arte y ciencia. También podría ser que el estudio de la geomancia proveyera la clave para entender por que la ciencia y el arte llegaron a estar crecientemente separados des-pués de la revolución científica del conocimiento? . Para decirlo de otra manera: podría ser que en el fervor para poder hacer valer la superioridad “de la nueva ciencia”, los racionalistas, del siglo XVII y XVIII, disponiendo de todo lo que parecía irracional - incluyendo la geomancia- desecharon el termino clave para entender la experiencia como un todo unificado? Actuando así, la ciencia, no solo apare-ció diferente o aun superior al arte, sino que llego a estar atrincherada y sus fundamentos llegaron a ser indiferentes y hasta opuestos al arte. Por otro lado, divorciado de la ciencia, el arte parece ofrecer cada vez menos para el beneficio del bien común, hasta llegar a la triste situacion que vivimos hoy.
Dejando de lado estas especulaciones por el momento, podemos retornar a la afortunada circunstan-cia de lo que sobrevivió de la geomancia China, el feng-shui. A traves de ello, podemos ampliar nuestras sensibilidades para percibir nuevamente como la estructura de la geomancia incumbe a la actual crisis planetaria. Cientamente, el orden del mundo y del universo, esencialmente, continuan hoy como eran cuando los rudimentos de la geomancia fueron primeramente articulados hace miles de años. Aunque la ciencia materialista ha desechado la nocion de la tierra como un organismo vivo, la palpabilidad de tal nocion como originalmente movilizo a nuestros ancestros está nuevamente con nosotros hoy.
“El arte de vivir en armonía con la tierra, y de obtener el mayor beneficio, paz y prosperidad del ser en el lugar y momento correcto es llamado feng-shui”. Esta definición de geomancia como un arte practico de Stephen Skinner, de su Manual de la Tierra Viviente (1982), es tan correcto como ningún otro podía pedir. También podria ser formulado como una meta universal para el bienestar humano y planetario.
“Asi como el yoga cultiva la fuerza de la vida en el hombre, tanto en el Este como en el Oeste”, lee-mos en otra parte del Manual de la Tierra Viviente de Skinner “ con la misma facilidad con que el feng shui puede cultivar la fuerza de la vida o ch’i en la tierra, asi tambien puede hacerlo en el oeste”. Na-die puede objetar esta impresión por mas tiempo.
Lo relevante de este asunto es que, como el OI Ching , un texto cuyas raíces se extienden a los orí-genes de la civilización China, la geomancia de feng-shui se ha vuelto global y está aquí para que-darse. La comparación con el Y ‘Ching , puede ampliarse. Así como el I’Ching, ha dado muestras por si mismo de ser parcialmente global extendiéndose en el este y en el oeste es también temporalmen-te global extendiéndose a los polos de la gran remota antigüedad y los tiempos modernos. Lo mismo es verdad para la geomancia.
Esto no deberia sorprendernos, el I’Ching , puede ser correctamente considerado como una de las primeras expresiones, o aun un subsistema de la ciencia geomantica. En las raíces del I’Ching, como en las de la geomancia, esta el principio binario de la mutua reciprocidad de la mente y el entorno.
Así como el I’Ching, localiza situaciones en un sentido temporal o sincronico, la geomancia feng-shui localiza situaciones con un énfasis en la geografía del lugar y el propósito humano.
El sistema chino de feng-shui se adapta perfectamente a la descripción establecida antes por Bert-holet cuando él acuño el termino “astrobiologia”- la correspondencia entre los regímenes de los cielos expresables matemáticamente y los ritmos de la tierra determinados biológicamente.
Haciendo referencia al principio de esta correspondencia, el lung kia , o los “hombres Dragón” practi-cantes de feng shui llegaron a desarrollar los maravillosos intrincados del calendario y su concomi-tante ciencia de los ciclos y la transformación de los cinco elementos, tanto como el lo p’an, o el compás.
Combinando con el misticismo taoísta de la naturaleza y eventualmente la tradición contemplativa de Ch’an o Zen, la geomancia dio nacimiento a los pintores de la tradición paisajistica china. Espanto-samente encubiertos por las infinitas sutiles interpretaciones del pincel están las sinuosas manifesta-ciones del ch’i- las líneas del tigre y el dragón que animan las perspectivas ilimitadas de la montaña, el viento, la niebla y el vacío que son los rasgos de la tradición de la pintura de la naturaleza en el Lejano Oriente.
Observamos que las artes y las ciencias de la civilización china han dado vueltas tradicionalmente alrededor de un eje común, el del principio primordial de la geomancia. Si nos preguntamos cual puede ser este principio, que ha germinado por doquier en la sociedad humana desarrollada en civili-zación, tendriamos que responder simplemente, que ese principio es: cielo, tierra y hombre. Como una designación verbal acordada para una estructura percibida intuitivamente, cielo-tierra-hombre apunta al inherente, autoexistente y jerárquico orden del universo.
Alguien familiarizado con el I’Ching , esta fuertemente consciente de los términos cielo-tierra-hombre, y todos los niveles de significado implicados por el uso de estas simples palabras. Podemos tomar el principio cielo-tierra-hombre como un eje siempre presente, el cual , soporta la rueda transformadora de la geomancia en todas sus manifestaciones artísticas y científicas. Encontramos la causa del ac-tual resurgimiento y expansion de la geomancia debido al alcance del eje cielo- tierra- hombre que trasciende las muchas limitaciones de tiempo y espacio.
Siendo atemporal, el principio cielo-tierra-hombre funciona como la resonancia del orden autoexisten-te- la jerarquía natural- del universo. Esta resonancia , con la cual nuestros cuerpos permanecen afinados, en su esencia no es diferente ahora de como lo era cuando los principios de la geomancia fueron originalmente articulados.
Basado como esta en el sistema de correspondencias- los cielos matemáticamente arriba, la tierra biológicamente abajo- la geomancia defina una ulterior correspondencia : el hombre y el tiempo. Así , como surge la estructura básica del sistema de geomancia feng-shui, dos series de corresponden-cias se presentan así mismas : cielo, tierra y hombre, y cielo, tierra y tiempo.
Por consiguiente el ch’i, la fuerza de vida universal o energía, es subdividida en ch’i cielo, ch’i tierra y ch’i tiempo. Del ch’i tiempo se ha escrito : “el chi’i tiempo del cual hay cinco mediadores entre el cielo y la tierra casi en la misma forma en que el hombre esta en la mitad entre el cielo y la tierra”(Skinner 1982) “como el hombre , el ch’i tiempo participa de ambos, el ch’i tierra y el ch’i cielo.
Dada esta correspondencia , es fácil ver porque la geomancia puede ser una ciencia suprema para el hombre. Ambos hombre y tiempo- los cambios del mundo fenomenal evaluable por nuestros senti-dos- son unificados alrededor del mismo eje- el eje transcendental aludido por la frase, “cielo-tierra-hombre”, la jerarquía natural auto existente del universo.
No solamente en china sino en el oeste tradicional preindustrial, la geomancia, aunque a menudo disputada por la iglesia ortodoxa, ocupo una alta posición entre las artes y las ciencias del hombre. Esto es particularmente evidente, por ejemplo, en el trabajo de uno de los últimos grandes filósofos de síntesis que precedieron el triunfo del materialismo científico, el fisico ingles del siglo XVII ,Robert Fludd. Aun por sus alias de Fluctibus, con sus connotaciones de fluidez y movimiento dinámico, Fludd se alió a si mismo con el incesante e interprenetrante movimiento del conjunto de fuerzas en acción por las leyes unificantes que sustentan el orden del universo..
así fue como Fludd se dedico a un estudio central “Meteorología Cósmica”, una contraparte natural al feng-shui de china, con sus designaciones de vientos, terremotos , arco iris , etc.. y sus correspon-dencias con las condiciones psíquicas y los estadios de desarrollo. Aun mas significativamente , en-tre sus diversos diagramas cósmicos, uno encuentra que la geomancia estaba preeminentemente ubicada.
Estos diagramas incluyen: 1-”El espejo de la totalidad de la Naturaleza y la Imagen del Arte”, 2- “Las artes liberales”,
3- “Las artes Microcósmicas”. En “El espejo de la totalidad de la Naturaleza y la Imagen del Arte”, entre las artes y las ciencias, la geomancia es colocada en el sentido de las manecillas del reloj en la mas alta p[posición justamente sobre la astronomía, adyacente a la aritmética y los números. Simi-larmente, en el diagrama que describe las artes liberales, la geomancia encuentra su lugar entre la astronomía y la música, indicando su papel como un arte de armonía. Finalmente, en el diagrama de las artes microcósmicas, el aspecto psíquico de la geomancia es enfatizado por su ubicación entre la profecía y las artes de la memoria.
En todos los diagramas de Fludd, la geomancia es designada por el formato de diseño heráldico desplegando las permutaciones binarias del orden del dieciséis. Fue la investigación de las permuta-ciones geomanticas lo que también indujo a Fludd a un estudio de los números y matemáticas bina-rias. Como un sistema oracular sea chino, arabe,europeo o africano, la geomancia es únicamente caracterizada por sistemas de progresión binaria.
Es imposible concluir este breve ensayo introductorio sobre los tópicos de la geomancia sin algunas reflexiones sobre la relación entre geomancia y visión del mundo sagrado.
La geomancia asume ipso facto lo sagrado del mundo en que vivimos.. porque el propone un orden jerárquico como auto existente, lo sagrado de la geomancia es finalmente no-teista, orgánicamente manifestado, sagrado. Esta sagrada perspectiva es demostrada en la natural simplicidad del jardín y las artes paisajisticas a las cuales la geomancia dio origen en china y que también florecieron en Ja-pón.
Así, el principio de cielo-tierra-hombre subyace aun en un arte tan decepcionantemente simple como el arreglo floral. Una vez que reconozcamos y extendamos este principio, entonces el arreglo de nuestro total entorno, tanto dentro de nuestras casas como dentro del tejido de nuestra civilización, asume esa cualidad de armonía universal que el tradicional arreglo floral ejemplifica. La geomancia esta en la raíz de todas las expresiones de armonía y la armonía es tanto arte como ciencia. No obs-tante, sin la visión de que el mundo fenomenico es ya sagrado no habría geomancia en absoluto.
El interés corriente en el estudio y practica dela geomancia, tanto en su forma de feng-shui indígena o como un modelo para unificar los sistemas enteros, da fe del hecho de que la necesidad de expe-rimentar el mundo como sagrado es un factor de crecimiento en la transformación del presente esta-dio de la civilización. Seguramente como nosotros consideremos el compás sion tiempo de la geo-mancia, podemos de nuevo comenzar a ver las posibilidades de un orden mundial genuino, basado en el inherente armonizador principio de cielo, tierra y hombre.







II . De la geomancia a la Holonómica
El Descubrimiento del Banco Psi
Como un modelo para unificar el arte y la ciencia y los sistemas enteros en general, en el contexto de nuestra relación natural con la tierra y su entorno, la geomancia- la ciencia primordial de la armonía y la orientación- se presenta a sí misma como un preludio o fundamento para una disciplina aún más refinada y abarcadora de todo: La Holonómica. Primero fue usado por George Leonard en The Silent Pulse (1978) (“El Pulso Silencioso”) como un término que define entidades “ en la naturaleza de un holograma”, holonómico es un término descriptivo del conocimiento holístico, esto es, conocimiento que es simultáneamente intuitivo y racional, científico y artístico. Así, la holonómica describe tanto el orden de realidad como el modo por el que venimos a conocer y expresar ese orden.
Derivado de Holo-“todo,” y nomy, “ley o principio que gobierna o perteneciente a”, holonomía se refie-re a la ley o principio que gobierna los sistemas enteros, mientras la holonómica describe el estudio o investigación de esta ley o principio. Como un término descriptivo, holonomía finalmente se refiere al universo entero como una dinámica trama entretejida, que trasciende la definición parcial o analítica. Si el universo es holonómico, los subsistemas compuestos del universo, desde lo atómico a lo galác-tico, son también holonómicos. Cada nivel o subsistema comprende una síntesis u holarquía ( “Orden Total”) que refleja el orden del sistema total – universo – expresable por consiguiente por un único modelo holonómico o unidad de información. Contemplando y entendiendo est modelo holonómico uno puede llegar a entender tanto el todo, como también los diferentes subsistemas, como facetas de un conjunto de ordenes y operaciones mutuamente interactuantes interpenetrantes.
Como una vía de conocimiento, lo holonómico se refiere a la capacidad para el conocimiento auto-trascendente. Para usar la tradicional terminología geomántica, este es el conocimiento por el cual el subsistema hombre pudo llegar a conocer el más abarcante sistema cielo – y – tierra. Así, como un conocimiento holístico, la holonómica depende de una conciencia autoreflexiva, una claridad de per-cepción, y una habilidad para dar razón de y crear un orden – un proceso culminante en la aprehen-sión intuitiva y expresión de todo el sistema del orden del cual uno es un miembro.
Siendo holística, la holonomía por necesidad lleva a tocar áreas de conocimiento hasta ahora cono-cidas como paranormales, supranormales o parapsicológicas – esto es, el dominio del conocimiento específicamente no racional – el cual, como la ciencia de la geomancia misma llego a ser altamente desacreditado a continuación del triunfo de la ciencia materialista del siglo XVIII. En adelante referida como psi, este aspecto del pensamiento o conocimiento, como la geomancia, está corrientemente en un proceso de rehabilitación. El estudio o investigación del psi puede en conformidad ser definida como la psioníca. Como será pronto evidente el establecimiento del modelo holonómico facilitará grandemente el desarrollo de la psiónica, aunque tardío bajo las restricciones paralizantes del para-digma físico/materialista.
Finalmente, holonomía es el nombre de la “nueva ciencia”: La que procede de los todos a las partes y en la que la conciencia y los factores psi juegan un papel formativo, tanto en la estructura como en la evolución del universo, como también en nuestro entendimiento en este proceso y nuestro papel en él.
Como la ”nueva ciencia”, la holonómica juega un papel clave en unificar las distintas corrientes de pensamiento que han separado durante el curso de la demoledora guerra del siglo XX. Como la ley que gobierna los sistemas enteros la holonómica da cuenta no solo de las relaciones entre campos en el mundo fenoménico, sino de la interacción del hombre con este mundo – el hombre con toda su historia acumulada, pensamiento y formas de expresión inseparables del planeta sobre el que él mismo se encuentra.
Para alguna teoría completa de cualquier fenómeno social complejo, se requiere una bien divulgada filosofía de la historia y teoría del hombre.... esto será una interpretación no lineal y totalizadora. En ese estado más completo dos facetas recibirán más amplia elaboración: (1) habrá una teoría orga-nísmica de la tierra como una entidad viva, con la sociedad humana como una parte de la gigante criatura evolutiva; y (2) el cinturón de radiación (o campo psi), los dos polos generando entre ellos el “sensor del mundo”- el campo guía que controla la evolución psicosocial del género humano.
Oliver Reiser “ esta Sacratísima Tierra”.
Considerando las provocadoras pero comprensivas líneas directrices para una “ completa teoría de un fenómeno social complejo”, como las establecidas antes de esta exposición por el anterior físico Oliver Reiser, encontramos que la holonómica colma todos los requerimientos de esta completa teo-ría. Procediendo desde sus raíces geománticas, la holonómica abarca una bien divulgada filosofía de la historia y teoría del hombre. Siendo intrínsecamente holística, la holonómica no es por consiguien-te, solamente no lineal, sino mejor presentable en un modo no verbal o paraverbal.
Como para las facetas que requieren más amplia elaboración, la holonómica contiene una teoría or-ganísmica concienzuda de la tierra como una entidad viviente, con la sociedad humana, como una parte de la “gigante criatura evolutiva”. Este entendimiento está contenido en la ecuación geomántica cielo, tierra y hombre, como también en el dicho hermético, “como es arriba es abajo”, por el cuál es entendido que el macrocosmos esta reflejado en el microcosmos y biceversa. Alguien familiarizado con el paradigma holográfico entenderá esto, o sea, que inherentemente también el casco del caballo no representa únicamente el patrón de otros cascos, sino el del caballo entero.
Segundo – y este es el aspecto más provocativo de los requerimientos de Reiser, para una teoría unificada integral, encontramos que la holonómica también contiene una exposición completa del cinturón de radiación o campo psi, los dos polos o elementos binarios de los cuales se genera entre ellos el “sensor del mundo” al que Reiser se refiere como el “campo guía que controla la evolución psicosocial del género humano”.
Como hemos visto, los historiadores modernos en su intento para entender y explicar la geomancia, han recurrido a términos como atrobiología, ecología mística y astroecología, todos estos términos tienen implícitos en ellos alguna idea de un campo psi terrestre con el cual la mente humana y el en-torno están conectados y pueden realmente operar en armonía. En el paradigma geomántico, por supuesto, no es cuestionable que la tierra es una entidad viviente de la cual el hombre es un miem-bro inseparable. De esto deviene que la razón por la que habría un sistema de astrobiología o ecolo-gía mística es precisamente porque el organismo – hombre- provee el campo y medios de expresión para una conciencia o pensamiento planetario unitario – el campo psi de Reiser.
Algunos años antes de que Reiser estuviera explorando y definiendo la naturaleza del campo psi, un compatriota contemporáneo de Bertholet – paleontólogo y místico católico – Pierre Theilhard de Chardin – estuvo también usando el término de astrobilogía. En el caso de Theilhard de Chardin el uso de esta frase hacía referencia a su ya muy socorrida palabra – la noosfera. Definida por Theil-hard de Chardin mismo como “ ... El Estrato de Pensamiento formado por la propagación del grupo zoológico humano encima de (y discontinuamente con) la biosfera”, la noósfera también se refiere al “probable lugar y disposición del elemento pesante, a través del universo”. Así, dada la universalidad de la mente o elemento pensante, de acuerdo a de Chardin, “planetas con noósfera, lejos de ser una curiosidad en la naturaleza, sería simplemente el producto normal y final de la materi llevada a su terminación”.
La suposición de Theilhard de Cahrdin de la noosfera, una “envoltura adicional lanzada como una muy tenue película alrededor de toda la tierra”, marcó un desarrollo altamente significativo, más que lógico en la teoría evolutiva de Occidente. A lo que ello apuntó fue al reconocimiento tanto de la men-te como del hombre como un factor crítico en el desarrollo de un planeta como la tierra. Realmente una de las conclusiones para ser deducidas de la existencia de la noofera como un estadio más refi-nado de la historia biogeológica es el corolario del hombre como el medio organísmico que ha sido provisto para la planetización de la conciencia. Como Theilhard de Chardin aclara, la manifestación de la noosfera depende de la aparición del hombre como un ser autoreflectivo sobre este planeta. Así escribió:
“De hecho con el tipo sapiens (iba a decir filamento) al fin encontrado, la noosfera empieza de una vez por todas a ser tejida. Una noosfera aún desenredada, por supuesto, pero una en la cual noso-tros ya reconocemos la fuerte envoltura del pensamiento en el que existimos hoy; en la que la huma-nidad finalmente se encuentra toda unida a sus bordes y atravesada por una malla de eslabones que finalmente llega a ser aérea y etérea. Literalmente hablando presenta, en la inmensidad de su orga-nismo, la imagen de un sistema nervioso.”
De esta altamente fecunda descripción de la noosfera, Theilhard de Chardin pudo llegar a hablar futurísticamente de “...una geotecnología que extiende una cerrada malla interdependiente de sus empresas sobre toda la tierra...”
Theilhard de Chardin era un genuino pionero en la articulación del concepto y la realidad de la noos-fera, un concepto y una realidad cuyas implicancias tienen extensas y devastadoras ramificaciones para los fundamentos materialistas y las intenciones nacionalistas último mundo industrial actual. Sin embargo, dada la explosión del conocimiento, de la información y de la política que ha ocurrido des-de la muerte de Theilhard de Chardin en 1955, su descripción de la noofera es básicamente embrio-naria.
Fue Oliver Reiser, físico por largo tiempo de la universidad de Pittsburgh, quien llegó a sintetizar los más recientes desarrollos de la ciencia en la fundamentalmente proclamada pero no desarrollada estructura de la noosfera. Lo que Reiser terminó llamando el campo Psi (1966), el equivalente de la noosfera de Chardin, integraba dos descubrimientos científicas básicas en la envoltura mental terres-tre: Los cinturones de radiación de Van Allen y el código genético con su sistema binario de doble hélice. El primero, consta de dos “cinturones” – un pesado cinturón interior de protones y un más ligero cinturón exterior de electrones, bordeando la tierra a dos y once millas respectivamente – fun-ciona tanto como escudo y como membrana electromagnética que recarga y recircula la atmósfera de la tierra. El ADN, por supuesto, ha probado ser el código descifrable común a todos los organis-mos vivos, desde los protozoos al hombre proteico.
Ambos el código genético y los cinturones de Van Allen fueron “descubiertos “ en 1953. Po lo que Reiser había afirmado que la noosfera o campo psi funcionaba en conjunción con los cinturones de radiacíon y, como el ADN, operaba a la manera de doble hélice. Poseteriormente visionó el campo psi como si fuera una corteza cerebral planetaria, los dos hemisferios de los cuales corresponden a las mitades del cerebro en el hombre y sus funciones correspondientes, como a los dos hemisferios del pensamiento Occidental (racional) y Oriental (intuitivo).
No se discute que los atrevidos aciertos de Reiser de una relación entre: los cinturones de radiación de Van Allen; el movimiento binario de doble hélice del ADN y la analogía de cerebro hendido que conecta la neurofisiología humana universal, los hemisferios del planeta, el bipolar campo psi; fue un gran paso en dar posterior elaboración y sustancia a la “película superactiva” de Theilhard de Char-din, la noósfera. Apuntando más allá, a la realidad de una mente planetaria con las implicancias ob-vias de que la humanidad está comprendida un único organismo, fue la sugerencia de Reiser de una complementariedad de pensamiento por la cual los sistemas intuitivos “Oriente y los sistemas racio-nales “occidente” comprenden una totalidad global, los dos lados del cerebro global, como eran.
Finalmente, anotaríamos la noción de Reiser del “Sensor del Mundo”, el mecanismo controlador de la evolución psico-social del género humano. De esta descripción funcional de la noosfera o del campo psi podemos inferir la existencia de un mecanismo mucho más largamente evolutivo: Un factor mor-fogenético moderador que, por estar resonantemente afinado con el proceso total del planeta, como un sistema viviente, puede certeramente ser descripto como un proceso de recolección holonómica. Proceso de recolección holonómica significa, no solamente una matriz resonantemente generadora de formas (morfogenética), sino también un mecanismo de propósito de ajuste y regulación basado en las necesidades inherentes del planeta como sistema entero evolutivo -–del cual el hombre es sólo un miembro.
Entre tanto, mientras Reiser estaba proveyendo niveles de refinamiento a la noósfera de Theilhard de Chardin (1966 – 1974), un filósofo alemán Martín Schönberger publicó la Clave Oculta para la Vida (1973). El eje básico del libro de Schönberger fue el descubrimiento de la ecuación absoluta, uno a uno de los sesenta y cuatro kua o hexagramas, del antiguo sistema Chino I Ching, y los 64 codones del ADN del código genético. El descubrimiento de Schönberger de que el I Ching, y los 64 codones del ADN son exactamente lo mismo cuando son escritos en orden binario, proveyó el tópico del dis-curso funeral dado por Carl Jung en honor del gran traductor alemán del I Ching, Richard Wilhelm.
“No puede permanecer en las tinieblas por siempre”, declaró el eminente sicólogo del inconsciente arquetípico, “al que nos estamos acercando aquí es a un principio Arquimedeano, con la ayuda del cual nuestro pensamiento occidental podría ser desquiciado”. Realmente, según Shcönberger, “esto es precisamente lo que ocurrió por la manifestación del código del I Ching, en el código genético”.
Así, en la equivalencia binaria exacta entre el I Ching, y el código genético, la idea de Reiser de un cerebro global distinguido por la complementariedad entre los modos de pensamiento Oriental y Oc-cidental encontró una inesperada aunque altamente convincente reivindicación.
Desde las provocadoras pero vaga nociones de la astrobiología y la ecología mística hasta la noosfe-ra y el campo psi finalmente emergió lo que puede ser referido como el descubrimiento del banco psi: un almacenaje de información planetaria y un sistema de recuperación cuya función primaria de reco-lección holonómica opera o se manifiesta a través del más simple código imaginable: el código bina-rio.
Basado en un on-off, de dos pliegues, la división positiva – negativa de cualquier forma o proceso en que opera, el código binario no solamente fundamenta el código de la vida – el código genético – sino también las funciones eléctricas, electromagnéticas y neurológicas. Estas operaciones binarias comprenden desde los movimientos de las manchas solares (que regulan el campo magnético de la tierra y la aparición de la aurora) hasta los saltos sinápticos de procesamiento de información neuro-nal tanto como la programación de los computadoras y, más minuciosamente, hasta los factores que gobiernan la estabilidad de la estructura atómica en términos de la interacción de electrones y proto-nes. Que un sistema antiguo como el I Ching, que figura tan prominentemente en los sistemas geo-mánticos del Lejano Oriente, esté también basado en una operación binaria indistinguible de la del código genético, también apunta a la naturaleza binaria de las funciones primordiales de la psiquis humana.
Que todas estas operaciones binarias, figuren en la descripción compuesta del banco psi, solamente da más peso y sustancia a la conceptualización del banco psi como una mente o cerebro holonómico que da en este punto en el tiempo una real dirección y propósito consciente a la evolución del plane-ta.
Además, como ha sido evidenciado por las lecturas binarias de los códigos del I Ching, y genético, separadas en tiempo –pero idénticas en estructura, el banco psi funciona como un almacenaje de información y sistema de recuperación, fenomenalmente simple aunque comprendiendo todo, un cerebro holonómico o planetario. Entonces, lo que nosotros conocemos del banco psi como una base de datos creativamente evolutiva, la naturaleza de la cual parece manifestarse como lo más global o comprensivo que nosotros hagamos nuestra propia inteligencia colectiva o visión de las co-sas, También podríamos ser capaces de construir una lectura más precisa de la historia.
Esta lectura – por naturaleza, global y holonómica – nos proveería, no solamente de una guía no sectaria e ideológicamente saneada para nuestra evolución psico-social hasta donde ella se ha des-arrollado, sino también de un calibrador y un mapa de nuestro futuro. De este modo el banco psi pre-senta una plenamente divulgada filosofía de la historia y teoría del hombre, mientras provee de una interpretación completamente no lineal, holística de las relaciones del hombre con el desenvolvimien-to organísmico del planeta tierra como un miembro consciente del universo.
En suma, por que es holonómico en naturaleza y función, el banco psi podría hallarse operando en el mismo modelo que gobiernan las operaciones de todos los sistemas en el universo, desde el atómico al galáctico. De hecho, como la clave misma para entender el proceso holonómico de la estructura y propósito inteligentemente evolutivo de este planeta, nosotros seríamos capaces de encontrar entre-tejida en el banco psi la configuración binaria que revela el modelo primario holonómico – ese modelo sobre el cual están basados todos los sistemas y niveles de entendimiento dinámicos y orgánicos, desde lo micro – a lo macro.
La Investigación para la Historia
Tratando sobr del descubrimiento del banco psi es importante tener presente que, como muchos de estos descubrimientos, esté fue en gran medida no intencional. Este hecho es de tremenda impor-tancia, por que un fenómeno tal como el banco psi tendría poco significado si él fuera meramente el invento o idea de un solo ser humano. El hecho es que el banco psi no es “no inventado”, o más allá de la intención. Su descubrimiento, sin embargo, pudo solamente haber venido a través de las conti-nuas y variadas búsquedas de la verdad que siempre han iluminado el curso aparentemente ciego de la existencia colectiva humana con las pistas visibles de las búsquedas genuinas.
Es con la sola intención de desplegar luz sobre los trabajos misteriosos e inesperados de tal proceso de recolección holonómica que yo expongo la forma en que tropecé con los fenómenos maravillosos del banco psi. Realmente, en retrospectiva, el punto inicial de mi búsqueda misma, por que tal punto inicial, como una grieta invisible en una placa de vidrio – tan insignificante al principio – radica el inte-gro secreto .
Para mí, ese punto inicial estaba radicado en una resuelta insatisfacción con la metodología de la disciplina académica de la historia del arte. Tan profunda fue la insatisfacción que sentí que solo pòdia ser remediada tratando de descubrir una propuesta más justa y comprensiva. La clave del pro-blema, como lo vi en el otoño de 1969, apuntaba al hecho de que todos los textos de historia del arte, y de ahí de todos los cursos de historia enseñados en este país (y Europa también), presumían que el punto clave y hasta la razon para la historia del arte , ocurrieron en el Renacimiento Europeo. Para corregir esta parcialidad me esforcè por establecer una metodología que era genuinamente global. En èse proceso de intentar hacer esto lentamente me di cuenta de que había encontrado el hilo que desenredaba no solamente la metodología de la historia del arte, sino el tapete entero del pensa-miento humanístico y científico Occidental como ha sido entretejido al menos desde el tiempo del Renacimiento.
Mientras mi positivo empeño en los pasados catorce años ha sido educarme acerca de los sistemas estéticos, filosofías e historias artísticas de las regiones de mayor civilización, episodios culturales, y tradiciones espirituales de los diversos pueblos del mundo, haciendo eso me he encontrado inadver-tidamente empujado contra una barrera de resistencia. En mis esfuerzos para incluir todo en un vo-lumen describiendo cuantos métodos había encontrado, dos obstáculos me confrontaron; uno elabo-rado por mi, el otro de una endurecida naturaleza institucional. El primer obstáculo era inherente a lo que yo había intentado hacer, esto es, presentar tanto un método global para el entendimiento de la historia del arte y al mismo tiempo una historia real del arte mundial que fuera genuinamente global. Esta doble tarea era hercúlea, por no decir enciclopédica, y ciertamente fuera de la competencia de un solo ser humano para llevar a cabo, al menos, no con alguna esperanza de hacer justicia a la en-vergadura de ello.
El otro obstáculo, el factor institucional, quedó impresionándome con el hecho de que no solamente era yo un Don Quijote ladeando molinos de viento, sino que el sistema educacional mismo era tan endurecido que era incapaz de aceptar el desafío planteado por mis esfuerzos. Esto es comprensi-ble, porque desde el punto de vista del sistema educacional establecido, lo que yo estaba intentando comunicar habría finalmente significado sea muerte del sistema.
A pesar de tales obstáculos psico-sociales, procuré permanecer constante con el hilo que había em-pezado a desenredar y fue precisamente, en el curso de seguir ese hilo –así como la presión que experimenté en mi busqueda – cuando yo tropecé con alguno de los componentes esenciales para la estructura y función del banco psi.
Puede ser de ayuda revisar aquí algunos de estos componentes, ya que ellos pueden no ser familia-res para la formacion actual de la gente. Los tres principales componentes incluyen: el I Ching, o el Libro de las Mutaciones; el calendario sagrado de la antigua Mesoamérica conocido como el Tzolkin entre los Mayas y el Tonalpohualli entre los Aztecas; y el modelo de campo resonante de Charles Henry.
El I Ching, o Libro de las Mutaciones es indudablemente el más conocido de estos tres principales factores. Basados en el sistema binario de la línea partida (yin, negativa) y entera (yang, positiva), el I Ching, ha asumido gran popularidad como un libro de adivinación. Los aspectos adivinatorios del I Ching, sin embargo, tan populares y quizás aún rebajados como pueden ser oscurecen, para la ma-yoría la real naturaleza y estructura de este texto, que en esencia es máa que un libro.
Como hemos puntualizado ya, como una estructura binaria el I Ching, es un sistema que no difiere del código genético .De esta equivalencia, podemos decir que es solamente un accidente – quizás un accidente cósmico, pero no menos que un accidente – que el I Ching, sea considerado Chino. E I Ching, no es más Chino como la electricidad Americana por Ben Franklin o Thomas Edison , pione-ros en la comprensión de su uso. Basado en las permutaciones binarias de las ocho triple estructuras primarias, produciendo así un total de sesenta y cuatro estructuras de seis líneas, kua o hexagramas, el I Ching, puede ser considerado como el código de la transformación biopsíquica, así como los co-dones del ADN son el código de las transformaciones más puramente biológicas.
Finalmente, el uso del I Ching, solamente para propósitos personales adivinatorios es como usar la electricidad solamente para la provisión de la luz.
El Tzolkin, Tonalpohualli, o Calendario Sagrado de la antigua Mesoamérica ha desconcertado por largo tiempo a los arqueólogos, eruditos e historiadores en general por la simple razón de que èste calendario opera en un ciclo de 260 días. La permutaciones de este ciclo son logradas a través de la combinación de 13 números – uno a trece – y veinte símbolos, produciendo así 260 posibilidades. Este “calendario” de repetición perpetua se encontró que engrana con el calendario solar cada 52 años y con los ciclos solar y venusino cada 104 años.
En general, el calendario sagrado jugó un papel altamente significativo de la antigua civilización Me-soamericana, desde su aparición hace unos 3.000 años; hasta su desaparición históricamente dra-mática hace menos de 500 años. Lo más enigmático acerca de esta perfecta forma de permutacio-nes fue que pudo hallarse el desconocido ciclo orgánico terrestre para el cual el ciclo de 260 días tenía una correspondencia. De aquí las preguntas: De dónde vino este calendario? Quien lo trazó? Por qué?, Cuando?.
Como se verá, el Tzolkin, como el I Ching, es finalmente no inventado. Su procedencia del corazón de Mesoamérica es un accidente cósmico tanto como el I Ching, en China. Una palabra adicional concerniente al Tzolkin, o por lo menos, al sistema Maya de anotación numérica. Este sistema, ba-sado en una anotación de punto y raya es altamente eficiente. Es también vigecimal – basado en el conteo por veintenas como opuesto a lo decimal, que cuenta por decenas. Los puntos son unidades y las rayas son iguales a cinco. Finalmente, está el modelo del campo resonante del científico, filósofo y matemático, Charles Henry (1859 -1926). Primero presentado en su obra resumida, Generalización de la Teoría de la Energía Radiante (1924), la intención de Henry al presentar este modelo esférico era indicar una condición del equilibrio dinámico de otra manera conocido como el “Átomo de la Vida”, consistente en tres campos de resonancia intersectantes: El electromagnético, el gravitacional y el biopsíquico.
Aunque yo he estado en contacto con este modelo en 1967, no fue sino hasta fines de 1982 que entendí finalmente que su significado no era para ser el modelo de un átomo particular o estructura atómica, son de los tres campos resonantes primarios por los cuales nuestra experiencia de realidad puede ser definida.
Al cmapo electromagnético corresponde el cielo de la ecuación geomántica oriental; éste es el mun-do de los sentidos tanto como todas las sensaciones que incluyen nuestra experiencia del mundo fenomenal. El campo gravitacional corresponde al pulimento orgánico de nuestra experiencia evoluti-va físico –terrestre, de otro modo conocida como el factor tierra de la ecuación geomántica. Final-mente, al campo biopsíquico corresponde al aspecto hombre originado del ADN, tanto como orga-nismo biológico y mente autoreflectiva, conocedor e integrador del cielo y la tierra.
El punto importante en este modelo es que los tres campos son mutuamente resonantes: no existen uno aparte del otro. Aunque el modelo de campo resonante semeja el modelo de la estructura atómi-ca, en realidad es el modelo de la estructura atómica el que es derivado del modelo de campo proto-típico que yo llegue a llamar “el modelo primario del topocosmos holonómico”, o la “unidad primaria holonómica de información”. Como fui aprendiendo, este modelo es en sí mismo una representación tridimensional de la triple configuración binaria, la figura código básica misma por la cual los demás fenómenos y experiencias se entregan mutuamente.
Menciono estos tres componentes porque he estado familiarizado con cada uno de ellos por separa-do desde que he iniciado mi investigación en 1969. Sin embargo, nunca había sido mi intención rela-cionarlos, unirlos o de alguna otra manera tratar de integrarlos como partes de un entero. Más bien fue sólo bajo extrema presión que estos tres sistemas aparentemente dispares de súbito empezaron a aparecer bajo una luz común, unificante y entonces sólo así empecé a armar un rompecabezas mucho más grande – el de la historia.
Esto nos remonta al principio de mi búsqueda, la de una historia del arte en el logro de un método global. En mis deseos a través del tiempo, llegué a ver que la expresión artística de un pueblo era inseparable de su visión del mundo y que en lo profundo del desorientado conjunto de nombres, esti-los y culturas yace una raíz psico-cultural común y una estructura de civilización. Mientras la actitud cosmo-mágica del shamanismo provee la raíz psico-cultural común del desarrollo social humano, es la correspondencia y universalmente percibida expresada entre el cielo matemático y la tierra biológi-ca lo que invistió el surgimiento de las siete prístinas corrientes de civilización con una común visión geomántica del mundo y una estructura hierática.
El término prístino ha sido usado con creciente frecuencia para describir estas civilizaciones que pa-recen haber surgido y desarrollase completamente independientes unas de otras. Estas incluyen: Egipto (Nilótica), Mesopotamia, India, China, Mesoamérica, Andina (Perú), y finalmente, Nigeria (Afri-ca occidental). En el tiempo la geografía ha conspirado con el aislamiento cultural y el elitismo para producir corrientes ideológicos que, para aquellos pueblos que poseyeron estas corrientes parecieron en conjunto únicos y absolutos. En realidad los siete prístinos filamentos de civilización aunque asu-miendo tintes de color geográfico, son variaciones de un fenómeno global común.
Emergiendo en puntos diferentes en el tiempo, como un entero las corrientes prístinas comprenden una totalidad geocronológica, manifestándose como la octava hierática de la civilización. Mientras ellos construyeron sobre bases económicas y ecológicas diferentes, la sensibilidad global y las for-mas de expresión de estas corrientes prístinas están marcadas por un grado de sofisticación unifor-memente compartido. Lo que es más preciso, sin embargo, son las muchas similitudes artísticas e iconográficas comunes que unifican profundamente las corrientes de civilización prístina de otro mo-do a menudo geográfica y cronológicamente dispares. Fue el esfuerzo para encontrar unos principios y causas comunes subyacentes para formas similares, símbolos y técnicas de expresión en estas zonas geo-culturales ampliamente separadas lo que indujo crecientemente a consideraciones sobre un mecanismo de difusión mental o psíquico.
Si la civilización fuera unitaria de manifestación global y la humanidad en realidad un solo organismo, entonces la principal causa y principio subyacente para la difusión de ideas, motivos y símbolos co-munes estaría en el curso normal de los acontecimientos y no dependería necesariamente de la difu-sión material. Confirmando esta aproximación organística estaba el advenimiento de un tercer esta-dio común de desarrollo psico-cultural humano englobando el surgimiento de las religiones cosmopo-litas – el budismo, el Cristianismo, el Islamismo – y la consecuente creación del mundo medieval.
Aunque enraizadas en las estructuras sociales imperiales hieráticas precedentes, las sociedades medievales y sus fuerzas espirituales motivadoras también tenían mucho en común. Es má, las reli-giones cosmopolitas sirvieron para incrementar la tendencia de la humanidad hacia bases comunes expandidas de comunicación. Las formas de expresión artísticas desarrolladas por las fuerzas espiri-tuales del mundo medieval que crecieron para poseer muchas cualidades y características comunes, otra vez no necesariamente explicables por medios de difusión material, continuaron apuntando a un factor mental universal que opera a través y aún más la allá de las estructuras de la civilización.
Fuera lo que fuera el lenguaje común estético, espiritual o cultural que estaba siendo forjado en el mundo medieval fue rápidamente desvirtuado por el surgimiento del cuarto estadio de desarrollo si-co-cultural, el global industrial. De hecho, el implacable triunfo de la ciencia materialista y de la tecno-logía industrial parecieron en el efecto, a través de una “educación pública” basada en una pragmáti-ca capacidad de leer y escribir y eficiencia económica, de crear una condición casi universal de am-nesia holonómica – un olvido no solamente de la naturaleza intrínseca de las cosas sino del principal propósito común. Este es el factor – amnesia holonómica – más relevante que encontré instituciona-lizado en la enseñanza y metodología de la historia, de lo artístico o de lo demás .En vez de crear una perspectiva global estas fuerzas ideológicas etnocéntricas se oprimieron y combatieronentre ellas no solo en el área académica, sino desafortunadamente también en la plataforma del mundo.
A lo que la condición de manesia holonómica equyivalía, con su patriotismo, el fanatismo racial y los chauvinismos ideoloógicos de toda clase – dominado por una inflexible lealtad y la fe en el pretendido poder de resolver los problemas de la ciencia materialista – fue una prohibición destructiva contra la visión de la integridad y la unidad que está en la raíz de todas las cosas humanas – y en verdad de todas las cosas globales.
No obstante, aunque el mundo global industrial había fracturado y hecho pedazos las antiguas tradi-ciones del pensamiento y la cultura, al mismo tiempo habría creado las condiciones para ese sistema nervioso global del cual Theilhard de Cahrdin, escribió, y dque Marshal McLuhan denominó la aldea global.Realmente las comunicaciones electrónicas han llevado ahora a toda la humanidad a una condición por la cual su fragmentación caótica y presagio nuclear posee las carácterísticas de un nuevo campo común aboriginal.
El modelo histórico global que empezó a emerger de mis investigaciones intensivas del desarrollo artístico del mundo fue realmente uno más bien elemental. Lo esencial puede ser enunciado en las siguente forma: La historia como la conocemos y como nos afecta es ampliamente coincidente con y realmente una función de la presente era geológica – el Holoceno – que data escasamente más de 12.000 años atrás. L última era precedente del pleistoceno podría ser referida como el campo de origen aboriginalmente emergente de la cultura humana. La civilización misma, sin embargo, puede ser vista como la única manifestación geologíca y la característica más distinguida de la era del holo-ceno.
Dada la perspectiva psicogeológica, el desarrollo histórico humano ha pasado por un proceso plane-tario de cuatro estadios: uno primario, preliterario, estadio cosmomágico aboriginal; un estadio hierá-tico – la civilización propiamente dicha, manifiesta como siete corrientes que se expanden graduale-mente; un estadio espiritualmente renovado de actividad religiosa culturalemene trascendente – la era medieval cosmopolita; y el cuarto estadio, la corriente global industrial. Asumiendo que el holo-causto nuclear no es nuestro destino, es necesario entrever un quinto futuro estadio de desarrollo genuinamente global.
Como mi trabajo proseguía, con la acumulación cada vez más grande de información, los modelos visuales empezaron a presentarse a sí msimos para sintetizar y simplificar los datos. Estos modelos basados en la forma esférica de la tierra, como se ha visto en un gran período de tiempo, por ejem-plo, la era del Holoceno, crecientemente llegaron a amoldarse ellos mismos a una descripción geo-mántica de la experiencia planetaria humana. El proceso visual trató de dar una formulación de una especie de cinturón de transmisión arquetípica que rodea al globa, una versión primitiva del banco psi.
Sin embargo, era el redescubrimiento del modelo de campo resonante de charles Henry, el átomo primario de la vida visto como la tierra y su campo electromágnetico lo que catalizó una más definiti-va descripción de la holonómica y del banco psi-mismo. Los resultados de esta investigación descrip-tiva comprenden el núcleo de esta presentación.
Si nuestro propósito en esta breve narración de una indagación particular, ha sido el de poner luz sobre los treabajos misteriosos e inesperado del procesi de recolección holonómica, entonces la úni-ca cosa para agregar a este punto concierne al rol del arte y el pensamiento artístico. A todo lo largo de mi investigación he sido perpizcasmente conciente de la terrible discrepancia entre la pérdida de significado asignada a la actividad artística en el presente cuarto estadio, y el rol formativo que ella jugó en todos los estadios precedentes.
Nunca la misión y el propósito del arte han parecido más diminuídos y degradados que en la presen-te era. Siendo este el caso, quizás la verdadera naturaleza para ponerse de acuerdo con la Holonó-mica promoverá en nosotros con naturalizad el despertar de la alta prioridad que debe ser dada al arte en el naciente quinto estadio de la civilización global.
La Ecuación Holonómica: Arte, Ciencia y Orden Sagrado
Una ecuación representa un proceso de diferentes partes que se balancean una con otra, de tal ma-nera que se crea un equilibrio. Para definir la totalidad de la experiencia humana – el mundo fenome-nal inseparable de nuestros sentidos, para no mencionar la historia que hemos hecho de ese mundo – como la ecuación holonómica, implica un proceso de diversos estadios acumulativos que se balan-cean finalmente unos con otros.Los contenidos y las actividades cambiantes de estos estadios pro-veen las variables dinámicas de la ecuación. Una ecuación tal sería al menos el preludio, si no la reseña descriptiva, de una teoría unificada, ninguna teoría de campo merecedora del nombre puede ser de una sola pieza sin tener en cuenta la totalidad de la historia y la experiencia humana. Para ser completamente unificada que ha precedido y dado forma a su necesidad. Aunque la historia humana misma es mecida en la cuna en la inmensidad de la naturaleza. Y esta naturaleza, una dinámica que todo lo impregna, siempre cambiante, un tejido interpenetrante de energías y fuerzas, es final e in-trínsecamente tan inseparable de nuestra propia naturaleza, como vasta y soberviamente más allá de ella.
Viendo la historia como una urdimbre y una trama del proceso biogeológico que se desarrolla en este planeta podemos formular la Ecuación Holonómica. Comprendiendo tanto las operaciones biopsíqui-cas del organismo humano como las leyes por las cuales el mundo fenomenal se nos hace conocer, la Ecuación Holonómica establece un marco de trabajo para darnos a nosotros mismos una orienta-ción genuinamente global sobre quiénes somos , dónde estamos, por qué y cuándo estamos., de tal manera que, sin más, podríamos proseguir más allá del impase nuclear de fines de siglo XX.
Presentamos el marco de trabajo holonómico en forma escrita con la intención de preparar al lector para los mapas tanto como para indicar la estructura que la abundancia de los mapas posee. Este marco de la quinta parte puede ser tomado como la estructura actual de la ecuación holonómica. Las variables de la ecuación están representadas por la habilidad del hombre de conocer – ciencia—y para expresar—arte --. La suma de la ecuación, y del significado de sus diferentes partes, y el proce-so por el cual la ecuación es resuelta, todo comprende la naturaleza. Siempre cambiante en sus apa-riencias, aún indestructible, intrínsecamente unificada en todas sus partes, desde el orden atómico al galáctico, esta naturaleza universal es nada m,enos que el sagrado orden del cosmos mismo. Y no-sotros, la especie humana, la humanidad, representamos unos pocos ramales brillantemente colo-reados tejidos en el tapete de esta última inmensidad.
La estructura de cinco partes de la ecuación holonómica puede ser definida de la siguiente manera:
1.La Naturaleza se Presenta a sí Misma: - La prístina condición bullente de la tierra, desde su sopa química primaria a sus ritmos atmósfericos elementales y a sus jerarquías biológicas como también el cielo – el filamento – con sus divisiones de día y noche y los regímenes matemáticos de los ciclos del sol, la luna y las estrellas.
2.El Hombre Aprende de la Naturaleza: En el marco evolutivo, éste representa el largo proceso de aprendisaje preliminar para el establecimiento de la civilización . Una vez que la civilización ha sido establecida representa también la continua capacidad para aprender de nuestras realizaciones – el natural proceso de retroalimentación.
3. El Hombre Transforma la Naturaleza: Este representa la intensificación de la civilización conocida como la historia, la gradual irradicaión de la humanidad sobre el planeta, culminando en la transmu-tación industrial de la materia y el establecimiento del sistema nervioso global/electrónico.
4. La Naturaleza Evalúa la Transformación del Hombre: La retroalimentación de la naturaleza inclu-yendo la manifestacióndel banco psi como también las alteraciones y ajustes naturales causados por el menosprecio del hombre de la inherente sacralidad del orden universal.
5. Síntesis del Hombre y la Naturaleza: La manifestación de una geo-tecnología dirigida estéticamen-te que armoniza la inteligencia del hombre con las energías naturalesdel entorno con el propósito de crear un organismo planetario plenamente conciente. En otras palabras, la planetización del hombre que sigue a la hominización del planeta.
Lo que está ubicado más allá de esta descripción de la estructura de cinco pliegues de la ecuación holonómica es el acceso a la comunidad de la inteligencia galáctica. Para nosotros mismos en este punto, en el proceso entero, la comunidad de la inteligencia galáctica, por mucho que inspire, es me-ra visión. Lo que nosotros debemos entender es el hecho de que estamos en este momento transi-tando de la fase tres a la fase cuatro de la Ecuación Holonómica. Ya que no hay una demarcación completamente clara entre estas fases, para algunas formas de ver el proceso de evalucaión está bien en marcha. Lo que parece ser el orden establecido de la civilización presente es realmente sólo el momento inerte pero esectacular de un vehículo de alta velocidad cuya máquina ya ha parado de funcionar.
Desde la perspectiva de la recolección Holonómica, estamos en un estadio de masiva mutación y transformación sin precedentes. En esta situación, no hay nada que pueda hacerse –esto es, si se hace algo significa tratar de salvar reliquias de pensamiento y modos de vida que son los productos de condiciones parciales y limitadas del pasado. Sin embargo, si entendemos la ecuación holonómi-ca como conteniendo la verdad absoluta del mundo relativo, entonces hay la posibilidad de afinarnos a nosotros mismos con el total proceso de recolección. Con el afinamiento llega el conocimiento del tiempo y de los procedimientos necesarios a seguir para sacar el mejor partido del tiempo. Y, como sabemos, la correcta medición del tiempo es la clave para la acción efectiva.
Con estos pensamientos, regresemos entonces a la estructura0 de cinco pliegues de la ecuación holonómica. Como hemos visto, hay tres variables: arte, ciencia y orden sagrado, representa la es-tructura subyacente de la naturaleza, él precede, subyace y perdura después del proceso histórico humano.
A través de nuestros sentidos, percibimos y experimentamos este orden como los ritmos biológicos de la tierra y los régimenes matemáticos de los cielos. En la fase inicial cuando la naturaleza se pre-senta a sí misma, la precisa naturaleza de los ritmos y regímenes matemáticos permanecen escon-didos o latentes. Aunque están ahí – una trama urdimbre magnificente esperando la inteligencia auto-reflectiva del hombre para ser traducida en forma conciente. Através de la observación y la intuición, este orden es primeramente sentido y expresado como mito. Aunque el banco psi, como observó Theilhard de Chardin, está ahí desde la aparicón del homo-sapiens. En la forma mítica, el bancopsi es el cielo o los cielos. El mundo superior, el reino del más allá, el tiempo del sueño, la casa de los ancestros, el misterioso reino.
De este modo nosotros leemos en el cuento Céltico “El viaje de Mael Suin”. Ellos remaron después de eso hasta hasta que se toparón con ungran pilar de plata con cuatro lados, siendo cada lado de una longitud de dos remos del barco, de tal manera que toda su circunferencia es ocho remos del barco; y no había ni un solo terrón de tierra vegetal alrededor de él sinoi sólo el océano ilimitado, ellos no vieron la naturaleza de su base abajo, ni la cúspide en lo alto. Había una malla de plata al-canzando lejos de su cima y el barco llegó a vela de un extremo a otro de la malla de esta red y Diu-ran dio un golpe con el borde de su arpón a través del tejido de la red. “No eche a perder la red” dijo Mael Duin, “por lo que nosotros vemos es el trabajo de hombres poderosos”. “Por la gloria del hom-bre de Dios”, dijo Diuran, “Hago esto, de tal manera que mi cuento pueda ser mejor creído, y lo pon-dré en el altar en “Amagh”, si yo llego a Irlanda...” Después de eso ellos escucharon una gran nítida voz desde la cima del pilar, pero ellos no sabían el lenguaje que hablaba ni que dijo.
La voz oída por Mael Duin, es la voz de la recolección holonómica. La red es la urdimbre y la trama del banco psi mismo. Investido con el patrón de orden sagrado, el banco psi se revela a sí mismo de acuerdo a la naturaleza de la inteligencia e imaginación del explorador. Para algunos es mito, para otros es número, a duras penas siempre es exclusivamente el uno o el otro.Y el acto de diuran cor-tando un pedazo de la red, de tal manera que su cuento podría ser creído, es el acto primordial por el cual la historia es iniciada como progresión acumulativa de las acciones naturalemente repercutien-tes autoreflectivas del hombre.
Así en la presentación de los mapas que comprenden La Tierra en Ascenso.n Comenzando con la “red de plata”, la matriz primaria de la red del banco psi demostrando la generación de la triple confi-guración binaria, las claves, el código y el modelo están entonces puestos de manifiesto. Siguiendo la presentación de estos postulados primordiales, hemos mostrado el lugar y función del banco psi en relación al campo magnético de la tierra como también la guía fundamental holonómica: la equiva-lencia uno a uno del orden binario del código genético y el I Ching. Un ejemplo mágico de ocho de-Ben Franklin es seguido pòr el Tzolkin, El Calendario Sagrado Maya, con el cual el cuadrado de Ben Francklin tiene una única relación numerológica.
El segundo estadio de la ecuación, “El hombre aprende de la naturaleza” demuestra el conocimiento a través del afinamiento. Este proceso primario de conocimiento, la información es acumulada a tra-vés de la resonancia biopsíquica. Esto puede también ser referido como “conocimiento pasivo”, y es una función natural de la unidad intrínseca o armonía del hombre y la naturaleza, el conocimiento a través del afinamiento puede también ser definido como conocimiento ingenioso – conocimiento que es inherentemente estético y por lo tantoexpresado primordialmente por medios artísticos. Este es el conocimiento de los shamanes; es el conocimiento cosmomágico que es intuitivo, orgánico y para-verbal. El estadio de la ecuación en que tal conocimiento ocurre es literalmente prehistórico e históri-camente preliterario. Por lo tanto, los mapas que comprenden la Parte II de la ecuación holonómica son de una naturaleza inherentemente visual, paraverval, aboriginalmente evocativa.
Aunque, este conocimiento es paraverbal y prehistórico, sin él no habría fundamenteo desde el cual algo ulterior pudiera desarrollarse. El conocimiento a través del afinamiento representa el índice di-recto de comunicación entre nuestros diferentes sentidos y la naturaleza. Por esta razón los conclu-yentes mapas de esta seccoión describen la evolución de los sentidos desde la unidad primordial sinestética, a través del proceso de elaboracióny especialización , finalmente retornando a una con-dición de sinestesia holonómica. De este modo podemos ver la historia no como un fenómeno ideo-lógico, sino como el proceso de manifestación psico-sensorial – una onda psico-genética retroalimen-tadora.
Esto no lleva al tercer estadio de la ecuación, “El Hombre Transforma la Naturaleza”. Este es el esta-dio de complejificación. A través de un entorno anfitrión y hospitalario , el ADN ha sazonado y madu-rado hacia un organismo intrincado, sensitivo, autoreflectivo y creador de cultura, el hombre con el ADN, del cual ha evolucionado, la cultura manifiesta por la expresión psicosensorial del hombre exibe su propia pulsación de doble hélice binaria, el pulso binario de la historia.
La dinámica estructural del desarrollo psicocultural, puede ser vizualizado como dos corrientes heli-coidales correspondientes a los dos ramales del ADN en los que la información es procesada de acuerdo a la ley binaria de la polaridad cruzada. Psico-culturalmente, esto significa que una rama procesa información desde el futuro al presente y la otra del pasado al presente. El primero, el ramal de la visión, es referido como la corriente AC (continuidad aboriginal), la última como la corriente CA ( civilizacional avance). La interacción dinámica de las dos genera la cultura humana. Esta dinámica es universal y constante y por esta razón cada una de las siete prístinas corrientes de civilización que comprende la Octava Civilización exhibe la misma estructura subyacente. Los elementos de tiempo y geografía representan una discontinuidad de la acabada urdimbre de la civilización global, y en con-secuencia, crea los patrones geo-culturales e ideológicos conocidos como la historia.
Los mapas de la Parte III demuestran el flujo de la civilización y el patrón de la historia dentro del contexto de las placas tectónicas, la geografía y el campo electromagnético, esto es, dentro de los rasgos geo-magnéticos gobernantes del planeta como ha llegado a ser en el presente, la era del Holoceno.
Sin embargo, si fuerámos a confiar simplemente en información histórica y en los medios material-mente generados de análisis de información, como la civilización misma de hoy en día, estaríamos meramente admitiendo, para nosotros mismos ser regidos por condicionantes pasados. Como hemos anotado ya estos condicionantes pasados, son provincialmenete defectuosos y prejuiciados. Así lle-gamos al cuarto estadio de la ecuacíon holonómica, “ La Naturaleza Evalúa la Transformación del Hombre”. Abriendo con los mapas del banco psi como derivados del flujo de la historia misma, la Parte IV de la Tierra en Ascenso presenta una descripción gráfica del proceso completo de conoci-miento y hacer del hombre, de otra manera conocido como el circuito de recolección holonómica.
En este proceso, que representa un ulterior estadio de aprendizaje vemos que el banco psi consiste en dos plantillas del AC y Ca. El proceso de la historia – o realmente del desarrollo Psico-cultural del hombre entendido como la planetización gradual de la conciencia – está articulada en tres claras fases: la prehistórica, la histórica, y la poshistórica. Estas tres fases son ulteriormente partidas en ocho estadios de recolección holonómica. Como será evidente desde un estudio de los mapas y la información que comprende la Parte Ivde la ecuación holonómica, Hiroshima marca el límite de la transformación humana de la naturaleza y, en un sentido muy real el fin de la historia. Así es como nos encontramos nosotros mismos cruzando el cuerpo calloso de la historia por segunda vez. El primer cruce enmarcó el pasaje de prehistoria a la historia, simbolizada por la toma del pedazo de la red de Diuran y dejarla en el altar de Armagh. En el retorno, nosotros tomamos ese pedazo de malla en el altar y lo tejemos atrás en el banco psi mismo. Así, el concluyente mapa de esta sección decribe la imagen primordial del círculo histórico del cono-cimiento del hombre , Quetzalcoatl o la Serpiente Emplumada, quien como el alquímico Ouroborus mordiendo su propia cola, se termina en él mismo cerca d la matriz de la trama de la historia. Nacida del mito, la historia pasa de nuevo a la estructura mítica.
La sección final, la ecuación holonómica, Parte V, representa al hombre y la naturaleza sintetizados. Aquí la clave es dada por los códigos completamente descifrados . El patrón de la historia, el código genético, el banco psi, las pulsaciones solar y galáctica, el geomagnetismo, y las operaciones biopsí-quicas elevadas del hombre son sintetizados en su cianotipo o plantilla matriz en que la crómatica, la ciencia del color y de la armonía en general, representa la geotecnología emergente. Esta geotecno-logía es referida a la radiosónica – una tecnología funcional basada en la síntesis biosíquicamente activada de las energías geo –y electromagnéticas.
Aunque el estadio final del proceso poshistórico –preparación para entrar a la comunidad galáctica – está aún completamente distante de nosotros, no obstante es bueno tener alguna clase de mapa que indique la naturaleza del terreno y la cualidad de la jornada. Aún no hay meta final. Transformando la tierra en un orbe luminoso y purificado es en sí misma sólo la preparación para otro estadio en una jornada que, para todos los propósitos prácticos es sin principio ni fin. No obstante, por la misma se-ñal que podemos decir no hay metas, podemos también declarar que la meta ya está presente. Por la lógica de la holonomía, el todo está en la parte, el fin está en el principio, y para aquellos de noso-tros en media corriente hay sólo un imperativo: unir propiamente el cielo y la tierra, el principio y el fin, el alfa y el omega.
La narración precedente no sería tomada como algo más que un preludio para el flujo de Mapas que sigue. Es en la lógica visual del flujo y el glosario que lo acompaña y las claves que cada persona pueda determinar por él o por ella misma, dónde él o ella se sitúe en la ecuación holonómica.












Parte II
Del todo a la parte,
El todo está en la parte,
Toda parte es sagrada
LOS MAPAS
I. La naturaleza se presenta a sí misma
PRELUDIO:
EL CÓDIGO,
LA CLAVE,
EL MODELO.
La Tierra en Ascenso no es especulación, sino, una precisa colección de claves, un código, una ma-triz y finalmente un despliegue de los patrones subyacentes que gobiernan la experiencia consciente de la vida en este planeta particular. Ya que la tierra misma es un aspecto funcional de un orden más grande, el sistema solar en torno a un miembro integral de la galaxia, lo que es verdadero para el funcionamiento de este planeta es inalienablemente afectado y resonante con el funcionamiento de los sistemas más grandes, de los cuales es una sucursal.
Puesto en términos más simples todo es resonante con todo lo demás. En el campo total de reso-nancia, el universo, diferentes niveles de orden o sucursales sistémicas pueden distinguirse. Para nosotros mismos estos niveles de orden pueden ser descritos en la siguiente forma, yendo de lo mi-cro a lo macrosómico: 1) El radiogenético o atómico/celular, las estructuras formales primarias y los sistemas de materia y vida; 2) lo sutil, organismo complejo que comprende el humano individual, es-tructuralmente no diferente de todo otro humano; 3) el organismo total de la humanidad considerado como un solo cuerpo multimembral, la membrana del planeta con propósito, auto- reflectiva; 4) el cuerpo del planeta mismo, con todos sus niveles concéntricos palpitantes desde el núcleo caliente denso al campo etérico magnético; 5) el sistema solar con el sol como su centro, como el corazón es para el cuerpo humano, o el núcleo para el átomo o célula; 6) el campo galáctico, con sus virtualmen-te innumerables sistemas de estrellas, y finalmente, 7) el universo entero con sus igualmente innu-merables galaxias.
Lo que es importante tener en mente es que estamos definiendo niveles de orden, sistemas holárqui-cos, cada uno inclusivo de o incluído en otras holarquías. Para funcionar los sistemas mutuamente resonantes, y de ahí interdependientes e interactivos, esto es, poseer reciprocidad holonómica, debe haber un mecanismo resonante universal. El nombre dado a este común mecanismo resonante es-tructural es la triple configuración binaria. Esta configuración representa tanto la estructura primaria como el proceso primario. Aunque primario, también es la prefiguración o el mapa de todo el proceso de algún sistema que está destinado a sufrir. Como tal, la triple configuración binaria es el patrón subyacente de la matriz del banco psi, el patrón resonante clave para toda vida, propósito inteligente y comportamiento consciente en este planeta.
Primero presentamos la urdimbre primaria o patrón longitudinal de la matriz de banco psi en roda su sencilla e inclusiva majestad. La urdimbre representa el tejido celeste electromagnético del banco psi como distinto de la trama latitudinal, que representa el patrón terrestre biológico e histórico (ver Mapa 37). Ambos urdimbre y trama cada uno consta de ocho secciones para un total de dieciséis partes mutuamente interenfrentadas. Mientras la urdimbre tiene un patrón identificable como una repetición de ocho de las 260 unidades (20 filas horizontales por 13 verticales). El Tzolkin o Tonalpohualli, el Calendario Sagrado de la antigua civilización Mesoamericana, la trama está basada en la progresión por ocho de los sesenta y cuatro kua o patrones lineales primarios del I Ching.
Codificadas en la urdimbre del banco psi están cuatro series de triples configuraciones binarias colo-cadas noventa grados aparte, unidos en la latitud cero o línea ecuatorial. Las cuatro divisiones de noventa grados abarcan la superficie de la tierra. Las divisiones de noventa grados también corres-ponden a la progresión de las estaciones en su polaridad norte/sur, para un total de ocho conjuntos, cada uno definido y caracterizado por una triple configuración binaria. La simetría primaria y el orden primordial del patrón de la urdimbre de la matriz del banco psi, lo distingue como el campo generativo aboriginal del cual todos los otros patrones, sistemas, estructuras y órdenes de ser y conocer son derivados. La más primaria de estas estructuras, por supuesto, es la triple configuración binaria mis-ma.
La triple configuración binaria es todo número código y construcción visual. De esta configuración como se manifiesta en la matriz del Calendario Sagrado de 260 unidades, un octavo de la urdimbre del banco psi, todas las estructuras y procesos son derivados. Desde este punto de vista la triple configuración binaria es la estructura resonante primaria común a todos los procesos y sistemas. Es la forma visible del código cósmico.
Su simetría bilateral lo define como binario o doble. Se notará que el repliegue simétrico de la confi-guración está definido por la central o séptima de las 13 columnas en la estructura del Tzolkin. Esta columna central es la “columna mística” o el “eje del eterno presente”.
Su triple aspecto es definido por las veinte filas horizontales o latitudinales. Las cinco filas de la cima y el fondo son perfectamente simétricas una de otra. El más complejo patrón que distingue las diez filas centrales(de nuevo dividida en dos partes de cinco filas cada una perfectamente simétrica una de otra) es la tercera zona crítica de transformación. Debido a la simetría lateral de la zona central, la figura entera puede también ser vista como configuraciones de cuatro partes de cinco filas cada una.
Cada lado del patrón binario consta de 26 unidades, para un total de 52. Agregando los números en serie de cuatro, empezando con las esquinas y trabajando hacia adentro, encontramos que la suma son siempre 28. Esta figura cuenta 13 (el número 52 dividido 4) nos da un total de 364, un año lunar. Esta es una clave numérica para la naturaleza calendárica básica de la estructura.
Si el lado izquierdo de la configuración representa un flujo negativo de energía, y el derecho uno po-sitivo, entonces tenemos una imagen básica de carga y flujo eléctrico polar. Más adelante, si el lado izquierdo fluye hacia abajo y el derecho hacia arriba, vemos que la suma de transformaciones repre-senta un área d polaridad cruzada. El mecanismo de polaridad cruzada es la dinámica fundamental sin la cual no habría energía o vida. En el centro de la columna mística – que también representa el espacio que hace posible la dinámica transformativa de la polaridad cruzada – vemos los números trece y uno , el omega y el alfa, el fin unido al principio.
Mientras hablamos de esta configuración en términos de carga eléctrica negativa/ positiva, esto tam-bién representa la dinámica o mecanismo básico de la doble hélice del código genético, esto es, dos ramales del ADN cruzando y enrollándose uno alrededor del otro. Como el código básico de la vida que contiene la información que gobierna tanto la replicación como la autorregulación de todos los organismos vivos, todo el ADN está basado en la triple configuración binaria. La estructura básica del ADN es como sigue: de los dos ramales, uno contiene el templete del otro. En el caso de la triple configuración binaria, asume que éste es el ramal izquierdo. Además, cada ramal procesa la infor-mación en una dirección opuesta a la del otro.
Traduciendo este proceso a términos de la situación biopsíquica de la vida y consciencia humanas, un flujo de información se mueve del futuro al presente, el otro del pasado al futuro. El primero es el flujo o corriente de la visión, intuición, sueño. El otro representa la información como está manifiesta y codificada en símbolos, formas escritas, estructuras materiales, libros, bibliotecas y así sucesiva-mente. La corriente de la visión que se mueve del futuro al presente es la corriente CA (continuidad aboriginal), la última, la corriente AC (avance civilizacional). La primera se mueve del futuro sintetiza-do hacia el presente particularizado. La última representa los métodos analíticos que articulan modos de acción específica construidos sobre modelos del comportamiento y conocimiento pasados.
La Matriz Primaria Una Octava de la Trama Longitudinal del Banco Psi (Tzolkin).
La matriz primaria que contiene y es definida por la triple configuración binaria es todo modelo numé-rico que consta de los números del uno al trece repetidos en un enrejado de veinte, para un total de 260 permutaciones (13 x 20). Entre los Mayas y los Nahua de la antigua Mesoamérica, las veinte filas del enrejado fueron representados por veinte símbolos sugestivos de los más primarios aspectos del proceso vida/ muerte (Ver mapas 9 y 30).
Como ya se ha anotado, la séptima o mediana de las trece, el Omega y el Alfa, numerales 13 y 1, unidos en el centro verdadero de todo el Tzolkin. Entre los Mayas y los Nahuas, el patrón de permu-taciones de 260 unidades era traducido en el así llamado, “El Sagrado Calendario” de 260 días que coincidía cada 52 años con el calendario solar, y cada 104 años con los calendarios solar y venusino. Sustrayendo el número de unidades representado por la columna mística, quedan 240 unidades, una figura divisible por 16, 12 y 8, los otros números claves calendáricos y geotransformadores.
Dieciséis de los ciclos de 260 días suman 11.3 años solares, el tiempo promedio para que un ciclo de mancha solar binaria alcance una polaridad cruzada. Mientras la matriz binaria representa la octava trama longitudinal o matriz electromagnética del banco psi, podemos relacionar su derivación a las pulsaciones electromagnéticas de las manchas solares en sus movimientos binarios (ver Mapas 4, 10, 29, 30).
Mientras los números 1 al 13 tienen variantes y múltiples asociaciones calendáricas/cíclicas, el nú-mero 20, que incluye los números 1 al 20, pueden estar genéticamente asociados con los 20 ami-noácidos construidos de los 64 codones del ADN (ver Mapas 7 y 32).
Como se anotó, las cincuenta y dos unidades que comprenden la triple configuración binaria pueden ser reducidas a trece series de cuatro unidades cada una, empezando por las cuatro unidades de las esquinas y moviéndose hacia dentro de una manera concéntrica. Cuando este movimiento numérico es considerado como un patrón de resonancia concéntrica, u ondas de sonido que emanan de un punto central (la unión de Omega y Alfa de la Columna Mística), pueden tomarse en una forma tridi-mensional o esférica.
Generada esféricamente la triple configuración binaria llega a ser el modelo resonante de campo binario, el topocosmos holonómico (topo que significa “lugar”, “cosm”, significa “orden”, de ahí “lugar de orden”), definido por Theodor Gaster como “el complejo entero de una localidad dada concebida como un organismo vivo”. Mientras que la triple configuración binaria es una estructura de informa-ción, el modelo de campo resonante o topocosmos holonómico representa la matriz primaria del es-pacio/tiempo de una estructura total. Como tal, es el modelo esquemático del átomo, de un organis-mo vivo, del planeta, del sistema solar o del universo mismo.
Constando de tres campos de resonancia mutuamente intersectantes: el electromagnético, el gravi-tacional y el biopsíquico, podemos ver este modelo más inmediatamente como una imagen primaria del planeta tierra, como un organismo total, u holon. Al mismo tiempo, es el modelo que define nues-tra total experiencia como un organismo evolutivo autorreflectivo sobre el anfitrión planeta tierra. Así, el modelo es tanto la estructura de la naturaleza como el modelo para conocer esa estructura.
Como una imagen del organismo total del planeta tierra, el campo electromagnético halla su real co-rrespondencia en los cinturones de radiación de Van Allen. El campo gravitatorio halla su campo de juego físico en las placas tectónicas geomagnéticamente evolutivas y cambiantes que componen la subestructura de la tierra viviente. Finalmente al campo de resonancia biopsíquica corresponde el banco psi, el cerebro de la tierra, el campo guía que controla la evolución consciente del organismo dirigente del planeta, la especie humana.
Mientras el campo electromagnético corresponde a la parte superior de la triple estructura binaria, y el campo gravitacional a la simétricamente reflejada parte inferior, el campo biopsíquico representado por el hombre corresponde a la zona dinámica de transformación, eje del mecanismo de polaridad cruzada. El núcleo o centro del modelo representa el corazón vivo evolutivo de un proceso causado por el equilibrio dinámico de los tres campos de resonancia.
Cada uno de los tres campos tiene su propia polaridad y carga positiva/negativa, produciendo una división o estructura de las seis partes. Esta puede ser relacionada con las estructuras de seis líneas del orden binario de los codones del ADN y los kua o hexagramas del I Ching. En términos de la ecuación geomántica tradicional el campo electromagnético corresponde a los cielos, el biopsíquico al hombre y el gravitacional a la tierra. En un sentido psicológico, el campo electromagnético corres-ponde a los campos de los sentidos, y el biopsíquico a los estados de conciencia internos concurren-tes generados por el apareamiento del campo y el órgano de los sentidos.
En un sentido informacional o material, tanto la triple configuración binaria como el modelo de campo resonante pueden ser entendidos como generándose de un espacio sin principio, de ahí, siendo ellos mismos sin un real principio o fin. De un punto de vista psicológico, sin embargo, estos modelos son manifestaciones autoexistentes de la mente. Enteramente simples, todos los fenómenos son depen-dientes de la mente por significante y la mente, como el espacio, es infinitamente extensa y penetran-te. Desde la perspectiva de la lógica holonómica, la estructura de la naturaleza y el modelo del cono-cimiento son indistinguibles holonómicamente, y ya que el conocimiento es una función de la mente, todas las estructuras son mentales por naturaleza.
Referente al banco psi, una estructura planetaria evolutiva dependiente del propio desarrollo cons-ciente del hombre como un organismo planetario total, es mostrado en su más primaria condición: la matriz binaria de doble hélice generada por los dos cinturones de radiación.
El cinturón interno, constando de radiación cósmica positiva atrapada –protones- y el externo de ra-diación solar negativa atrapada –electrones- proveen el campo binario para la matriz rudimentaria del banco psi. Las polaridades positivas/ negativas de ambos cinturones de radiación y cinturones Psi son sensibilizadas con los polos norte /sur del campo geomagnético (gravitacional). La simple estruc-tura helicoidal de la matriz del banco psi como el campo de resonancia biopsíquica del planeta tierra es obviamente afinado o resonante con la configuración primaria de doble hélice que gobierna la operación del código genético. Esto es de esperarse ya que el espectro de los campos de resonancia biopsíquica recorren la escala desde el organismo celular más simple a los niveles más refinados de actividad mental. No hay vida sin propósito, no hay propósito sin ninguna clase de inteligencia que gobierne, no hay inteligencia sin ningún campo de consciencia. Como los organismos crecen en una complejidad neurofisiológica así también el campo de conciencia evoluciona y con él la inteligencia de propósito del organismo, encontrando su culminación en el hombre, en quien ocurre, finalmente, la posibilidad de la mente autorreflectiva.
Como es evidente esa mente y conciencia no son la sola posesión o invención de algún solo indivi-duo aunque poseído por todos – y ya que el organismo humano en su integridad es una función evo-lucionaria de la tierra, la configuración mental de este organismo, que posee las cualidades de inteli-gencia de propósito, puede también ser vista como una propiedad de la tierra misma. De ahí el banco psi: cerebro o campo mental de la tierra en que reside el patrón guía autorregulador de la evolución consciente, inseparable del hombre y el planeta.
La carta flujo geomántica corresponde a la percepción geomántica primaria, el cielo arriba, la tierra abajo y el hombre entre ellos. Como hemos visto, estas tres designaciones corresponden respecti-vamente a los campos electromagnético, gravitacional y biopsíquico del modelo de campo resonante primario. La carta –flujo geomántica primaria enfatiza esta relación tripartita como un ciclo organísmi-co que gira alrededor del eje central que divide el modelo en dos mitades: el hombre y el tiempo.
Como las dos variables sutiles entre cielo y tierra, el hombre y el tiempo comprenden una única rela-ción binaria, la mutua interacción de las cuales ha sido por largo tiempo una base reconocida de to-dos los sistemas de geomancia. Más generalmente, el tiempo o lado izquierdo de la carta –flujo geomántica representa el espectro total del mundo fenomenal conocido por el hombre, el así llamado mundo objetivo. El lado derecho, que representa el espectro biopsíquico de las sensaciones internas y externas como de todos los impulsos psíquicos, corresponde al así llamado mundo subjetivo de la mente. La totalidad de estas dos mitades, con todo lo de sus mutuas correspondencias, comprende la estructura binaria de la naturaleza y el modelo holonómico del conocimiento.
El modelo frontal de un topocosmos holonómico con anillos evolutivos del banco psi describe una estructura de campo planetaria conscientemente armonizada, el modelo primario de la cual es repre-sentado por la carta –flujo geomántica. Los anillos verticales corresponden a las articulaciones acu-mulativas de los diferentes estadios psicoculturales en la evolución del planeta hacia una condición conscientemente armonizada. El loto, del cual emerge”este planeta con noosfera”, para usar la frase de Chardin, es el viejo símbolo de pureza y de inteligencia despierta.
Así como los patrones de la atmósfera y el tiempo están continuamente recirculando entre la superfi-cie de la tierra y los cinturones de radiación del campo magnético en una serie de niveles creciente-mente rarificados, así las estructuras de información psi –psions- están continuamente recirculando entre el organismo del hombre y el banco psi o cerebro holonómico del planeta tierra.
Esta simple, correcta operación del modelo de campo resonante primario es el principal factor a tener en cuenta para la difusión y diseminación de las imágenes y procesos arquetípicos entre los disper-sos miembros de la raza humana, particularmente durante el curso de los primeros tres estadios del desarrollo psicoculturas –el aboriginal, el hierático y el medieval. Es a causa de tal recirculación que pudo haber no solamente difusión de información clave sobre vastas extensiones geográficas, sino sobre el tiempo también.
Este fenómeno es demostrado en la ilustración de la transferencia y transformación del psion. En este ejemplo no estamos tratando con una correspondencia de uno a uno de imagen o símbolo, sino una equivalencia resonante de propósito psicocultural como también los medios de expresión de esa intención psicocultural. Los dos términos de esta equivalencia resonante particular son la temprana-mente hierática China 3.700 –3.100 P.A. *. La mediana hierática Nigeria 1.000 –600 P.A. Estos dos prístinos centros hieráticos especializados en la creación del bronce ritual, hasta un grado no alcan-zado por ninguna de las otras prístinas civilizaciones. En ambos casos los bronces rituales fueron manufacturados en el contexto de un sistema altamente desarrollado de culto a los antepasados.
En China, la producción de bronce ritual, fue primero plenamente realizada bajo la égida de la Dinas-tía Shang, la primera así llamada dinastía histórica de China. Entre los Yoruba –Ife de Nigeria, los bronces fueron trabajados bajo la tutela del gran rey ancestral y dios celeste del trueno y el relámpa-go, Shango. Los bronces Chinos –creados en el temprano final de la hierática escala civilizacional en China –son brillantemente abstractos en un estilo que es en ultimas animismo shamanístico.
*En el sistema de fechar de la Tierra en Ascenso, son usadas las siguientes designaciones: P.A. = Pre- atómico, D.H. = Después de Hiroshima. 6 de agosto de 1945, por esto es el punto cero en este cálculo cronológico. En el calendario Chino esta fecha marca de los ocho kua del I Ching correspon-de al K’ un, la receptividad de la tierra . La fecha 6 de agosto también significa el punto de inicio del presente ciclo del calendario Maya, agosto 6, 3114 a. c., o 13.0.0.0.0, Maya o 5.049 P.A.

Los bronces Nigerianos –creados en el final opuesto de la escala de la emergencia hierática –son una suma del más puro naturalismo idealístico, ejemplificado por el ultimo estilo hierático civilizacio-nal.
La dinámica que conéctale complejo ritual del bronce Chino con el de Nigeria casi 4.000años mas tarde reside en la práctica común del culto a los antepasados a través de la catarsis trascendental que se celebra en los grandes rituales Chinos en los que los bronces eran empleados –rituales que invocaban la energía y los poderes de las figuras de los antepasados –una particular cualidad de unidad psion era liberada, para ser almacenada en el banco psi. Unos 2.500 años mas tarde en Nige-ria cuando se moldea el bronce, el ya acordado gran significado cosmomágico, fue ligado con el culto a los antepasados y del dios celeste, particularmente de los grandes reyes de Ife, la cualidad de energía contenida en el psion chino original fue liberada o precipitada.
Del gran centro de Shang se ha escrito:
La capital de Shang fue una ciudad de orden cósmico,
El eje de los cuatro rumbos. Glorioso fue su renombre,
Purificados su poderes divinos manifiestos en
longevidad y tranquilidad,
Y la protección para nosotros que vinimos después.
De Ife, Nigeria, cuando los dieciséis dioses de la geomancia descendieron, se dice que allí los dioses bajaron de los cielos sobre una cadena de hierro para crear y poblar el mundo.
Mientras el ejemplo del ritual de los bronces Chino y Nigeriano y el culto ancestral es una demostra-ción de la configuración mutua que resulta en una única resonancia cultural, la exacta identidad del sistema binario, el I Ching, y del código genético no es solamente un ejemplo de transferencia psi sino también una clave para el substrato biopsíquico entero del planeta.
Fue el primero de los cinco “legendarios” emperadores de China, Fu Hi (o Fu Shi), c.a. 5.000 P.A., quien es acreditado con el descubrimiento del sistema binario del I Ching. Basados en elementos binarios primordiales, el yin y el yang, oscuro y claro, las líneas individuales de los ocho kua o las triples figuras binarias son designadas y , o yin y yang respectivamente. Estas dos líneas son entonces arregladas en estructuras de tres líneas leídas de abajo hacia arriba, para un total de ocho kua o triples estructuras binarias. De éstas, Fu Hi construyó el arreglo del “cielo anterior” de los ocho kua colocando cada una de las triples figuras binarias diametralmente cruzadas a su opuesto polar. Hacia el año 3.000 P.A., unos 1.800 años después de Fu Hi y en el punto entre la caída de la dinastía Shang y el surgimiento de la dinastía Zhou, King Wuen, mientras estaba prisionero9, se topó con el segundo arreglo de las ocho triples figuras binarias, el así llamado arreglo del cielo posterior. El arreglo suplementario de King Wen, reflejando el comienzo del proceso histórico, permitió que los kua fueran leídos en un estilo secuencial o temporal, como opuesto al arreglo puramente cósmico de Fu Hi. Además, mientras el arreglo totalmente simétrico de Fu Hi corresponde al cielo o campo elec-tromagnético, el de King Wen corresponde a la tierra o campo gravitacional que gira en el tiempo.
Lo más importante, con las dos series de las ocho tripletas binarias ahora en su lugar, King Wen fue capaz de combinarlas produciendo así las sesenta y cuatro permutaciones de seis líneas conocidas hoy en día como hexagramas. Estas sesenta y cuatro estructuras de seis líneas o kua comprenden los “cambios” y corresponden al campo biopsíquico, el hombre. A través del trabajo, Kung- fu- tze, Yang Shao y otros sabios /eruditos científicos, el I Ching, llegó a ser uno de los clásicos y una piedra de toque de las ciencias y filosofías chinas.
A través de los sacerdotes jesuitas en el siglo XVII, quienes trajeron el I Ching, para su atención, el filósofo alemán Leibnitz fue capaz de confirmar su sistema de matemáticas binarias, la base de la ciencia de los computadores de hoy en día. Hace menos de 200 años otro filósofo alemán, G. F. Hegel, familiarizado con el sistema binario de Leibnitz, construyó la teoría dialéctica de la historia, una teoría que tuvo gran influencia en el filósofo social y fundador del comunismo, Carlos Marx. En el presente siglo, el I Chin, atrajo el interés y la atención del psicólogo Carl Jung, por el cual confirmó muchas sospechas en lo concerniente a los “arquetipos” de la conciencia humana tanto como la no-ción de la sincronicidad, la idea de que las cosas o acontecimientos adquieren significación desde su ocurrencia al mismo tiempo. En 1949, Jung escribió su prólogo a la más valorada de las versiones europeas del I Ching de hoy, la edición Wilhelm/ Baynes. En 1950, este texto traducido primero al alemán en 1923, conoció su publicación en inglés. En 1953 dos científicos, James Watson y Francis Crick, anunciaron al mundo su descubrimiento del código genético, consistente en sesenta y cuatro triples figuras binarias llamadas codones del ADN.
El código genético es escrito con cuatro letras de ácidos nucleicos, cada una representado por las unidades lineales básicas del lenguaje binario, ( , ) produciendo un total de cuatro posibili-dades de dos líneas. Unas tres de estas estructuras de dos líneas pueden combinarse para producir un codón, representada como una estructura de seis líneas. Como los hexagramas del I Ching, hay sesenta y cuatro codones, y solamente sesenta y cuatro de esas estructuras posibles. De estos co-dones, son derivados los veinte aminoácidos.
La correspondencia exacta entre el lenguaje binario del I Ching, y el código genético de la vida, pri-meramente juntados por Martín Schönberger en 1973, adquiere una cada vez más misteriosa torsión en consideración de los tres codones sin sentido. Uno de estos empieza cada “frase” genética; uno de los otros dos indica una pausa para alguna frase genética escrita en el cromosoma nucleico de cada célula de la vida: El hexagrama del I Ching que corresponde al alfa o comienzo de cada frase fonética es el 56, usualmente traducido como El Vagabundo, y describe fuego en la cima de la mon-taña. Como el ADN viajando a través del cosmos en fragmentos microgenéticos, la idea implicada por la imagen de fuego en la cima de la montaña es la de la vida o vitalidad moviéndose constante-mente de un lugar a otro. Los hexagramas que corresponden a los codones- pausa son el 12 y el 33, la Pausa y la Retirada. Ambos describen situaciones en que puede no haber ulterior desarrollo y en consecuencia hay una separación de los elementos vitales indicando muerte o un drástico rompi-miento del equilibrio de la vida.
La identidad “coincidente” del orden binario de los 64 kua del I Ching y de los 64 codones del ADN es de tal magnitud que el mecanismo guía del banco psi llega a ser una fuerza inteligente de gran ayu-da, aún para aquellos que no lo han considerado previamente. Pero, como se ha indicado ya, no es coincidencia que esté en el trabajo aquí. Con los codones del ADN nosotros estamos tratando bioló-gicamente con el código de la vida misma; con el I Ching, estamos, al menos, confrontados con un código biopsíquico equivalente, un mapa del desarrollo de la inteligencia misma. Así, no hay dos sis-temas casuales que encuentren cada uno en el otro una completa identidad de estructura, sino dos códigos que subyacen, determinan y describen el desarrollo completo de la vida y el comportamiento de propósito inteligente sobre este planeta.
Dada la enormidad de lo que los dos sistemas significan, no es al fin una conclusión improbable su-gerir que nosotros estamos tratando con una estructura básica de codificación inherente al banco psi también. Para verificar esta intuición, podemos girar hacia otra manifestación psi “casual”: el cuadra-do mágico de 8 de Ben Franklin con un conjunto de 260, esto es, una serie de permutaciones de 8 x 8 o de número 64, cada fila vertical y horizontal de las cuales suman 260. Este cuadrado mágico par-ticular, como un número de los otros, llegó a Ben Franklin del todo gratuitamente hacia 1750.
Para Franklin, la manifestación de estos cuadrados en su mente consciente era materia de un alta-mente curioso pero finalmente inocuo pasatiempo, que parece dirigido a ninguna parte mas allá del salón de juegos matemáticos. Por otro lado Franklin no estaba enterado del I Ching, ni conocía nada del ADN. El hecho de que el Tzolkin es una cuenta calendárica de 260 días era otro hecho del cual Franklin era totalmente ignorante. Finalmente, Franklin no tenía la más leve sospecha de que el pri-mer cuadrado mágico en la historia es atribuido a nadie más que a Fu Hi, el primer emperador de China, la persona que trajo el sistema binario del I Ching, al mundo.
Lo que nosotros hemos hecho con el cuadrado mágico de 8 de Franklin con un conjunto de 260 está escrito en los sesenta y cuatro kua /figuras codónicas del ADN que corresponden a los números. El patrón resultante es nada menos que elegante. A lo largo de todo el cuadrado somos confrontados con la dinámica primordial de la polaridad cruzada. De hecho, el patrón subyacente en el cuadrado topa con algo así como un tejido intrincado e integrado, dividido en dos secciones de cuatro partes, conteniendo cada parte 8 cuadrados ordenados en dos filas cada uno. Cada una de las 8 secciones o placas exhibe el mismo patrón de simetría exacta, consistente en una sección central de 4 cuadra-dos, los números de los cuales todos se relacionan con cada uno de los otros en el patrón perfecto de polaridad cruzada, y dos secciones laterales de dos números cada uno, cada serie opuesta de los cuales también se relaciona con la otra, en el mismo patrón cruzado.
Reducido a su más básica esencia, el patrón de polaridad cruzada de cada placa, tanto como el pa-trón total de todos los sesenta y cuatro cuadrados, resulta en una figura simple que es el más prima-rio patrón cruzado binario. Que este sea el mismo patrón general exhibido en la trama del Banco Psi (Mapa 1), la triple configuración binaria, no sería demasiado sorprendente, ya que la trama del Banco Psi está basada en la matriz de 260 del Tzolkin, el mismo número que la suma de cada una de las filas en el cuadrado mágico de 8.
Finalmente, se anotaría que el patrón primario cruzado binario, el motivo hilvanante de doble hélice, también exhibiendo una similitud con el símbolo del t’ai chi del yin y el yan es exactamente el mismo símbolo Nahuatl para Hollín. Este símbolo, diecisieteavo de los 20 signos sagrados en el Tonalpo-hualli, la variante Nahua o Azteca del Tzolkin, siendo también el único símbolo abstracto en la ver-sión nahua del calendario matriz central en el famoso y profético monumento azteca, el Sol o la Pie-dra Calendárica.
Para completar la primera parte de la ecuación holonómica – “La Naturaleza se Presenta a Sí misma” – parece totalmente apropiado que regresemos a la figura indicada por el cuadrado de Franklin, el Tzolkin o el Calendario Sagrado de 260 unidades de la antigua Mesoamérica. Es este el mismísimo calendario que provee una matriz de octava de la trama del Banco Psi con la que iniciamos esta sec-ción. Sería recalcado que esa misma matriz calendárica también corresponde a 1 /16 del ciclo binario de las manchas solares de 11.3 años.
Aquí lo presentamos en un arreglo horizontal con los 20 signos de días sagrados Mayas o glifos es-critos en el fondo de cada una de las 20 filas verticales. En la cima de estas mismas 20 filas, hemos indicado el movimiento de las direcciones cardinales asociadas con cada uno de los glifos. De este modo, podemos ver que aunque el calendario es presentado como una rejilla, en realidad él también da cuenta de la rotación del tiempo en relación con el espacio. En esta más amplia, básica versión del Tzolkin, podemos observar la progresión de los números del 1 al 13 en sus continuas repeticio-nes, con el propósito de indicar el patrón básico alternante o por pasos que distingue la rejilla calen-dárica.
Podría anotarse que los números de cada una de las 20 filas suman 91, para un total 1.820, el mismo numero que es derivado de la suma de las sumas de los números de cada una de las 13 filas. La suma de los números de la columna mística, la séptima fila horizontal de este ordenamiento, suma 140 (7 x 20), que multiplicado x 13 es igual a 1.820. Si 1.820 es tomado como una cuenta de días, entonces establece una figura que es menos corta que 0.03% de un periodo de 5 años. Esta y mu-chas otras figuras e ideas provocadoras pueden derivarse de un estudio del Calendario Sagrado.
Este punto, sin embargo, presentándolo aquí, es para demostrar que como el I Ching y el ADN, el Tzolkin o Calendario Sagrado es una representación de un patrón fundamental de la naturaleza y no invento o artificio humano. La naturaleza se presenta a sí misma; el hombre continúa y aprende.


II. El Hombre Aprende de la Naturaleza



Preludio: Del Afinamiento Primario a la elaboración Psicosensorial


El Sagrado Calendario de la antigua civilización Mesoamericana, como el I Ching de la antigua China, apunta a algo más que a ejemplos remarcables de sistemas demasiado perfectos o demasiado ingeniosos para ser meramente el producto de mentes que pugnan por inventar una estructura conceptual que pudiera representar o contener el orden de la naturaleza. En lugar de eso, como está indicado por la congruencia de estos sistemas tanto del código genético como del curiosos pero altamente integrador ejemplo del cuadrado de Franklin, estos sistemas no son hechos definitivamente por el hombre. Más bien, son representaciones del orden de la naturaleza hechos manifiestos a las mentes de los hombres, a menudo en un pasado tan antiguo u oscuros que a lo mejor, como en el caso del I Ching, solamente pueden ser atribuidos a figuras legendarias como el primer Emperador de China.

Lo que la existencia del I Ching y el Tzolkin implica es la necesidad de considero un modo básico de conocimiento o aprendizaje acerca de las cosas: el conocimiento a través del afinamiento. Esto también puede ser descrito como el aprendizaje a través de la receptividad resonante, el aprendizaje intuitivo o por sus más exaltados, el aprendizaje por la revelación. Este modo de aprendizaje visionario, que corresponde a la corriente CA (Continuidad Aboriginal) de la dinámica psicocultural, ocurre primariamente tanto en un sentido biológico como histórico.

Lo que hace al conocimiento a través del afinamiento más efectivamente posible es un índice de comunicación directo, no filtrado entre los órganos de los sentidos y el entorno. Esto apunta a la necesidad del silencio reflectivo, la calma, la contemplación y los estados meditativos de la mente y el ser. Es en este sentido que el conocimiento a través del afinamiento es primario biológicamente o ahistórico. El conocimiento a través del afinamiento es primario históricamente en cuanto precede los modos civilizacionales de aprendizaje (AC) o como formas o patrones escritos o codificados matemáticamente. A causa de esto esta más fácilmente asociado con las condiciones psicoculturales shamanísticas aboriginales. A causa de su primacía biológica, el conocimiento a través del afinamiento también apunta a la continua necesidad de la existencia de la sociedad aboriginal y los modos del conocimiento hombro a hombro con el crecimiento de la propia civilización.

Como hemos visto, el Tzolkin o el Calendario Sagrado está basado en una serie de 13 números secuencialmente repetidos 20 veces par un total de 260 permutaciones. Cuando consideramos el sistema de anotación Maya y el patrón creado por los números 1 – 13 repetidos secuencialmente en el sistema de anotación Maya, un patrón puramente visual es claramente evidente. Este patrón visual puede ser abstraído aún más en la forma presentada en este mapa.

Lo que vemos es una matriz de 13 rectángulos dentro de los cuales una pesada línea se eleva rítmicamente y cae repetidamente, 20 veces. Arriba y abajo la fila de líneas curvas rectangulares relaciona los rectángulos pares e impares para crear dos ulteriores patrones rítmicos que corresponden al hecho de que cuando los números de las 13 filas son sumados, las sumas de las filas ares difieren por 7 mientras que la suma de las filas impares difieren por 6.

Cuando contemplamos el Calendario Sagrado de esta forma puramente visual, podemos apreciar por demás que estamos tratando con un patrón intrínseco de la naturaleza, y no un invento hecho por el hombre. El conocimiento de tales patrones resulta de una combinación de la observación y total receptividad del cuerpo. También, como está indicado al considerar el papel de la matriz de 260 unidades de la trama del banco psi, comprendemos que estamos tratando con un patrón celeste intuitivamente percibido – en este caso, uno asociado biopsíquicamente con el patrón que sube y baja de los movimientos binarios de las manchas solares. Evocador del escudriñar descrito bajo el patrón rítmico del Calendario Sagrado. La forma de este patrón probablemente corresponde a la de una ventana de observatorio en uno de los centros ceremoniales de Anasazi (región del Río Colorado, de Norteamérica) ca. 1.000 P.A.

La base del conocimiento a través del afinamiento es la habilidad par admitir que cualquiera de los factores o fuerzas del entorno están presentes para penetrar y entrar plena y completamente al campo entero de los sentidos. No solamente somos biopsíquicamente una manifestación del completo orden de la naturaleza, sino que a través de nuestra habilidad para estar completamente abiertos y receptivos, el orden puede además imprimirse en nosotros de tal manera que lo que resulta es una visión y entendimiento auto-reflectivo del proceso holonómico. Este es el fundamento del conocimiento, tanto biológica como históricamente.

El nombre dado a la capacidad aboriginal – que significa innato, siempre comenzando – para el logro del conocimiento a través del afinamiento es el shamanismo. Como un tipo de personalidad, el shamán es la dinámica creativa primaria en el reino humano. De nuevo hablamos tanto de una primacía biológica como histórica. Como una dinámica creativa los poderes del shamán son fudamentalmente aquéllos de la curación y de hacer arte. Para hacer arte uno debe conocer cómo trabaja la naturaleza, lo mismo es verdadero para la curación.

La blusa mágica del shamán dentro del modelo holonómico representa la capacidad para morir para sí mismo, esto es, para llegar a ser desinteresado. Esto está representado por el patrón esquelético esquemático que simboliza tanto la visión de la muerte de uno mismo, como al mismo tiempo el logro de la visión y el poder trascendentes. Así, a través de la experiencia transformadora, la columna espinal es entendida como la columna mística del eje cósmico y el interior esquelético hecho visible como un reflejo del árbol de la vida. Creciendo de la oscuridad de la tierra hacia los cielos, el árbol es el embajador elemental de la tierra para las zonas celestes (banco psi) donde el shamán debe ir para obtener la visión. Retornando a la tierra imbuido de la visión, el shamán posee el poder para curar y hacer arte; con sus poderes de visión trascendente, él o ella puede también ver y localizar aquellos sitios y lugares, a menudo designados por rocas, manantiales o cavernas, donde el poder del cielo y la tierra están más auspiciosamente presentes, por tanto capaces de ser unidos. Todo es sagrado u el poder de lo sagrado se mueve a través de todo, circulando en realidad a través del más mínimo elemento de la naturaleza.

Aquí presentamos los patrones visuales, original y tradicionalmente dibujados sobre la tierra con arena. El patrón de la izquierda es de una de las más aboriginales de todas las tradiciones, la Australiana. En el centro un “charco de agua”; los círculos a los lados son serpientes convertidas en rocas. El efecto total es de un patrón intensamente vibratorio, altamente geométrico. El título de la pintura indica que a imagen total es un mapa psíquico, el cual a través de su abstracción primordial modelo, es capaz de ligar eventos terrestres, animísticos y mentales en un todo. De ahí que la imagen pictórica o icónico puede referirse como un templete de afinación o placa de memoria, porque su función es lograda cuando evoca en quien percibe el campo total de eventos, imágenes y alusiones.

Descrito dentro del modelo holonómico, la placa de memoria “Australiana” es mostrada como si fuera un patrón de resonancia generado en el banco psi, el campo de memoria propio de la tierra. Uno de los rasgos más distintivos de la cultura Aborigen Australiana es el papel jugado por Aljira o Aljeringa, El Tiempo del Sueño. Esta zona primordial, casa de los ancestros, mítica y atemporal, es también la meta o estado de consciencia que un templete de memoria tal como la “Alfombra de la Serpiente Durmiente” ayuda al observador a recuperar. Como un término mítico poético para el banco psi, el tiempo del sueño ejemplifica la mirada preliteral con que este almacén de patrones biopsíquicos fue considerado.

Puesto al lado de la imagen Australiana está una pintura de arena Navaho, “La casa del Sol”. Como con el templete Australiano, la imagen Navaho representa un almacén de información altamente condensado contenido dentro de un patrón único integrado. Las cuatro bandas, empezando por lo alto, representan las cuatro casas del sol, y pueden ligarse a los patrones triples binarios de cuatro pliegues de la trama del banco psi. La parte alta de la banda, representa el amanecer; la de abajo la noche; la siguiente, el firmamento azul; y a del fondo con los círculos, representando los cuatro vientos cósmicos, la tarde.

Cada uno de los símbolos circulares de los vientos cósmicos está circundado por un patrón arco iris rectangular y una serpiente guardián de color contrastante. Arriba las cuatro casas del sol son símbolos de nubes, y encima de esos los cinco pájaros celestes guardianes. La pintura, “La Casa del Sol”, deriva su significado del hecho d que fue una de las tres primeras pinturas que el Espíritu del Sol instruyó a los hijos de la tierra para pintar.. Es también de anotar que las primeras enseñanzas del Espíritu del Sol a sus hijos de la tierra fueron en las artes de la curación, de las cuales las pinturas de arena fueron una parte integral.

Debajo de la “La Casa del Sol” está otra ventana celeste. Ésta muestra la partida del Santo Hombre de la casa de su padre. Los patrones de cola emplumada en el fondo indican el “vuelo del tiempo” y el patrón cruzado el extremo izquierdo, la Vía Láctea. “La Casa del Sol” y el cielo en general pueden de nuevo tomarse como imágenes del banco psi, el almacén de los patrones del aprendizaje, de la curación, del arte y del conocimiento.

A la derecha hay otra pintura de aren Navaho, “Surgimiento de la Medicina del Pueblo”. Mientras las pinturas de arena previamente descritas desplegaban la síntesis de los estadios de relación del sol con la obtención del conocimiento, esta es una demostración gráfica de la percepción intuitiva preliteral de orden geomántico.

El cuadrado central representa la oscuridad de la tierra de la cual las cuatro plantas medicinales sagradas y la medicina popular surgen. De cada lado del cuadrado, aparecen las cabezas de las doce de estas medicinas. Representando las cuatro direcciones están las figuras del Hombre Sagrado, la Mujer Sagrada y la Niña Sagrada, que juntos con cada una de sus doce correspondientes medicinas populares direccionales, comprenden un total de cincuenta y dos. De las esquinas del cuadrado de a tierra cuatro plantas medicinales sagradas crecen. Circundando los tres lados (el lado oriental está abierto) está un guardián celeste arco iris serpentino. Protegiendo la puerta del este abierto, porque representa el lugar donde el sol asoma, están otros dos seres guardianes la Bolsa de Tabaco del Sol, arriba y la Gran Mosca, abajo. Arriba está otro diseño de ventana celeste.

A la izquierda están dos tradicionales tablas de adivinación geomántica Yoruba (Nigeria). En su más puro sentido, la adivinación es un medio de conocimiento directo por el que el adivinador (hombre) resuena con un patrón espontáneamente generado, en este caso dieciséis nueces de palma (tierra) que corresponde a un particular patrón binario del banco psi (cielo), la entera configuración del cual se convierte a sí misma en la mente del adivinador en una respuesta a una pregunta o indagación previamente formulada. La adivinación es intrínsecamente geomántica porque es totalmente dependiente de la relación primaria establecida conscientemente entre el hombre, el cielo y la tierra. De esto surge una definición cada vez más primaria: la geomancia es la relación binaria entre la mente y el entorno. De tal manera que subyace e informa todos los patrones de conocimiento y de trabajo con el mundo.

Entre los Yoruba, la adivinación geomántica es conocida, como Ifa, porque es originada en Ife, el lugar donde los dieciséis dioses, simbolizados por las dieciséis nueces de palma descendieron a la tierra. La principal deidad que preside las artes adivinatorias es Eshu, cuya cara memos en estos dos tableros de adivinación. El patrón primario de doble hélice del tablero inferior es ricamente improvisada sobre la tabla superior, representando allí un patrón de tejido tradicional. También en el margen circular están pintadas cabras salvajes, puerco espines, tortugas, embajadores del mundo animal en la psique humana.

Dentro del tablero circular hemos indicado el modelo primario del topocosmos holonómico, la tierra misma. Las dos líneas rectas que van hacia fuera desde latiera al banco psi, representada por el patrón circular espiral, significa el proceso adivinatorio, que conecta al adivino y al patrón de las nueces de palma, mostrado en el tablero inferior, con la configuración binaria arquetípica de “los cielos”. El modelo del proceso geomántico de adivinación es primario, y debe tenerse en mente al considerar los mapas de la Parte V, “El Hombre y la Naturaleza Sintetizados”.

En el Simposio de Platón, Sócrates pide a la profetiza Diotima hablar sobre la naturaleza del elemento demoníaco o adivinatorio, personificado como el amor. Ella replica:

“El interpreta entre los dioses y los hombres, transmitiendo y aceptando para los dioses las plegarias y sacrificios de los hombres y para los hombre los mandatos y respuestas de los dioses; es el mediador que atraviesa el abismo que los divide, por lo tanto, en él todo está encerrado junto, y a través de él las artes de los profetas y los sacerdotes, sus sacrificios y misterios y hechizos y toda profecía y encantamiento encuentran su paso. Para dios no hay mezclas con el hombre, pero a través del elemento demoníaco (o amor) todo el intercambio y cambio de dios con el hombre, sea despierto o dormido, es llevado a cabo. La sabiduría que entiende esto es espiritual”.

Mientras la primacía biológica de la visión shamánica y el conocimiento geomántico permanecen constantes, dando cuenta así de la corriente CA y de la avanzada capacidad para la visión renovada en la historia humana, su primacía prehistórica da nacimiento al proceso de la historia misma. En este sentido la historia es entendida como la diversificación del conocimiento. Aún la diversificación en diferentes campos no necesariamente significa pérdida de la unidad. De hecho, esto es virtualmente imposible. Un axioma holonómico básico establece: “si funciona, está relacionado con todo lo demás que funciona”. La noción de que hay diferentes campos de conocimiento que no están relacionados unos con otros es fundamentalmente el resultado de una pérdida de la visión sacra.

En el núcleo del modelo holonómico del conocimiento está el shamanismo, que representa la síntesis primordial indiferenciada del conocimiento y la experiencia. Del shamanismo surge tanto la ciencia madre como la madre de las ciencias: la geomancia, la ciencia que investiga la relación entre el hombre, el cielo arriba y la tierra abajo. Dada las tres coordenadas hieráticas contenidas dentro de esta definición de geomancia, el conocimiento puede ser entendido como tres campos mutuamente evolutivos e intersectantes: ciencias celestes, ciencias terrestres y las ciencias humanas o biopsíquicas. Vistos como un todo, los tres campos de conocimiento y sus subconjuntos “celestes” y “terrestres” comprenden las ciencias de la unidad o la holonomia misma.

Todo conocimiento está enhebrado a lo largo del tejido o línea vertical de la visión trascendente que corresponde a la columna mística o eje del eterno presente.

Esta línea vertical provee el campo para el desarrollo de las prácticas contemplativas espirituales: meditación, oración, búsqueda visual, ayuno y ejercicios espirituales. Cuando hay una comunidad que reconoce la necesidad de continuar desarrollando tales prácticas, usualmente dentro del contexto de un sistema de creencia religioso o espiritual entonces el resultado es la unidad de la visión. El conocimiento en toda su diversidad es entonces visto como muchas facetas de un prisma sagrado único. Es solamente cuando la línea vertical de la visión trascendente es “cortada” cuando el centro no sostiene más tiempo y el conocimiento es hecho pedazos en una Torre de Babel de campos especializados. Esto ocurre cuando hay una pérdida de la visión sacra, como lo ejemplificado por el presente estadio de la civilización.

Hablando del proceso del conocimiento y del aprendizaje, hemos mencionado dos factores determinantes: el elemento de la primacía biológica y el de la historia. Aplicado al organismo humano, el factor biológicamente primario se refiere internamente a las estructuras innatas del sistema neurofisiológico, que incluye los factores psíquicos o mentales, y externamente a los órganos de los sentidos y los campos de los sentidos correspondientes. La historia es derivada de la onda retroalimentadora creada por el desarrollo simultáneo de los órganos de los sentidos en respuesta al entorno, tanto como el retroplegar sobre los sentidos de lo que ha sido expresado a través de ellos. Los factores totales internos/externos que comprenden el campo biohistórico o psicocultural pueden ser llamados el sistema de organización psicosensorial.

Esta organización no es una condición estática. Las impresiones y la información del entorno, tanto natural como artificial, están continuamente fluyendo hacia el organismo a través de los campos de los sentidos. La mente y el sistema neurofisiológico continuamente procesan esta información y los devuelve afuera hacia el entorno en la forma de actividad y modos transformadores de comportamiento. Lo que es puesto afuera, literalmente expresado, es llamado cultura, la cual, al acumularse, llega a ser un factor de entorno artificial crecientemente significativo en el proceso psicosensorial total.

Volviendo al mapa del campo sinestésico, vemos que en el extremo izquierdo están indicados estadios interdepen-dientes y acumulativamente progresivcos del proceso psicosensorial interno. Los estadios internos de la información sensorial procesada por cada uno de los órganos de los dsentidos pueden ser divididos en cinco estadios: 1) Forma, se refiere al contacto sensorial inicial; 2) Sentimiento, que se relaciona con la atracción o repulsión; 3) Percepción, se refiere a la discrimación cualitativa y cuantitativa; 4) Formación, que indica el complejo de las reacciones pensamiento/emocionales incluyendo las respuestas previamente condicionadas; y 5) Consciencia, el grado, la cualidad y clase de conciencia mantenidos durante una experiencia dada.

Expandiéndose fuera del proceso psicosensorial interno, el mapa del campo sinestésico describe el desarrollo acumulativo de la elaboración psicosensorial en términos del desarrollo de los órganos de los sentidos, determinantes claves sensorio-psicoculturales, y la total tendencia fuera de la condición primaria de la sinestesia aboriginal. En este contexto, la sinestesia puede ser definida como los campos de los sentidos mutuamente interpenetrantes y actuantes en armonía unos con otros. Esta es la condición psicosensorial aboriginal – literalmente prehistórica y biológicamente no ramificada. Esta condición define el estadio inicial del desarrollo psicocultural dominado por un “sentido ritual” de actividades multisensoriales destinadas a conservar la visión primaria.

Los estadios subsecuentes, mundo antiguo, mundo medieval y mundo moderno, todos describen la elaboración psicosensorial creciente que marca la historia como un juego de fuerzas e ideas cada vez más divorciadas de la armonía original con el entorno. Como un resultado, la suma total de las técnicas educacionales, las formas estéticas y los procesos condicionantes generales llegan a ser crecientemente codificados en formas que deben ser aprendidas haciendo caso omiso de las tendencias biológicas primarias. Este proceso entero da cuenta de la historia como tendencias habituales “fijas” de segunda naturaleza. Este proceso alcanza su culminación en la era presente o moderna, en la cual la elaboración psicosensorial ha llegado a ser tan intensa que una condición totalmente opuesta de la condición sinestésica aboriginal ha sido alcanzada: la alineación psicosensorial mecanizada. Esto corresponde al rompimiento en pedazos del modelo holonómico del conocimiento, la pérdida de la visión sacra, el conocimiento hecho pedazos, el divorcio del arte y la ciencia, y a la confusión colectiva generada causada por la explosión corriente de información sin una estructura coherente de conocimiento que la contenga. Como se ha indicado por el modelo esférico a la derecha, hay un estadio siguiente, el holonómico, que sintetiza los estadios previos de desarrollo psicosensorial hacia una exaltada, sinestesia poshistórica. Para entender, mucho menos que alcanzar, este estadio requiere ulterior aprendizaje, especialmente con respecto a la naturaleza psicogenética de la historia misma.

Discutiendo y contemplando el mapa del campo sinestésico o historia de los sentidos, podemos empezar a apreciar las complejidades picológicas envueltas en el desorientador proceso conocido como historia humana. No obstante, no estamos separados de la naturaleza. Las estructuras y procesos intrincados de nuestro sistema neurofisiológico y el entorno que él crea puede entenderse holonómicamente aún como otra expresión de la dinámica más primaria, la polaridad cruzada.

Genéticamente, esta polaridad se manifiesta en la doble hélice. Históricamente, la polaridad cruzada puede referirse a la “onda psicogenética retroalimentadora”. Justamente como el hacedor de la historia, el hombre, es un organismo biopsíquico, así la onda psicogenética retroalimentadora “tiene su raíz en el patrón mismo de doble hélice del ADN”. Los dos ramales que forman la doble hélice son procesadores de información. El uno es referido como el CA – corriente de continuidad aboriginal – el otro, la AC – corriente de avance civilizacional. A la corriente AC pertenecen las formas culturales acumulativas y eventualmente, los campos de los sentidos civilizacionales no inclusivos del entorno planetario. La retroalimentación psicogenética se refiere al continuo intercambio entre los factores psicoculturales biológicamente innatos y los crecientemente elaborados.

En la onda total psicogenética retralimentadora, hay tres factores : 1) el sistema psiconsensorial innato mismo; 2) la creación de la cultura o el entorno psicocultural como la expresión de los diferentes órganos de los sentidos; y 3) el impacto continuo del entorno psicocultural artificial sobre el sistema psicosensorial.

La totalidad de este proceso/situación es lo que usualmente es llamado “historia”. Desde la perspectiva psicosenso-rial, la historia es también un proceso de tres pliegues. Primero que todo está el estadio de emergencia biopsíquica, caracterizado por la sinestesia aboriginal de la prehistoria. El segundo estadio, la historia propiamente dicha, caracterizada por la elaboración psicosensorial, es también el estadio de la hominización del planeta, la irradiación del hombre a través del planeta. El tercer estadio, e de la planetización de la consciencia humana, “retorna” a una sinestesia posthistórica.

Gráficamente, la historia es la onda entre los dos estadios de la unidad sinestésica. Lo que es verdadero a nivel histórico, esto es, a nivel de la transformación colectiva del total organismo hombre, es también verdadero a nivel individual. Esto es, a través del proceso del crecimiento cada uno de nosotros emerge de una condición de unidad sinestésica – la matriz y la primera infancia – a un estadio de expansión, crecimiento y experimentación, en que somos probados y formados solamente para retornar al final a una condición más altamente sintetizada de culminación y realización. Al menos, este es el modelo presentado a nosotros por nuestro patrón holonómico innato.

Como llegará a ser más evidente el “problema” de la historia es que el proceso total psicogenético de retroalimenta-ción tiende crecientemente a impedir a cortocircuitar el organismo individual, y de ahí el colectivo mismo, de alcanzar ese pleno nivel de realización. Los sistemas de creencias han llegado a ser inflexibles dentro de ideologías que están atentas a estandarizar las reacciones a través de la retroalimentación psicogenética controlada.

Una vez que todo el proceso de la historia ha sido engendrado a través de la plena activación de la AC, el fenómeno de la elaboración psicosensorial es puesto en movimiento, un proceso que no puede ser plenamente comprendido y transformado hasta que haya ocurrido la completa hominizacion. Así la historia llega a ser el registro de la creciente confianza del organismo humano en el condicionante cultural artificial independiente de los factores ambientales innatos y naturales.

Así vemos que lo que empezó como un proceso de conocimiento a través del afinamiento llega a ser, a través de la implacable transformación de la onda psicogenética retralimentadora, una densa atmósfera de elaboración psicosensorial. Aunque, como con el arte y la curación, sabiendo cómo algo ha sido hecho, puede ser deshecho, así todos los elementos pueden ser adaptados nuevamente a una creación de esplendor y belleza.










III. El Hombre Transforma la Naturaleza



Preludio: De la Historia, la Armonía y la Recolección Holonómica


En el segundo estadio de la ecuación holonómica vimos que la base del aprendizaje del hombre de la naturaleza depende de la interacción de los campos de los sentidos con el entorno. Desde esta perspectiva, la historia parece ser un proceso que se mueve de una condición de sinestesia aboriginal a una situación cada vez más compleja caracterizada por estadios crecientes de elaboración psicosensorial.

Este es un breve sumario de la historia desde la perspectiva meramente psicosensorial de la forma de vida intrincadamente evolucionada en el planeta, la forma de vida que se ha hecho cargo de rehacer el entorno terrestre. Aunque esta compleja forma de vida transformadora, la única dotada con consciencia autorreflectiva, es finalmente un desarrollo de propósito y crecimiento consciente establecido en la simple pero infinitamente capaz dinámica cruzada del ADN. A causa de este hecho subyacente, podemos empezara desenredar el tejido de la historia de una manera ordenada y muestra ser, en toda realidad, una función orgánica de todo el proceso planetario de recolección holonómica.

Con esta afirmación queremos decir que la historia del surgimiento del hombre – el factor biopsíquico – en este planeta debe ser visto en la totalidad de los campos en que ocurre: el terrestre/geomagnético/gravitacional y el celeste/electromagnético. Hasta que estos factores sean tenidos en cuenta, ningún recuento de la historia sería legítimo o creativamente productivo, mucho menos completo. En el contexto del modelo del campo resonante, la historia es el proceso por el cual el hombre transforma la naturaleza. Este proceso comienza con el surgimiento del hombre – homo sapiens – en pequeños enclaves culturales, a veces altamente aislados – hasta la final hominización del planeta, esto es, la completa diseminación del hombre y la civilización sobre toda la faz de la tierra. Esta es la situación a la que hemos llegado hoy.

Sin embargo, mientras podemos decir que la hominización del planeta ha sido completada, debemos también empezar ahora a hablar de la planetización de la consciencia humana. Este estadio nos lleva más allá de la historia, al menos hasta donde la historia está ahora definida. Porque si no vamos más allá de la historia, no habrá futuro de qué hablar.

Desde un océano, él mismo evolucionado desde las estrellas, la dinámica de la polaridad cruzada de la doble hélice emerge: dos corrientes de energía procesando información simultáneamente en direcciones opuestas; dos ramales de información, el uno conteniendo el templete del otro, un mero fragmento, microscópico – aunque abarcando el patrón de todo el proceso de crecimiento, evolución y orden universal mismo. Vivo, por ende pulsante; un contrapunto rítmico de pulsaciones negativas/positivas – positivas/negativas. Todo pulsando. Sexual, dinámico, palpitante, pleno.

Y la historia, una manifestación tan completa de este proceso primario, no es diferente: un pulso binario, un vistazo atrás y adelante, transformación y síntesis, la intertrama de la continuidad aboriginal y el avance civilizacional.

Como una magnificación de la triple configuración binaria ejemplificada en el patrón primario del ADN, la historia – el proceso de hominización planetaria – permanece obediente al principio fundamental de la polaridad cruzada. Con esta simple imagen en mente podemos empezar a indagar debajo de las palabras condicionadas, las consignas, las ideologías que compiten, sobre las realidades del proceso holonómico del planeta Tierra. Haciendo así, podemos descubrir que lo que llamamos historia, ha sido solamente un ejemplo dramático de transformación, resultante de un momento de total originalidad en que el hombre, cruzando el cielo y la tierra en él mismo, hizo saltar la consciencia del planeta.

Viendo la tierra como un matriz espacio/tiempo, la primera cosa que debemos entender es la unidad inherente de la tierra, el espacio y el tiempo. Dentro de esta unidad, el surgimiento del hombre es también una unidad. Así como el elemento fuego es el mismo en todas partes, aunque encendido por diferentes medios, así la cultura humana es una. Y como la onda de hominización recoge su fuerza y va desde el tardío pleistoceno hacia el holoceno o era presente, así el advenimiento y surgimiento de la civilización es igualmente un fenómeno global unificado.

Así como los anillos de un árbol nos hablan de su edad, así podemos ver los diferentes estadios del desarrollo psicocultural humano como sucesiones de anillos emanados por un centro planetario. Para fechar estos anillos son cuatro en número. 1) El anillo de la emergencia aboriginal; 2) El anillo del mundo antiguo, con sus siete corrientes de civilización: la del Nilo, la Mesopotámica, la India, la China, la Mesoamericana, la Andina y la Nigeriana; 3) El anillo del mundo medieval, con sus tres religiones cosmopolitas: Budismo, Cristianismo y el Islam; y finalmente, 4) El anillo del mundo moderno global industrial.

Estos cuatro anillos, o estadios, de la historia pueden producir una más amplia visión cuando son vistos como la trama de doble hélice de las corrientes CA y AC que comprenden el pulso binario del desarrollo psicocultural. En esta imagen el proceso psicocultural es descrito como un intercambio de dominación de CA/AC. Ya que CA comienza y termina en la cima y en el fondo izquierdo, los estadios en que él domina son el primero y el tercero, el aboriginal y el medieval. Los estadios de dominación AC son el antiguo (hierático) y el moderno, segundo y cuarto respectivamente. Recorriendo a lo largo del lado derecho está una escala de tiempo relativo dando fechas en el código PA.








Continuando con el modelo de doble hélice del pulso binario del desarrollo psicocultural, este mapa demuestra más completamente la naturaleza de la historia como el proceso de elaboración psico-sensorial. De especial significación en este mapa es el despliegue gráfico, a través de las líneas hori-zontales dentro de cada uno de los cuatro estadios, del crecimiento acumulativamente firme en la “densidad psicoatmosférica” (DPA). Una función directa de la elaboración psicosensorial, de la den-sidad psicoatmosférica se refiere a la incidencia creciente de los factores artificiales condicionantes en el entorno planetario. Así desde el fondo de la cima hay un creciente oscurecimiento del campo de la historia. El primer estadio, corresponde a la mítica Edad de Oro, es el campo más claro, más abier-to, y psicológicamente más receptivo. El presente estadio el más oscuro. Mientras la oscuridad del cuarto estadio podría referirse a los contaminantes físico-químicos de la industrialización del planeta, puede ser visto también como una "inversión del aire psicoatmosférico” – una sobredensificación de la información condicionada que oscurece la posibilidad de la visión clara. Finalmente, puede tam-bién referirse a la oscuridad que precede la aurora.

La elaboración psicosensorial puede ser abreviada como EPS. Como tal, es el opuesto de ESP. Mientras que ESP como la incidencia de los fenómenos psi es más común o prevalente en el primer estadio, su opuesto – EPS – domina el cuarto estadio. Este factor da cuenta de la casi completa ne-gativa de la validez de la corriente CA en la fase final del cuarto estadio del pulso binario del desarro-llo psicocultural.

Aunque el factor biopsíquico de la civilización y la historia es definido por la onda psicogenética de retroalimentación y el proceso de elaboración psicosensorial acumulativo, el surgimiento del orga-nismo humano y, en verdad la habilidad del ADN para florecer en este planeta debe tener en cuenta los campos evolutivos gravitacionales y magnéticos de la tierra misma.

Los factores gravitacionales de la tierra que más afectan el surgimiento de la civilización y la irradia-ción del hombre son las fuerzas del geomagnetismo y las vitales placas tectónicas subyacentes a las masas del océano y la tierra. El Geomagnetismo y las placas tectónicas son para la geografía terres-tre visible lo que las fuerzas primordiales, aboriginales de la conciencia, son para las manifestaciones implícitas de la cultura y la civilización. Mientras que el geomagnetísmo se refiere a las vitales ener-gías internas de la tierra, el ch’iterrestre de la geomancia China, las placas tectónicas proveen tanto el amortiguador como los medios de ventilación entre la superficie bioesférica de soporte de la tierra y el interior inhabitable.

Hay siete placas tectónicas mayores y otras trece menores incluyendo la China, a veces considerada una porción Eurásica. Las placas mayores son: la Eurásica, la Norteamericana, la Suramenricana, la Antártica, la Africana, la Pacífica, y la Australiana. Las placas menores incluyen la Adriática, la Egea, la Turca, la Arábiga, y la Iraní, como amortiguadores entre la Eurásica y la Africana; la China, la Fili-pina, la del Bismark, la de Salomón y la de Fiji como amortiguadores entre la Australiana, la Pacífica y la Euásica; y la de Cocos, la de Nazca y la Caribeña como amortiguadores entre las placas Nor-teamericana, Suramericana y Pacifica.

Contemplando los puntos emergentes de pulsación en relación a las placas tectónicas, debería dár-sele consideración a la proximidad de estos pulsos a las fronteras de placa. Solamente los pulsos Chino y el Nigeriano parecen estar significativamente distantes de una frontera de placa.

Justamente como hay un sistema atmosférico unitario, así hay un fenómeno civilizacional unitario. Aunque el surgimiento de la civilización global ocurre en siete puntos, no es menos una función unita-ria de toda la evolución holonómica del planeta. De hecho, podemos ver realmente un patrón de pro-pósito para los siete “prístinos” centros en relación a cada uno de los otros y como ellos comprende un proceso completo.

El término “prístino” es usado para describir estos siete centros indicando que, por su ubicación y amplitud, ellos representan desarrollos “independientes”. Esto es, aunque los siete centros poseen muchos rasgos comunes, estos fueron desarrollados sin influencia significativa de alguno de los otros centros. Los centros civilizacionales son referidos como pulsos, con nombres específicos de lugares geográficos, para indicar el cambio dinámico hacia la dominación de la corriente AC en confluencia con fuerzas geomagnéticas que hicieron posible el surgimiento de la civilización hierática.

Hierático formalmente se refiere a una estética distinguida por una pronunciada simetría bilateral, por lo tanto un orden balanceado. La más profunda raíz significativa de lo hierático sin embargo, la sacralidad, o cualidad sacra, es también propuesta, por que la civilización hierática es simplemente ese orden consciente de la experiencia por todas partes imbuida con significado sagrado. Es de ano-tar que hay una longitud hierática de cero grados que recorre através del centro del pulso Nilótico. Esta longitud hierática cero es ocasionada por el asiento de la gran pirámide de Gyza, el más tem-prano y tal ves el más grande monumento geométrico de todo el mundo antiguo/hierático.

Debido a la singular presencia de la Gran Pirámide, el Pulso Nilótico significa el principio o iniciación de lo Hierático o primera onda de civilización, esto a pesar del hecho de que para muchos arqueólo-gos la historia comienza en Sumeria, el siguiente pulso Oriental del Nilótico. La culminación de la onda hierática ocurre en el pulso Nigeriano, inmediatamente al oeste y sur del Nilótico.

Los siete centros de civilización que comienzan con el Nilótico y procediendo en dirección este alre-dedor del globo a través del omega Nigeriano, para retornar de nuevo al punto alfa – y una nueva octava – en el pulso Nilótico, puede ser comparado con las notas de la escala musical. Por tanto po-demos también hablar de la octava de la civilización hierática.

La imagen de la octava de civilización adquiere mayor significado o sustancia en el mapa de flujo geocronológico de la civilización global. Aquí vemos las siete corrientes de la civilización fluyendo hacia arriba desde los prístinos pulsos geomagnéticos en una escala que muestra la real relación cronológica de cada una de las corrientes con cada una de las otras. La analogía musical de las siete corrientes representando las siete notas sucesivas en la escala corresponde al surgimiento gradual-mente más tardío de las siete civilizaciones empezando con la Nilótica y terminando con la Yoru-ba/Nigeriana. Así, el alfa y omega del circuito o escala de civilización hierática están unidos como el "si” precede al “do” en la escala musical. En este caso, el regreso al “do” representa el comienzo de la fase medieval de la civilización.

Aparte de estas observaciones, los elementos del mapa son evidentes por sí mismos. La escala de tiempo en fechas P.A. está a la izquierda. La parte de abajo del mapa representa la zona aboriginal prehistórica que precede el surgimiento de la civilización hierática urbana agricultural. Las espirales indican los puntos geomagnéticos de los siete prístinos centros. Los nombres de las mayores dinas-tías, fases culturales, invasiones y las intrusiones imperiales, están claramente indicadas para mos-trar la relación relativa de las más significantes transiciones y transformaciones civilizacionales en el tiempo.

Ulteriormente se anotará que considerando las siete corrientes cada una empieza en un relativo ais-lamiento, por el año 2.000 P.A, la conclusión de la octava hierática, las corrientes Nilótica, Mesopo-támica, India y China son virtualmente confluentes, estableciendo así el escenario para el nacimiento del mundo medieval cosmopolita. En el año 0 (1945 D. A, Hiroshima) hay una confluencia completa, si no entremezcla caótica, de todas las siete corrientes. Esto representa la condición de la industriali-zación global y representa el punto culminante del proceso de hominización planetaria – el clímax de la historia – Más allá de esta línea, en el no muy distante futuro comienza el estadio posthistórico.

Para facilitar ulteriormente la contemplación del flujo geocronológico de la civilización, el mismo mapa está provisto con un código color que corresponde a la escala cromática como se lee del fondo a la cima. Los tintes cromáticos corresponden a los tonos vibracionales psicoculturales de cada una de las fases del proceso histórico. Esto nos da la siguiente clave:

Fase Aboriginal: Rojo, Naranja.

El rojo significa el más primario impulso de vida, calor del cuerpo y fuego, la base aboriginal de toda cultura humana. Roja es la sangre, el surgimiento de la cultura y la energía de la vida. Es completa-mente aboriginal, apasionada, nómada.

El naranja representa la estabilización del estilo de vida aboriginal, la moderación del fuego aunque aún significa calor, es menos apasionado y más conservador que el rojo. Como la fase aboriginal sedentaria, el naranja es generador y representa la cultura estable prototípica de la cual la propia civilización pudo salir. Es también históricamente concurrente, corriendo al lado del crecimiento civili-zacional.

Fase Hierática: Amarillo, verde.

El amarillo representa la fase inicial, brillante, luminosa, orientada solarmente, armoniosa de la prísti-na civilización hierática. Es el triunfo de la luz, el estallido a la vista del número, la medida, la estabili-dad agricultural, el balance divino, la astronomía y la presciencia geomántica, la regularidad artística y el orden científico.

El verde significa la fase de madurez, fecunda, expansiva de la ultima o imperial civilización hierática. Mientras representa una fase de profundización y madurez de lo hierático, hay también para él una cierta temeridad, velocidad y super confianza.

Fase Medieval: Azul.

Este es el verdadero azul, el color del firmamento puro sin nubes de un día de octubre. Es celeste, espiritualmente madurado, plenamente visionario, místico, sintetizador. Simboliza perfectamente el idealismo espiritual reconocido y revigorizado de la era medieval.

Fase Moderna: Indigo.

Esta vibración altamente refinada es profundamente intelectual, poderosamente vasta en alcance. Aún es el menos luminoso y más oscuro de todos los colores. Representa la intelectualidad pura de la ciencia materialista y la era industrial. Como la primera fase de la civilización genuinamente global, también simboliza la culminación del proceso de hominización planetaria.

Fase Posthistórica: Violeta, púrpura.

El violeta es aún más refinado que el índigo y mientras que el último es intelectual, el violeta repre-senta una vibración más intensamente psíquica y espiritual. Su luminosidad es un necesario antídoto para las oscuras profundidades del índigo. Como también contiene un elemento de rojo, el violeta apunta a una fase de reintegración y síntesis radiosónica.

El púrpura, conteniendo más o menos iguales mezclas de rojo primario y azul intelectual, representa la fase de la genuina planetización de la consciencia, una cualidad de percepción y visión intuitivas exaltadas dentro de las leyes de la naturaleza y el lugar del planeta en la comunidad galáctica – ver-daderamente holonómica.

Más allá del cielo púrpura del futuro holonómico posthistórico se extiende el arco iris planetario, un ser guardián celeste. Mientras representa la caverna y las serpientes y dragones arco iris que guar-dan los sitios sagrados de la civilización aboriginal y tempranamente hierática, el guardián arco iris siempre ha estado con nosotros. Como el banco psi que él simboliza, su patrón cromático siempre nos ha hecho señas para colmar nuestro potencial. Como el símbolo de la realización, la gloria, y el completamiento, representa la “condición final” de la humanidad totalmente afinada con el espectro de las energías ambientales y operando con ellas. Una expresión tal sugiere una completa sineste-sia, una condición de completa síntesis planetaria casi impensable hoy. Aunque es una condición hacia la cual la lógica de la ecuación holonómica apunta inescapablemente.

Las estructuralmente inherentes octavas musicales y cromáticas no sólo enriquecen nuestra pers-pectiva sobre la pulsación geomántica/biopsíquica de la civilización, sino, que a través de su natura-leza intrínsecamente armónica, nos ayuda a empezar a entender el surgimiento de la civilización y la irradiación del hombre como aspectos de una más amplia armónica global – la ecuación holonómica misma.

Con estas consideraciones podemos volver de nuevo a la relación entre la estructura geomagnética de la tierra – las placas tectónicas – y la corriente de civilización, el flujo natural que conecta los dife-rentes pulsos en su orden geocronológico. Vemos que la civilización misma, la matriz de la historia, es un desarrollo resonante armónico con el campo de las placas tectónicas. Recordando que esta-mos tratando con las elaboraciones de un modelo de campo resonante, podemos concluir también que el patrón de la historia y la corriente de civilización son también resonantes con el campo elec-tromagnético, el elemento celeste de la ecuación holonómica.

De hecho, el factor civilizacional en resonancia con los campos geo y electromagnético es nada me-nos que la dinámica biopsíquica que el banco psi hace brotar en el ser, el tercer término en el desa-rrollo global de la ecuación holonómica. Cuando empecemos a seguir el flujo de la historia como una función de armonía magnética, podemos entonces empezar a construir un mapa del banco psi como el mecanismo que guía la evolución psicocultural del hombre.

El punto de comienzo de la construcción del mapa confluente de la historia/banco psi es la hierática longitud cero. Desde esta línea el globo está naturalmente dividido en secciones de noventa grados, o cuatro divisiones longitudinales que van de polo a polo. Sin embargo, ya que el flujo magnético es invertido en los polos el punto medio ecuatorial provee la mayor división latitudinal. Como sabemos, al norte y al sur de la línea ecuatorial las estaciones son invertidas. Combinadas con la división longi-tudinal de noventa grados, ahora tenemos una división en ocho partes del globo en las placas de memoria estacionales del banco psi. Son referidas como placas de memoria en deferencia con la función del banco psi como un mecanismo guía. Así como las estaciones siguen un patrón natural, de acuerdo a la relación holonómica de la tierra y el sol, así también hacen las estaciones del desa-rrollo histórico de acuerdo a un patrón holonómico subyacente. Y así como las estaciones exhiben irregularidades debidas a patrones de clima cambiante, así también lo hace la historia.

Así, en una renovada manera geomántica, podemos ahora identificar las divisiones de flujo confluen-tes del banco psi/civilizacional del globo. Empezando con el cero hierático en el hemisferio norte, nos movemos desde la primavera a través de la placa Eurásica, a través del verano en la Pacífica, el otoño en la placa Norteamericana y finalmente a través del invierno en la placa Atlántica, retornando de nuevo a la longitud cero hierática. El patrón sur del ecuador es literalmente invertido, exhibiendo de nuevo en ejemplo de la dinámica cósmica, la polaridad cruzada.

En la zona ártica del hemisferio norte están indicados los kua del I Chin en el arreglo del cielo ante-rior de Fu Hi o Celeste, cada uno separado a cuarenta y cinco grados del otro. Así el yang absoluto está asociado con el solsticio de verano, el yin absoluto con el invierno, Li o el fuego con el equinoc-cio de primavera, y K’an, o agua, con el otoño.

Correspondiendo al arreglo celeste en el hemisferio norte hemos indicado el arreglo terrestre o tem-poral secuencial en el hemisferio Sur. Las fechas acordadas para los kua, sin embargo, son aquellas pertenecientes al patrón solar en el hemisferio Norte. Como está indicado por estas fechas, el año está dividido en ocho partes, los puntos medios entre solsticios y equinoccios, significando los puntos germinales de comienzo de las estaciones. Así vemos que la corriente de civilización – el flujo de la historia – está articulada cromática, resonante y estacionalmente.

El patrón básico de la corriente de civilización y de las placas del banco psi fué establecido con el surgimiento y florecimiento de la civilización hierática desde sus puntos de pulso geomagnético. Al-canzando su pico al completarse la octava hierática en alguna parte alrededor del año 2000 P. A., el mundo imperial de la última fase hierática empezó a dar vía al surgimiento de una nueva fase psico-cultural, la medieval cosmopolita.

La fase posthierática caracterizada por la fusión de las corrientes civilizacionales en la tierra AfroEu-rásica está más distintivamente caracterizada por la aparición sin precedentes de tres fuerzas espiri-tuales revigorizantes: el Budismo, el Cristianismo y el Islam.

Dados los poderes civilizacionalmente transformadores de estas tres fuerzas, los fundadores de es-tas religiones deben ser ubicados entre las figuras más inspiradoras e influyentes en la historia hu-mana. Las tres figuras por supuesto son: El Señor Gautama Buddha o Sakyamuni Buddha, 2.500 P.A., Jesús El Cristo, 2000 P. A., y Mahoma El Profeta, 1.400 P.A. Estas tres religiones son llamadas cosmopolitas porque no fueron basadas en costumbres o modos tribales o geoculturales, sino que apelaron al individuo sin consideración de cultura o raza. De aquí su despliegue y función como me-dio cosmopolizante para unir gentes y fuerzas previamente separados por el aislamiento geográfico y la ideología cultural o chauvinismo.

Las indicaciones gráficas del crecimiento y despliegue de las tres religiones cosmopolitas es puesto dentro del contexto de las placas del banco psi y de las ocho divisiones estacionales. Aquí las cuatro placas longitudinales tienen nombres geográficos acordados: placa AfroEurásica, 0º -90º grados; placa Pacífica, 90º -180º grados; Placa Americana, 180º -270º grados; y placa Atlántica, 270º -360º grados. Dentro de éstas, entonces, está el flujo de las divisiones estacionales en su patrón de polari-dad norte y sur.

Lo que es de significación contemplando este mapa en particular es la observación de que, para to-dos los intentos y propósitos, la fase psicocultural medieval fue básicamente una función o actividad de la división primaveral norte de la placa AfroErásica, de aquí la designación, “Complejo Medieval Cosmopolita, desde Lindisfarne a Kyoto”.

Mientras los pulsos civilizacionales de la placa AfroEurásica han engendrado la fuerza cosmopolita del mundo medieval, con el Budismo extendiendose hacia la placa Pacífica y el Cristianismo y el Is-lam en la placa Atlántica, las civilizaciones de la placa Americana estuvieron experimentando su pe-ríodo de última síntesis hierática e imperialismo.

En el 450 P.A., cuando los Europeos alcanzaron las últimas zonas hieráticas Mesoamericana y Andi-na, la civilización medieval Cristiana había ya empezado su rápida transformación hacia la fase mo-derna global-industrial. De hecho, la rápida conquista de las civilizaciones Mesoamericana y Andina fue tomada como prueba del poder y superioridad de la nueva visión del mundo emergente. Como un resultado, las civilizaciones americanas fueron desde una zona tardíamente hierática a una zona crepuscular, ni medieval ni moderna, conocida como el colonialismo.

Similarmente en Africa, la más joven y última de las pulsaciones hieráticas, la Nigeriana, había esca-samente alcanzado su prístina edad dorada cuando las fuerzas auto-transformadoras del tardío me-dioevo y la temprana era moderna aceleraron el proceso psicocultural. El período dominado por los Benim en Africa Occidental, 450 a 150 P.A. correspondiendo a los Aztecas e Incas en Meso-América y los Andes, fue el postrero del segundo estadio tardío de florecimientos hieráticos. Cuando Benim decayó, Africa, como centro y sur América, entró en zona crepuscular del colonialismo.

Mientras ha pasado la fase medioeval las fuerzas que engendran esa fase no lo han hecho. Así el Cristianismo ha gozado de una última expansión planetaria causada por el nacimiento del imperia-lismo europeo global-industrial. El Budismo, siguiendo el punto catártico de Hiroshima, ha empezado a desplegar por primera vez desde su elevada consolidación medieval en el Tibet ca. 700 P.A. El hacho de que este fuerte desarrollo medieval Tibetano finalmente se haya colapsado en la década siguiente a Hiroshima, aparejado con el expansionismo tecnológico Japonés, ha sido un mayor factor en el despliegue Pan-Pacífico del Budismo tanto a Norte América, como también a Europa, finalmen-te en reacción a las reforzadas policías colonialistas de Europa, el Islam se ha ido extendiendo de nuevo, especialmente en Africa.

Habiendo establecido un campo mutuamente resonante entre la corriente de civilización, los campos magnéticos y el banco psi, podemos ver ahora más claramente la estructura del banco psi en rela-ción con el patrón de la historia. En este mapa, los elementos del flujo psi/civilizacional son reducidos a sus factores más esenciales como se manifiestan en el surgimiento de los pulsos hieráticos. Así, lo que vemos es un simple y grande diseño, en el que primero podemos distinguir una alternancia de cuadrantes llenos y vacíos del banco psi.

Así, la placa AfroEurásica conteniendo cuatro de los siete pulsos civilizacionales, es uno lleno. La placa Pacífica carente de pulsos hieráticos es uno vacío. La placa Americana, que contiene dos pul-sos, es uno lleno. Además, esta placa contiene el único pulso sur del ecuador, el Andino, que real-mente ocurre en la placa estacional sur de la primavera. La pulsación vertical binaria de las dos civili-zaciones Americanas puede ser contrastada con el movimiento horizontal de las cuatro pulsaciones AfroEurásicas. La placa Atlántica, finalmente, está relativamente vacía, salvo por el último surgimien-to invernal tardío del pulso Nigeriano.

También están indicadas en este mapa clave de flujo civilizacional "los flujos invertidos” contrarios al movimiento geocronológico de la civilización. Estos “flujos invertidos” pueden ser enlazados con las operaciones de las corrientes CA, relacionados como están con el movimiento aparente del sol y la corriente de profecía y visión, por consiguiente desde el futuro al presente, pueden ser entendidos como el proceso por el cual las unidades de información psi o psion (arquetipos) se mueven alrede-dor del mundo, produciendo semillas ellas mismas en los diferentes puntos de pulsación geomagné-tica.

Tratando como estamos con un movimiento evolucio-nante en el tiempo, podemos anotar ciertas correspondencias entre las dos placas llenas, la AfroEurásica y la Americana. Como hemos visto, la onda hierática entera es iniciada por la Gran Pirámide de Egipto. En relación a Egipto, la Mesoameri-cana es la más primitiva o más cercana de los dos pulsos Americanos.

El mapa hierático del banco psi es también una carta de flujo temporal dividida en estaciones de 1.000 años por cada noventa grados, empezando con el cero hierático. El resultado es un “año hierá-tico”, que comienza en ca. 6000P.A. y terminando cuando él empezó, ca. 2000 P.A.

La zona de primavera, 6000 a 5000 P.A., marca el estallido hacia delante de dos de los cuatro pulsos hieráticos de la placa AfroEurásica, la Nilótica y la Mesopotámica, que para el fin de esta estación están en su pleno apogeo dinástico.
El verano hierático, de 5000 a 4000 P.A. dio fé del brillante apogeo de la pirámide Egipcia, acompa-ñada por un florecimiento estético urbano sin precedentes. En Mesopotamia, los mayores cambios dinásticos ya han establecido el gobierno Akkad sobre la más primitiva Sumeria, mientras la contra-parte de la pirámide Egipcia, la Ziggurat, estaba en su estadio clásico. Más allá hacia el este, a lo largo de las orillas del Indus, fueron empezando a florecer mayores centros mercantiles y ceremonia-les urbanos, y en China, los cinco emperadores legendarios prepararon el terreno para un bien infla-do surgimiento de la civilización a lo largo de los ríos Huang-Ho y Yanhg-Tze.

La estación de otoño del año hierático del 4000 a 3000 P.A. vio el paso de la edad de oro en Egipto y la real mezcla de los pulsos civilizacionales Nilótico y Mesopotámico a través de la aparición de las culturas Fenicia, Hebrea y Minoica, iniciando así la larga e intranquila pugna para la supremacía del Medio Oriente. Junto con la entrada de los invasores bárbaros como los Hittitas y los Griegos, este período albergó el ascenso del poder Babilónico, inaugurando el estadio de civilización hierática.

En Europa, monumentos enigmáticos, geománticamente diseñados como Stonehenge aguardaron el arribo de invasores como los Celtas. Hacia el este, los invasores Arios truncaron el proceso civiliza-cional en la India antes de que hubiera alcanzado una edad de Oro, estableciendo así la civilización Védica intermedia. En China, sin embargo, el otoño hierático marcó el surgimiento de la Dinastía Shang y el comienzo de un brillante curso civilizacional, cuya integridad no era para ser desvirtuada hasta el alborear de la fase global-industrial. A través del Pacífico en las Américas, la estación del otoño dio fé del surgimiento preliminar de los pulsos hieráticos de las civilizaciones Mesoamericanas y Andina.

Durante el invierno del año 3.000 al 2.000 P.A. el mundo Egipcio perdió su vigor y fue reemplazado por ondas de artistas, filósofos, soldados y emperadores singulares, Griegos y luego Romanos. La fase imperial de la Mesopotámia vio el triunfo de las dinastías persas, y sobre todo, el mundo desde el Atlántico al Golfo Pérsico llegó a ser tan caliente con cultos que perseguían esta vía y los de fan-tásticas mareas de ambición Imperial.

La India Védica, ya espiritualmente revigorizada por las enseñanzas de Señor Buddha y unificada por el Emperador Ashoka, había llegado a ser el mayor semillero de formas y pensamientos medieval, mientras China misma estaba transitando por el nacimiento de filósofos y agentes de poder imperial desde estadios prístinos a estadios imperiales de civilización hierática, todo resumido en la construc-ción del símbolo monumental del orgullo y ambición Imperiales, la Gran Muralla (2.200 P.A.).

Aunque el invierno marca los estadios finales de los pulsos hieráticos en la placa AfroEurásica, en la placa Americana fue el período de surgimiento y crecimiento vigoroso, mientras en Nigeria vio el sur-gimiento del más temprano estilo cultural, el Nok. En los Andes, la fase cultural Chavin dio lugar a Nazca y Paracas, y finalmente a los misteriosos constructores de Tihuanaco. En Mesoamérica, los Olmecas prepararon el camino para el más brillante de los estadios culturales americanos, el Maya y Teotihuacano. Mientras los Mayas sobresalieron en matemáticas y astronomía, fueron los teotihua-canos quienes justamente pusieron fin al año hierático con la construcción de la Pirámide del Sol. Si la onda hierática y el ciclo “anual” marcaron su iniciación con la Gran Pirámide de Giza en Egipto, su concluyente contraparte, igualmente cargada con significación calendárica cósmica, es la pirámide del Sol en Teotihuacan, “el lugar donde los dioses tocaron la tierra”.

Aquí, como con el mapa precedente, el flujo de civilización ha sido reducido a sus movimientos esen-ciales dentro de la simple estructura esquelética de las ocho (4x2) placas estacionales del banco psi. Mientras que el mapa previo bosquejaba el año hierático con su principal flujo AC y subdominante CA entre el 6.000 y el 2.000 P.A., este mapa describe el mundo posthierático. Están incluidos los principales movimientos de las tres religiones cosmopolitas, indicaciones de los últimos florecimien-tos hieráticos en los pulsos Mesoamericano, Andino y Nigeriano, y la expansión del imperialismo glo-bal-industrial Europeo.

Mientras el año hierático pudo ser dividido en cuatro estaciones de mil años, el año posthierático puede ser dividido en cuatro estaciones de 500 años. La razón para las estaciones más cortas del año posthierártico se ha de encontrar en la aceleración del proceso de información-comunicación, que es una función directa de la elaboración acelerante psicosensorial que caracteriza las fases me-dievales y moderna del proceso histórico. El resultado es una compresión psíquica sino real del tiem-po.

El año posthierático comienza una octava arriba del año hierático en la longitud cero. Esto marca el comienzo del período primaveral medieval, que corre del 2.000 PA al 1.500 PA. Mientras el nacimien-to, vida y enseñanzas del Señor Buddha, la primera figura cosmopolita, ocurrió unos cinco siglos más temprano, un evento tal pudo parecer ser una anomalía si no fuera por la aparición de una segunda figura así, el Cristo. Así es como la primavera posthierática surge exactamente una octava arriba de donde el año hierático comenzó. Para el fin de este período, ca. 1.500 PA, el Budismo se ha extendi-do a través de la India, centro y sudeste de Asia penetrando completamente al final la China hierática también. El Cristianismo mientras tanto había empezado a consolidarse en el antiguo Mediterráneo Nilótico-Romano, un brazo oriental establecido en Grecia, un brazo occidental mirando hacia el cora-zón de Europa oeste bárbaramente saqueada.

Durante el verano posthierático gobernado por la placa Pacífica entre el 1.500 y 1.00 PA, el Budismo ha alcanzado el Japón, y estaba empezando su consolidación medieval en el Tibet. El último de las tres mayores figuras, Mahoma, el Profeta, ha dado su palabra y para el fin de este período una nueva civilización sintetizadora, el Islam, ha transformado brillantemente los antiguos centros de la civiliza-ción Mesopotámica y Nilótica. En las Américas, este período marcó el fin de la edad de oro de la civi-lización hierática, aunque en Nigeria vio el surgimiento de la última flor invernal del ife/Yoruba.

El otoño posthierático, 1.000 a 500 PA, vio el clímax glorioso de la civilización medieval en China, en el Tibet, en Japón, en el Medio Oriente Islámico y en la Europa gótica. En la Américas al mismo tiempo hubo un final estallido brillante del último esplendor hierático imperial en el nacimiento de los imperios sintetizantes Azteca e Inca, mientras en Nigeria, el maravilloso florecimiento del Yoruba expresaba el Summun del idealismo hierático en las fundiciones de bronce de ife y Benin.

El solsticio de invierno posthierático 500 PA, señala la transformación dramática del pulso psicolutu-ral medieval en la pulsación moderna-global/industrial. Dentro de 300 años, hacia el ca. 200 – 150 P, las colonias Europeas para la adquisición de bienes de materias primas todas habían puesto fin a las últimas tradiciones medievales o hieráticas alrededor del mundo. Durante este tiempo la más signifi-cante de estas colonial, la Norteamericana, se escapó del viejo orden Europeo y estableció la prime-ra democracia industrial. Este evento engendró el patrón de revolución, guerras coloniales por la in-dependencia y la contra – revolución comunista y socialista y la guerra de guerrillas que han trastor-nado el orden mundial desde entonces. El punto culminante del feroz proceso de la global industriali-zación y la consecuente hominización del planeta ocurrió en Hiroshima cuando la misma sustancia de la materia ha sido penetrada poniendo en libertad la visión luminosa algo pavorosa del alfa y el omega de todas las cosas. Es en las cenizas de Hiroshima donde podemos empezar a encontrar la semilla de la visión posthistórica.

En este mapa concluye de la III Parte de la ecuación holonómica – “El hombre Transforma la Natura-leza”, regresamos al modelo holonómico de la tierra y su campo electromagnético. Aquí las cuatro placas y su división en ocho partes estacionales son descritas en su real relación esférica resonante con la tierra y su campo magnético.

El mapa más detallado a la izquierda describe el flujo de civilización dentro del contexto de las mayo-res divisiones longitudinales, las placas AfroEurásica, Pacífica, Americana y Atlántica, y sus corres-pondientes divisiones de cuatro pliegues del banco psi, localizadas dentro de los cinturones de radia-ción. Las actuales placas del banco psi son referidas como las placas de recolección holonómica, mientras sus correspondientes equivalentes geográficas son referidas como las placas de campo de memoria de resonancia estacional psi. También indicados en el mapa del lado izquierdo están los sitios geográficos correspondientes al arreglo temporal o secuencia de los kua del I Chin, partiendo del equinoccio primaveral, el hemisferio norte, a lo largo de la hierática longitud cero. En el diagrama a la derecha, que muestra más plena y simplemente la relación de la tierra con los campos electro-magnéticos y el banco psi, los kua están arreglados en su relación más anterior o celes-te/electromagnética con cada uno de los otros.

Como hemos visto, a lo que nos hemos referido como historia realmente es a una función de una armónica mucho más amplia, integradora, global. El factor guía de esta armónica histórica es el ban-co psi con sus placas de recolección holonómica. Cada una de estas placas puede ser visualizada como llevando y/o simultáneamente conteniendo niveles de información que conectan estadios de crecimiento estacional orgánico/cíclico; información geocultural – psiones – como también informa-ción concerniente a sucesivos y acumulativos estadios del proceso psicocultural – la historia misma.

A lo que esto apunta es al estudio de la historia como un sub-campo geológico en un estudio total de la armónica psicoatmosférica como monitoreada por factor guía, el banco psi. Así para mejor enten-der y evaluar "lo que ocurrió en la historia”, es mejor primero entender la función guía, la estructura y la naturaleza del banco psi mismo.




(nota fuera de texto: se copió desde la hoja n° 87 a la 107 inclusive)



IV. LA NATURALEZA EVALÚA LA TRANSFORMACIÓN DEL HOMBRE

Preludio: Psi y el Código de la Historia

Habiendo visto que la transformación de la naturaleza por el hombre es nada menos que el proceso de avance civilizacional, la historia, nosotros alcanzamos ese momento – unas cuatro décadas des-pués del comienzo de la era atómica – cuando podemos declarar que el propósito de la historia ha sido culminado: la irradiación del hombre, la hominización del planeta, el establecimiento de un real sistema electro-nervioso global – y los medios para la total destrucción – todo ha sido logrado. De-bemos entonces preguntar: ¿qué sigue?. A dónde vamos de aquí?.
Antes de que intentemos una respuesta, consideraríamos lo siguiente: la civilización, no fue un plan calculado; la historia nunca fue una estrategia. Sin embargo hay propósito en todo lo que ha ocurrido; en todo lo ejecutado ha habido un sentido de alguna clase de orden, de una dirección a la que todo ha apuntado. Pero el propósito, el orden, fue siempre mucho más amplio, mucho más grande que lo que un solo humano o aún un grupo de humanos pudo vislumbrar. Lo mismo es verdadero para el momento presente, el fin de la historia.
Si decimos que está más allá de una sola voluntad singular o grupal, para determinar “a dónde va-mos de aquí”, esto no es para decir que no hay dirección o propósito. En la lógica de la holonomía el propósito está ya provisto en el orden natural – el sagrado – de las cosas. La civilización como un fenómeno global fue engendrada por las condiciones naturales del planeta más como un campo ya unificado y evolutivo. La historia ha sido más el término medio de una ecuación que necesita un or-ganismo biopsíquico plenamente consciente – el hombre – para cumplir el que una vez fuera impera-tivo inconsciente del destino planetario.
Hemos alcanzado así el punto final de la historia, y la naturaleza provee la evaluación. Esta evalua-ción es la articulación consciente del banco psi. Aprendiendo una vez más de lo que se ha presenta-do, que avanzamos hacia la condición posthistórica, la sintetización de la cultura humana y el orden natural, la planetización de la conciencia.
Hasta aquí hemos visto como el flujo natural de las estaciones, en conjunción con la estructura geo-magnética de la tierra y los campos electromagnéticos de los cielos, describe tanto el campo psico-cultural de la civilización como la estructura básica del banco psi. Hemos visto también como la pro-gresión de la civilización (historia) a través de los estadios hierático y posthierático es una co-creación orgánica del patrón de matriz básica del banco psi.
En esencia, el banco psi consta de cuatro placas de memoria holonómica longitudinales, divididas ecuatorialmente en ocho placas de memorias estacionales. Esto nos da el diseño básico total. Debe-ría recalcarse que la urdimbre del banco psi (Mapa 1) consta de un patrón longitudinal de cuatro plie-gues también, ahora a través del seguimiento del curso de la historia. Vemos entonces que el flujo geocronológico de la civilización, corriendo lateralmente como lo hace, provee el hilo básico de la trama para el banco psi.
Una ulterior articulación es provista para el banco psi cuando dividimos cada una de las ocho placas de memoria estacionales en tres partes cada una, para un total de veinticuatro secciones de mem-branas nimboides psiónicas. Nimboides se refiere a los fenómenos que producen precipitaciones como las nubes. Las divisiones de membranas nimboideas, que ocurren en las latitudes de treinta y sesenta grados norte y sur, corresponden en los estudios atmosféricos a las tropopausas.
La función de la tropopausa es la generación de corrientes de chorro responsables de las dramáticas alteraciones en los patrones de tiempo. Las latitudes norte y sur de sesenta grados se hallan en las zonas árticas y antárticas, así, las áreas entre las latitudes de treinta grados son zonas generalmente tropicales. Entre las tropopausas se hallan las zonas templadas. En los estudios atmosféricos estas zonas toman el nombre de “hojas”.
El término “membrana nimboide psiónica” tiene el siguiente significado: alta saturación, portadora de información psi, patrones biopsíquicos “de tiempo”. Codificados en esas membranas están los patro-nes de memoria genética fundamentales de proceso total de recolección holonómica – patrones és-tos responsables, por ejemplo, de la codificación idéntica del I Ching y del ADN.
En nuestra discusión de la correspondencia atmosférica, podemos hablar de psicopausas y de hojas hieráticas y shamánico/aboriginales. Así como las corrientes de chorro causan dramáticos cambios en el patrón del tiempo de la atmósfera más baja, así las psicopausas pueden ser vistas como las zonas donde se generan mayores frentes de tiempo psicoatmosférico. Estas son de dos clases: la shamánica o aboriginal y la hierática, esto es, o de la corriente CA (shamánica) o de la AC (hierática). Las hojas o membranas psiónicas, en adición al almacenaje portador de información que puede ser biopsíquicamente precipitado (de aquí el término nimboide), representan características generales que moderan y controlan las condiciones psicoculturales.
No hay necesariamente una correspondencia uno a uno entre membrana psiónica y geografía. Más bien, podemos hablar de direcciones o tendencias de corrientes CA (corriente aboriginal) y AC (avance civizacional). La tendencia CA es fluir desde la dirección de polo magnético hacia el ecua-dor; la tendencia AC es fluir en sentido opuesto. Así puede verse que en la estructura de veinticuatro partes de las membranas psiónicas, ocho de las hojas son polares o aboriginal/shamánicas, ocho son puramente hieráticas o ecuatoriales. Las ocho restantes, las hojas extrahieráticas, significan las zonas templadas del desarrollo psicocultural, esto es, zonas donde la esencial polaridad cruzada de las corrientes CA/AC operan.
Como una expresión de resonancia con los factores más rarificados de la atmósfera terrestre, la es-tructura de membrana psiónica de veinticuatro partes de¡ banco psi refleja el patrón de codificación de la tierra, el campo gravitacional del modelo holonómico. Funcionando dentro de los dos cinturones de radiación del campo electromagnético, el banco psi está también resonantemente determinado por factores extraterrestres, el más importante, el sol.
Corno la fuente y el sostenedor de la vida, el sol es tan obviamente fundamental para nuestra existencia que su real influencia es fácilmente pasada por alto, especialmente si el proceso de elabo-ración psicosensorial. llega a ser el mayor factor condicionante en nuestra experiencia. El culto al sol, que tan universalmente caracterizó el prístino estadio hierático de la civilización, no era un acto ate-morizante, supersticioso, sino basado en una percepción y experiencia significativa del papel que el sol juega en relación a la tierra.
Como sabemos ahora, que el sol es también una estrella, un horno masivo de energía con sus propios ciclos orgánicos intrínsecos internos. Los más significativos de estos ciclos, cuyos patro-nes tienen un efecto real, visible sobre nosotros, son los así llamados ciclos de las manchas solares. El movimiento de estas manchas magnéticas que continúa sin cesar produce efectos electromagnéti-cos acumulativos sobre los cinturones de radiación expresados periódicamente en la atmósfera su-perior como aurora y en la atmósfera inferior como desorganización de ondas de radio.
Dado el principio holonómico de mutua resonancia, podemos tener certeza de que hay co-nexiones entre las fluctuaciones magnéticas del sol, los cinturones de radiación y la atmósfera, y el banco psi. La imagen en el lado izquierdo describe la órbita solar dividida como el banco psi en lati-tudes de 30 grados. Dentro de esta órbita está una descripción gráfica del movimiento de las man-chas solares en su periodicidad cíclica. Lo que es inmediatamente sorprendente es que el movimien-to total de las manchas solares es un perfecto espejo de la dinámica cósmica, el patrón de polaridad cruzada binaria.
Moviéndose en pares binarios, empezando en las latitudes de treinta grados norte y sur del ecuador solar, una mancha es cargada positivamente y otra negativamente. En un período que pro-media 11.3 años, estas dos mancha binarias pulsan lentamente hacia el centró hasta encontrarse en el ecuador solar. Cuando esto ocurre hay un salto, la polaridad es cambiada y las manchas - ahora en lugares opuestos - empiezan su movimiento a treinta grados norte y sur a través de otro ciclo de 11.3 años aproximadamente.
Aunque el ciclo completo es de alrededor de 22.6 años es en los puntos de polaridad cruzada de 11.3 años donde el efecto de las manchas solares alcanza el máximo efecto en el campo magné-tico de la tierra y la atmósfera superior. Cuando el ciclo sigue su curso, el cinturón de radiación exter-no llega a ser saturado con electrones solares negativo. Correspondiendo al momento de la polaridad cruzada, el cinturón externo sobresaturado llueve radiación solar hacia abajo sobre la tierra. El efecto más visible de esta única sincronización solar terrestre es la manifestación de la aurora boreal y la aurora austral en la vecindad de los polos magnéticos norte y sur respectivamente.
El diagrama del lado derecho muestra el banco psi super-impuesto sobre la tierra, con las anotaciones del calendario Maya en el campo magnético. Traducido a términos terrestres, el ciclo invertido de manchas solares de 11.3 años representa un salto desde la hoja tropical hierática a la zona ártica shamánica. Psicoculturalmente este evento corresponde a una infusión de corriente sha-mánica CA en las zonas templadas en cambio de un torrente de corrientes hieráticas AC. Aunque un cambio tal, equivalente a una aurora Biopsíquica, puede ser no detectada podemos tener indicios resonantes por donde tales ocurrencias pudieron haber sido monitoreadas y reguladas en el más primitivo estadio de la historia cuando el conocimiento a través del afinamiento era aún un modo do-minante. Un pulso civilizacional que opera en la hoja tropical/hierática, esto es, dentro de los treinta grados del ecuador, pudo rastrear las pulsaciones resonantes binarias y ser el recipiente directo de las correspondientes precipitaciones psi y los periódicos saltos iniciadores aurorales-biopsíquicos.
Esto apunta directamente a los gemelos hieráticos binarios, los pulsos civilizacionales Me-soamericano y Andino. Entre los Mayas del norte del ecuador la herramienta desarrollada para re-cordar la pulsación binaria de las manchas solares fue el calendario sagrado con su ciclo de trece unidades repetido veinte veces para un total de 260 días. Dieciséis de estos ciclos Tzolkin compren-den un período de 11.3 años, el tiempo para que un ciclo mayor de mancha solar binaria se complete a sí mismo. Las pulsaciones de cada una de las manchas binarias podrían contarse por ocho Tzolki-nes cada una, el mismo número de Tzolkines que comprende la urdimbre del banco psi (Mapa 1). De esta información es posible concluir que los Mayas, expertos hacedores de calendarios, cultores del sol por excelencia, inventando el calendario sagrado para cualesquier propósitos estuvieron realmen-te grabando en forma de código binario tanto la pulsación de la actividad de ciclo de mancha solar como el tejido de la urdimbre del banco psi.
Los Mayas y su kin Mesoamericano, a través del preciso afinamiento y devoción hacia el sol y los ciclos celestes relacionados, representan la correspondencia terrestre para topar un solo movi-miento de mancha solar, el ecuatorial norte. Así, como las manchas solares son binarias, operando dentro de las latitudes de treinta grados norte y sur del ecuador, así también anticiparíamos un ca-lendario complementario solar bipolar en el sur del ecuador terrestre correspondiente al movimiento de la mancha solar sur. Este calendario solar ecuatorial sur se puede encontrar en la Puerta del Sol, el principal distin-tivo del sitio ahora conocido como Tihuanaco, la misteriosa elevada región de los Andes. Como el calendario de 260 días del pulso de civilización Mesoamericana, la monumental piedra labrada ubi-cada en Tihuanaco ha desconcertado y mistificado por largo tiempo a los arqueólogos, dando origen a numerosas teorías fantásticas. La principal razón para el misterio es la altura de este sitio a 12.596 pies sobre el nivel del mar, Tihuanaco es único entre los esfuerzos arquitectónicos del hombre. Poca cosa crece en esta altura, así la idea de que Tihuanaco era un centro urbano en el sentido usual de la palabra presenta problemas.
Sin embargo, si consideramos Tihuanaco como un centro hierático de investigación solar, entonces su altitud tiene más sentido. La altitud, para una era que predata satélites y naves voladoras es per-fecta para la investigación solar, particularmente si la principal herramienta de estudio es el sutilmen-te afinado organismo humano. Los resultados de las investigaciones solares de elevada altitud son labradas en la monolítica Puerta del sol, el único monumento artístico/científico más sobresaliente de la civilización Andina.
La información presentada en la Puerta del Sol es intensamente sintetizada y simple, directamente simétrica. Para el común reconocimiento, las tallas representan un calendario. Como vemos en este mapa, hay una monumental figura central, a menudo identificada con el héroe de lo cultural solar-creador-deidad, Kon Tiki Viracocha, sosteniendo dos cetros de serpiente-cóndor. El está de pié sobre un pedestal bilateral de cóndor/puma/serpiente que se superpone a una banda laberíntica horizontal cuyos pliegues encierran once cabezas enteramente similares a la cabeza de la figura principal. La forma de laberinto serpentino es una variante de la serpiente emplumada celeste, con doble cabeza de cóndor en las dos terminaciones. Las dos figuras que soplan las trompetas encerradas en las dos terminaciones son a menudo interpretadas como representaciones de los solsticios anunciando los puntos de giro del sol. Las once figuras más pequeñas a lo largo con la doceava más grande son usualmente interpretadas como significando los doce meses solares. Sea las que fueren las particu-laridades de la interpretación, el calendar¡ de la Puerta del Sol en Tihuanaco es singular, aunque sólo sea por el hecho de que es el monumento más notable de la civilización Andina, el único pulso hierá-tico sur del ecuador.
Es precisamente este aspecto polar sur el que es de importancia para este mapa. Integrado con el Tzolkin Maya, cada seis columnas del cual están a cada lado de las figura central de Tihuanaco, los dos calendarios pueden entenderse como una sola matriz calendárica bipolar que refleja las pulsa-ciones cíclicas del sol y sus movimientos de mancha solar binarias.
Mientras el calendario Maya presenta las simples repeticiones de trece unidades en ciclos de veinte, el calendario de Tihuanaco enfatiza el más amplio patrón rítmico de trece. Aunque compuesto de doce unidades principales, la figura central cuenta para ambos 1 y 13, alfa y omega. Leyendo abajo esta figura principal a la izquierda, tenemos, en figuras de unidades alternantes dos, tres y cuatro, el solsticio. Volviendo en la forma alternante están las figuras cinco al nueve, llegando a la siguiente figura de solsticio, el diez. Un regreso final con las figuras once y doce nos lleva de nuevo a la amplia figura de Viracocha, el trece.
Es de anotarse que la figura siete está directamente debajo de la figura central alfa y omega, significando los números uno y trece. El eje central así corresponde a la columna mística, la séptima de las trece columnas en el calendario Maya, que vemos deslizarse hacia abajo detrás de la cabeza de la figura central de Tihuanaco. Como la figura solar central que representa el uno y el trece, estos dos números están en el verdadero centro de la columna mística. En la matriz calendárica bipolar solamente trece unidades de la columna mística son visibles, estando las otras siete dentro de la figura solar central.
Finalmente, ya que contienen la matriz de la cual la tripleta binaria y la polaridad cruzada son derivados, el calendario bipolar sirve como una descripción integral de¡ código holonómico del tiem-po. Lo que él también demuestra en forma comprensible es el modo como los números primarios claves siete y trece se acomodan con las figuras de progresión binaria y sus múltiplos, incluyendo dos, cuatro, ocho, doce, dieciséis.
La matriz calendárica bipolar del banco psi describe el código que regula el cruce ecuatorial de la mancha solar binaria y la consecuente actividad polar manifiesta como las auroras, considerada como un solo fenómeno unificado. El resultado es el código holonómico del tiempo, un efecto que no podría ser predicho ni predicado ni por los Mayas ni por los Tihuanacos solos. Esto no es para decir, sin embargo que su trabajo no ocurrió en conjunción bio-psíquica ya que la construcción de Tihuana-co y la edad de oro de las matemáticas y astronomía Mayas fueron coincidentes - del 2.000 al 1.200 PA.
Que los Mayas y los Tihuanacos estuvieron monitoreando psicomatemáticamente las relacio-nes entre la actividad solar y la relación ecuatorial/polar que subyace en la estructura tanto del cam-po electromagnético (cinturones de radiación) como del banco del psi, es un factor vital considerando la estructura del banco psi.
Históricamente, el siguiente vínculo llega a través de Benjamín Franklin y el cuadrado mágico de 8. Cuando consideramos el papel fundamental de Franklin en el establecimiento de la democracia industrial de América -"La Nueva Atlantis" de Francis Bacon - y que Franklin fue el primer Gran Maestro de la primera orden de los místicos Masones Libres establecida en Norteamérica, sin men-cionar su interés en la electricidad y el electromagnetismo, no es de sorprenderse que el cuadrado mágico de 8 con el pulso de 260 hubiera venido a través de él.
Dada la naturaleza de la matriz calendárica bipolar y su clave para el número 260, es también importante anotar que Franklin mismo conjeturó que la aurora boreal era el resultado de aire tropical electrificado llevado al polo norte, llegando a ser visible como luz en el vacío sobre el polo.
Aquí presentamos de nuevo el cuadrado mágico de 8 d Franklin con las designaciones codó-nicas correspondientes I Ching/ADN dando cuenta de los 20 aminoácidos. Poseyendo un pulso de 260 (20 x 13), el número clave del Tzolkin, el cuadrado mágico provee un vínculo entre los dos nú-meros enteros claves 8 y 13, el número de la octava, 8, y el número de la escala cromática, 13, con-tenido dentro de la octava. Como también hemos visto (Mapa 8) el cuadrado mágico de 8 también posee a lo largo de su estructura la dinámica de la polaridad cruzada binaria. Finalmente, constando de ocho hojas o templetes de tres partes cada una, anotamos que el cuadrado mágico posee la mis-ma estructura exacta que la del banco psi con sus hojas y la división bipolar por latitudes de treinta grados.
Así como encontramos el cuadrado mágico, proveyendo además la estructura del número có-digo para el I Ching/ADN, también conforma la estructura global del banco psi con sus cuatro placas longitudinales, ocho hojas estacionales y veinticuatro membranas nimboides psiónicas. Que el cua-drado mágico de 8 también contenga el número pulso 260, con su base de 13, más allá lo conecta con la matriz calendárica bipolar del banco psi, el código holonómico del tiempo.
Si el Tzolkin de 260 unidades o Calendario Sagrado es la matriz clave para la urdimbre el banco psi, entonces la matriz de 64 unidades del cuadrado mágico es un indicio de la naturaleza de la trama del banco psi. Reducido a lo esencial, el número 13 es la clave para el código vertical o longitudinal del banco psi y el 8 la clave para el código horizontal o latitudinal.
Mientras el 13 es un número irreducible primo, el 8 es derivado del 2 y del 4, y así por esto provee gran flexibilidad en ser conectado a todos los múltiplos de 2 y 4. Estos incluyen los números 12, 16, 24, 32, 36, 48, 64, etc. Así vemos que la cualidad integradora de la matriz calendárica bipolar es derivada de la combinación calendárica de la base 13 Maya y la base 12 Tihuanaco (8+4, 3x4).
Finalmente, en consideración de la inestimable posición histórica de Franklin como bastón de mando iluminado del banco psi, mencionaríamos el masónicamente inspirado Gran Sello de los Es-tados Unidos, en cuyo diseño Franklin tuvo algún papel. En la pintura tanto de la Gran Pirámide co-mo del águila, el número 52 (13x4) abarca la estructura y simbolismo subyacentes. Que el místico 13 aparezca tan prominentemente en el sello oficial del bastión del materialismo industrial es un asunto que solamente puede provocar ulterior reflexión sobre la naturaleza de la historia e indagación en el banco psi mismo.
La evidencia de la función latitudinal u horizontal del patrón de ocho - el cuadrado mágico de 8 como la matriz del banco psi - llega a ser totalmente manifiesta cuando demostramos la relación subyacente de los números en relación secuencial. Lo que aparece es un patrón de perfecta simetría en todo respecto, el templete de transformación psicocultural, el circuito de recolección holonómica misma.
La división bilateral en hemisferios norte y sur es efectuada en la siguiente manera: los núme-ros 1 a 8 y los números 9 a 16 claramente forman dos tejidos distintos en el hemisferio norte del cir-cuito total. Un mayor cruce en el hemisferio sur, que consta de cuatro distintos tejidos-patrón: dieci-siete a veinticuatro, veinticinco a treinta y dos, treinta y tres a cuarenta, cuarenta y uno a cuarenta y ocho. El cruce desde cuarenta y ocho a cuarenta y nueve complementa e invierte el flujo que ocurre entre dieciséis y diecisiete. También, con el tiempo el patrón alcanza el cuarenta y ocho, el tejido entero del hemisferio sur ha sido completado. La que sigue entonces son los dos estadios penúltimo y final, patrón cuarenta y nueve a cincuenta y seis, y el final cincuenta y siete a sesenta y cuatro.
Lo que es claramente manifiesto es que la estructura total de sesenta y cuatro unidades de la matriz psi se divide perfectamente en ocho subtejidos diferentes. El segundo rasgo es el proceso total: los primeros dos estadios están completados en el hemisferio superior, luego los siguientes cuatro comprenden el hemisferio sur seguido por un retorno al hemisferio superior, donde las dos últimos tejidos son finalmente terminados. En otras palabras, tenemos un proceso de tres estadios completados dentro de dos patrones simétricos de espejos – reflejados - el patrón de la tripleta bina-ria una vez más.
Teniendo en mente que el patrón provisto por los número es la matriz del código genético y el I Ching, tanto como el del campo global banco psi/electromagnético, todo señalado e integrado a través de una triple configuración binaria primaria con su dinámica - la polaridad cruzada - podemos desarrollar una descripción más comprensible de este patrón como el temple de transformación psi-cocultural.
Para empezar con ello, hay la analogía de la doble hélice del ADN. Como el ADN, este tem-plete consta de dos ramales, uno de ellos poseyendo el patrón de información de ambos ramales. Este corresponde al templete superior, que contiene tanto el principio como el fin - 1 y 64 - el alfa y el omega del proceso. Es de anotar también que el alfa y el omega, el principio y el fin, unidos, están exactamente próximas uno del otro. Dada la dinámica del pulso binario de la historia compuesta de la interacción de dos corrientes procesadoras de información, la CA (la visionaria correspondiente al ramal primario del ADN ),y la AC (derivadora/acumuladora) podemos definir el superior o hemisferio norte como el templete CA (corriente aboriginal) y el sur como el templete AC (avance civilizacional), Dado que la corriente AC es responsable del fenómeno conocido como civilización y el proceso de la historia misma, podemos concluir que los estadios uno a dieciséis (CA) corresponden al estadio pre-histórico, 17 a 48 (AC), el estadio de la historia, 49 a 64 (CA) la posthistoria.
Como el kua tripartito del I Ching, esta división tripartita de la historia se desenvuelve como 8 tejidos distintos, los 8 estadios de recolección holonómica, constando de sesenta y cuatro kua, en ocho series consecutivas de ocho kua cada una. De esto vemos que el templete superior, el CA, es el templete de la pre y / posthistoria, y el inferior, el de la historia misma. Los ocho estadios de reco-lección holonómica se descomponen en el siguiente arreglo:

Prehistórico

1 – 8 Emergente aboriginal: el recóndito pasado.

9 – 16 El generativo aboriginal: el pasado cercano y los "aborígenes "concurrentes históricamente, esto es, Australianos, Esquimales, etc.

Histórico

17 – 24 El prístino hierático: las 7 prístinas civilizaciones en su puro desarrollo emergente.

25 – 32 El imperial hierático: el último estadio expansivo del mundo antiguo.

33 – 40 El cosmopolita medieval.

41 – 48 El global industrial: el mundo moderno.

Posthistórico

49 – 56 El radiosónico: Tecnología de fusión sensorial, el futuro cercano.

57 – 64 El holonómico: la comunidad proto-galáctica, el futuro lejano.

En nuestra breve consideración sobre el templete de la transformación psico-cultural, vemos que la "historia" representa un escape desde el patrón primario, completando en el templete sur o inferior lo que solo era sugerido en el templete superior. Recordando que la expansión de la civiliza-ción y el proceso de la historia son realmente descriptivos de la irradiación del hombre/hominización del planeta, vemos que el retorno al templete primario - la posthistoria - es el inevitable estadio evolu-tivo que ocurre una vez la hominización se ha completado.
Ya que los dos templetes sustentan una genérica, sino una holonómicamente genética, simi-laridad por las dos mitades del cerebro - los dos hemisferios cerebrales unidos sólo por una sola lige-ra faja de tejido conectivo, el cuerpo calloso- parece apropiado referirse a los dos puntos de cruce del templete de transformación psicocultural con un nombre similar: el cuerpo calloso de la historia.
Correspondiente a la longitud cero hierática, el cuerpo calloso de la historia representa los dos puntos de cruce crítico en la hominización del planeta - la irradiación del hombre: el paso a la historia, la iniciación, y el paso de la historia, el retorno. Es de anotar que los puntos alfa y- omega están en la misma longitud que el cuerpo calloso de la historia, la longitud hierática significada por la Gran Pirámide de Egipto.
La iniciación del cuerpo calloso representa el real salto iniciador de la corriente AC (avance civilizacional), y se refiere a los medios a través de los cuales la hominización del planeta estaba pa-ra ser físicamente ejecutada. Esto no es para menospreciar los elementos espirituales madurados y refinados durante el proceso de la hominización/historia sino meramente para apuntar al hecho de que la irradiación del hombre ha llegado a ser ante todo, a través de la difusión material de la civiliza-ción, una realidad física.
Una vez el proceso de hominización ha sido completado, el templete AC urdido todo juntoo, el “fin " de la historia es alcanzado. Este es el significado del siglo XX. Con el cruce del cuerpo calloso, el retorno, la verdadera irradiación del hombre puede comenzar. Este es el significado del retorno al templete CA que está por comenzar.
Habiendo ejecutado una transformación física del planeta a través de la intensidad material culminante de la industrialización, el costo ha sido alto: amnesia holonómica, pérdida del sentido in-herente de unidad, olvido sino ignorancia del hecho de que, si bien el AC ha sido completado, el CA está para ser terminado aún. Porque de esta pérdida, el inminente proceso de irradiación biopsíquica comienza con un imperativo proceso curativo restaurador - de aquí, la recolección holonómica: la recuperación del sentido de unidad y totalidad - el orden sagrado - del cual nosotros realmente nunca nos apartamos.
El cumplimiento de todo el proceso está descrito por la imagen del lado derecho, el templete radiosónico, el patrón total completo. Podemos conseguir un más preciso entendimiento de la inicia-ción y el retorno del cuerpo calloso de una breve lectura de los kua o hexagramas correspondientes a los números 16 y 17, la iniciación, 47 a 50, el retorno.

Hexagrama 16:

El entusiasmo, muestra estruendos que salen de la tierra y representa música, orden, movi-miento de masas para ejecutar grandes fines de una manera altamente organizada como conviene al comienzo del real proceso de civilización.

Hexagrama 17:

El seguimiento, muestra estruendos debajo del signo para un cuerpo de agua, alegría y metal; indica que el poder activante está ahora dentro, las herramientas y la actitud para efectuar el proce-so, están fuera y listas; el estruendo como la salida del sol (este) y el metal como la puesta del sol (oeste) también indican la visión del principio y fin. Mientras el salto de la prehistoria a la historia es ejecutado en dos movimientos que van de polo a polo, el retorno requiere cuatro movimientos para transitar desde el polo AC Sur al CA Norte.

Hexagrama 47:

El agotamiento, muestra agua drenando fuera de un lago, el minado de la energía vital. Así describe el agotamiento espiritual, la amnesia holonómica. Ya que la imagen superior también signifi-ca metal o arma y la inferior peligro, el kua apunta a una situación corno de guerra.

Hexagrama 48:

El pozo de agua, al principio del retorno, la imagen final del templete AC describe la necesi-dad para proveer nutrición espiritual, que siempre está presente. También apunta al hecho de que tú no puedes ir a mitad de camino.

Hexagrama 49: La revolución (La Muda). La primera imagen del otro lado del cruce al temple-te CA describe la revolución completa, estableciendo el calendario en orden y haciendo aclarar la estaciones. Esta es la revolución que funciona como el aspecto purificante, depurador, restaurador de la recolección holonómica.

Hexagrama 50:

La transformación (El caldero). Cumplido el retorno al templete CA, la imagen de la madera dando fuego significa la transición hacia fuerzas puramente psíquicas espirituales. Así como los fac-tores gobernantes en la irradiación del hombre, la consagración cósmica sin la cual el proceso de hominización hubiera sido un ejercicio sin sentido. Esto también significa el estadio en el cual el tem-plete radiosónico puede ser implementado como la base de una nueva tecnología.

Estamos listos ahora para presentar el código de la historia como una secuencia ordenada de transformación biopsíquica. Cada una de las filas horizontales representa de arriba abajo uno de los ocho estadios de recolección holonómica indicados a lo largo del lado derecho. En el lado izquierdo están indicados los tres estadios generales marcados por los movimientos desde CA al AC. Así las dos primeras filas representan el estadio prehistórico, las siguientes cuatro filas el real estadio de la historia y las dos últimas filas el estadio de la posthistoria.
El código entero está definido verticalmente por cuatro estadios progresivos: 1) Presentación genéti-ca, 2) Patrón de aprendizaje, 3) aplicación/transformación, y 4) síntesis de evaluación. Así, aunque cada uno de los ocho estadios representa un conjunto único de circunstancias acumulativamente construido desde el estadio precedente, cada estadio puede ser también analizado en términos del común proceso cuatripartita. Se notará que los estadios de análisis vertical proceden a través de mo-vimientos de pares binarios, que también proveen la base de definición en un proceso progresivo de cuatro partes.
Para ayudar en la contemplación y estudio del código de la historia, damos aquí una breve definición de los cuatro estadios verticales de análisis. Derivada de la descripción geomántica del proceso de "naturaleza evolutiva - el hombre transformándose - en – naturaleza – más - alta", esta fórmula de cuatro partes procede como sigue:

1: Presentación Genética.

El primer par binario de un estadio representa el material básico y la configuración de información que debe desarrollarse. Este par binario define y limita el estadio histórico particular, y aún lleva de-ntro de él, el potencial del proceso total.

2: Patrón de Aprendizaje.

Indica qué aprender de, cómo aprender y qué esperar.

3: Aplicacíón1transformación.

Indica la naturaleza de lo que realmente ocurre a través de la aplicación de lo que ha sido aprendido.

4: Síntesis de evaluación.

Indica tanto los resultados de la transformación como las semillas preparatorias para el siguiente estadio de transformación.

Mientras el mapa precedente da una muy precisa descripción para el código de la historia a través de los sesenta y cuatro estadios del lenguaje binario de la transformación biopsíquica y está destinado como una guía para el estudio y contemplación, este mapa presenta la secuencia en el más simple y sintetizado código de anotación Maya.
Es descrito como un patrón de campo holonómico porque la secuencia de la anotación sub-suma los patrones biopsíquicos, genético/históricos. Como un patrón de campo holonómico, es el código e imagen de una matriz que lo abarca todo. Lo que parece real e importante para nosotros en el presente momento, es, finalmente, el blip centelleante de un patrón que es a la vez enorme y más allá de una escala que el pensamiento pueda comprender, y aún fantástica, humillantemente simple. Omnipresente, transparente, mostrando en y a través de todo, el patrón de campo holonómico re-quiere sólo una condición para su comprensión: una conciencia despojada de preconceptos, una mente que está totalmente vacía de ego o egoísmo.

En el límite del tiempo
viene la lluvia, nubes se ciernen, luego se disipan –

Sobre las montañas, estrellas
más allá de las estrellas
Diez mil miles de sueños estallan
a través de una red cristalina
demasiado amplia para medir –

Aquí esta presentada la trama completa del banco psi, el patrón lateral de base 8 corriendo perpendicular a la urdimbre de base 13. Mientras los cuatro patrones longitudinales de la trama son resonantes con la pulsación magnética solar binaria, de aquí que su matriz base como el Tzolkin - el calendario Maya - la urdimbre es resonante con la pulsación binaria del ADN/biopsíquica, por lo tanto su matriz base se manifiesta como el I Ching.
En este mapa, la secuencia de sesenta y cuatro kua ocurre, en bloques de ocho que corresponden a los ocho estadios de recolección holonómica o código de la historia. Las dos divisiones laterales con cuatro bloques cada una corresponden... al templete superior CA, y al inferior AC. El primer estadio, emergente aboriginal, está arriba a la izquierda del centro, y el último estadio, el holonómico, está adyacente a él, arriba a la derecha del centro. Así el movimiento comienza con la parte superior A (alfa) del centro y procede en contra de las manecillas del reloj a la manera de circuito hacia omega, justamente encima del centro de la matriz entera de la trama. En el extremo izquierdo del ecuador está la iniciación del cuerpo calloso, en el extremo derecho del ecuador, está el retorno del cuerpo calloso.
Cada bloque de ocho está dividido en cuatro estadios binarios correspondientes a los cuatro estadios geománticos de progresión. El t'ai ch'i o símbolo yin/yang es derivado en una forma tal que corre polar hacia el orden total del movimiento; esto es, mientras el movimiento general de este arre-glo es en contra de las manecillas del reloj, el t’ai ch'i corre en sentido de las manecillas del reloj. El yin o CA, semi-circunda abajo en el lado izquierdo, su "ojo" que consta de una pulsación AC. El yang, o AC, circunda arriba en el lado izquierdo su “ojo" de una pulsación CA.
El aspecto sin igual del tejido del banco psi está indudablemente en la forma en que cada uno de los sesenta y cuatro kua que abarca el código de la historia corre a través de las trece permuta-ciones. Como puede verse, el mismo kua está al principio y al final de cada fila. La forma de trans-formación es simple: empezando con el lado izquierdo, cada línea es transformada en su opuesto binario, moviéndose arriba cada línea por la columna vertical. Así, el kua dentro de la séptima colum-na vertical es siempre el exacto opuesto binario de su forma original. El proceso de cambiar una línea por columna continúa hasta que el kua original es alcanzado una vez más en la columna trece. La séptima columna en este arreglo, así como en el Tzolkin, es la columna mística que provee la clave de alineamiento para entretejer la urdimbre y la trama.
Los kua en la columna mística en cada uno de los ocho bloques o estadios de la recolección holonómica proveen ulterior información crítica observando la naturaleza interna de cada uno de los ocho estadios de la historia. Así, para cada uno de los cuatro conjuntos binarios de ocho kua en la columna mística de cada uno de los ocho estadios de la historia, está escrito en la anotación Maya el estadio del cual ese par binario es originario. Además, cada uno de los cuatro números derivados corresponden a los cuatro estadios de progresión geomántica.
Esto nos da una lectura interna del estadio histórico particular. De esta lectura interna deter-minamos si ese estadio era conservador, progresista, o retrógrado.
Lo que sigue es una lectura externa de los estadios históricos correspondientes a la columna interna de cada uno de los ocho estadios, como también de una evaluación cualitativa.

1 . Emergente aboriginal 1, 7, 5, 2, Progresista

2. Generativo aboriginal 2, 2, 1, 2, Conservador

3. Prístino Hierático 3, 5, 6, 6, Progresista

4. Imperial Hierático 6, 4, 4, 6, Progresista

5. Religioso Cosmopolita 3, 1, 5, 5, Conservador

6. Global Industrial 4, 3, 4, 3, Retrógrado

7. Radiosónico 1, 8, 7, 8, Progresista

8. Holonómico 7, 7, 8, 8, Conservador

Un estudio del patrón presentado aquí es producto de numerosos discernimientos observando la naturaleza subyacente del proceso de hominización. El primer estadio, el emergente aboriginal, por ejemplo, es completamente visionario, con su segundo conjunto binario, 49/50, correspondiente al estadio de aprendizaje, saltando adelante hacia el séptimo o estadio radiosónico posthistórico. También es de significación el hecho de que el solo estadio global industrial es tanto retrógrado en su núcleo interno como que no tiene un conjunto binario basado en su propio estadio. Todos los otros estadios tienen al menos un conjunto binario que representa ese verdadero estadio. Esto da cuenta de la naturaleza totalmente disincrónica del presente o culminante estadio del proceso histórico que, como hemos observado, representa tanto la amnesia holonómica como la pérdida de la visión sacra.
De todos los patrones míticos generados durante la fase hierática emergente de la civilización global, ninguna tipifica tan claramente la previsión del proceso total "civilización/hominización/retorno" que el de la serpiente emplumada, Quetzalcoatl/Kukulkan, de la antigua Mesoamérica.
Desde los tiempos más primitivos la serpiente (representando, el surgimiento genético primario, el poder y el conocimiento) ha atrapado la imaginación humana en la forma más poderosa. Combinan-do en algún modo con plumas o atributos celestes, la bestia eptiliana terrestre es transformada en un dragón, simbolizando estruendos, energía eléctrica, el poder del cambio y la transformación misma. Finalmente, el arco iris, igualmente universal, siempre ha inspirado la mente con premoniciones de síntesis y de una dichosamente desmaterializada, luminosamente completa condición del ser. Mani-festándose como la serpiente emplumada arco iris, estas elementales imágenes en combinación abarcan un completo patrón/símbolo psicogenético del proceso de la historia y la evolución.
Este patrón particular, su codificación de color hecho cromáticamente clave para el flujo geo-cronológico (Mapa 23), es derivado del antiguo sitio Xochilcalco (ca. 1000 PA), donde adornaba el lado de una estructura del templo piramidal. El patrón mítico de Quetzalcoatl, a la que esta ima-gen/patrón conmemora, es esencialmente como sigue: Quetzalcoatl, la serpiente emplumada, es tanto un patrón celeste de totalidad como un héroe-buscado temporalmente histórico. Como patrón celeste, el Quetzalcoatl cósmico puede ser igualado con la totalidad del bucle psicogenético primario formado por la doble hélice, la dinámica de la polaridad cruzada, o el patrón de simetría del arreglo del cielo anterior del I Ching. Como héroe-buscado jerárquico temporal Quetzalcoatl representa el patrón orgánico del ADN en su proceso evolutivo, o el arreglo del cielo posterior de los kua. El propó-sito del héroe jerárquico histórico es llegar a ser uno con el templete cósmico. En el esfuerzo para llegar a ser uno con el patrón cósmico radica el desarrollo heroico de la historia. Recapitulemos aquí los estadios míticos del héroe jerárquico, Quetzalcoatl.
1. El principal mensajero del conocimiento, héroe de la cultura, practicante de las artes y de las ciencias, sanador, profeta, sabio espiritual. En este estadio preliminar, Quetzalcoatl corresponde a la figura shamánica aboriginal prehistórica como una encarnación de la sabiduría.
2. Quetzalcoatl, fundador del principal centro urbano jerárquico, Tollan. Aquí Quetzalcoatl es el civilizador hierático, sumo sacerdote; su ciudad está basada en el patrón de los cielos, el cosmos - es de cuatro pliegues, con palacios de cuatro pliegues. Esto representa la edad de oro de la prístina civilización hierática.
3. La tentación y la caída de Quetzacoatl. Quetzacoatl es vencido por magos negros, sacerdo-tes del tiempo, que lo embaucaron y lo engañaron, representando la decadencia del estadio imperial hierático.
4. El despertar y la partida de Quetzacoatl. Levantándose de lo que le había ocurrido, Quet-zalcoatl se purificó así mismo, hizo un llamado a su pueblo, deja Tollan, esparce su mensaje por donde quiera él va, llega al lugar de la aurora (sabiduría) y parte. Esto representa el estadio medie-val-cosmopolita.
5. La profecía del retorno. Antes de partir, Quetzalcoatl profetiza que él regresará, que en el día sagrado para él Tollan será redimida. Entonces él parte en una balsa de serpientes navegando hacia el este, hacia el sol. Esto representa el estadio global industrial, que está sin la presencia real de Quetzacoatl, esto es, sin la visión sagrada, en una condición de amnesia holonómica.
6. El retorno. Significa el proceso de recolección holonómica engendrado en el punto crítico en el inminente futuro cuando el retorno de Quetzalcoatl se manifiesta como el redespertar de la sa-grada visión y el restablecimiento del orden sagrado. Esto corresponde al movimiento desde el kua 48 a los kuas 49 y 50 en el retorno a través del cuerpo calloso de la historia, al templete CA.

En la presentación aquí contra la trama del banco psi vemos la serpiente emplumada arco iris, su cabeza y lengua en la fase aboriginal prehistórica, su propio cuerpo extendiéndose a través del tem-plete AC de la historia, su cola encorvándose atrás alrededor del templete CA, las plumas tocando su bifurcada lengua completando el circuito de recolección holonómica. Como el Ouroboros, la serpiente que muerde su propia cola de la tradición Pitagórica, la serpiente emplumada arco iris es autosana-da.






V. Síntesis del Hombre y la Naturaleza

Preludio:
Ciencia Antigua,
Magia Futura,

"La Naturaleza Evalúa la Transformación del Hombre" es tradicionalmente el último estadio de la descripción geomántica. Sin embargo, en vista del hecho de que la naturaleza está sobreviviendo, y que lo que se ha presentado hasta ahora como historia ha sido en realidad la hominización del pla-neta, tenemos aún un término final con el cual tratar: el futuro, la posthistoria.
Esencialmente el futuro yace en la irradiación del hombre. Esto se refiere primero que todo al proceso por el cual cada individuo asume la responsabilidad por todas sus acciones, y con una con-ciencia elevada participa en esfuerzos grupales crecientemente integrados para establecer una rela-ción concientemente orientada entre los factores energéticos biopsíquicos y los del entorno. En forma más general esto describe la nueva tecnología simbiótica, la radiosónica, la base de la sinestesia posthistórica.
Mientras tales ideas parecen ubicarse lejos en el futuro, el proceso presente de la real eva-luación habiendo empezado fuertemente, es no obstante importante trazar los lineamientos en este mismo momento. Siempre que algo ha sido alcanzado ha empezado con un pensamiento, una idea, un impulso de propósito. Pero aún antes de que hubiera una idea señalando en una nueva dirección para el hombre, ha de haber una receptividad, y un afinamiento en la dirección en que la idea ha apuntado. Sólo en esta vía, con la propia actitud establecida, podrían los factores resonantes correc-tos estar en su sitio para precipitar tanto la nueva idea como también la buena voluntad para prose-guir y trabajar con la nueva idea, haciéndola una verdadera realidad.
Considerar la electricidad. A través de la manifestación del alumbrado, la conciencia de la energía eléctrica ha estado presente desde la alborada de la cultura. Sin embargo, la electricidad llegó a ser canalizada solamente después de los esfuerzos de hombres como Ben Franklin que abrieron el camino para la posibilidad de que él la pudiera ser de uso diario. Lo mismo es verdadero con la radiosónica. Factores psi - coincidencias y sincronicidades - han estado siempre presentes. Pero para canalizar el patrón de información subyacente en esos factores psi para uso diario ha sido raramente considerada. Es con el interés de ayudar a fomentar la receptividad mental para conside-rar la posibilidad de la radiosónica - la síntesis del hombre y la naturaleza - que los mapas concluyen-tes de la ecuación holonómica son presentados.
En un paisaje de montaña, bajo el campo estrellado del firmamento sin fin, se eleva la figura del espíritu del presente de unidad binaria sobre muchas de estas páginas, una forma de juego - ron-dando, burlándose, infinito. A la izquierda de él una rejilla flotante intercepta un círculo, transparente, abstracto, aún inmediato. La rejilla contiene - en la anotación Maya el arreglo de matriz del banco psi del código de transformación biopsíquica. El círculo, un eco de un patrón galáctico más pequeño a la derecha de él es el modelo del campo resonante. Moviéndose lateralmente a través de la rejilla y el modelo de campo resonante está el patrón ondulante, colgante del proceso de flujo civilizacional de un solo planeta de un sistema de estrellas por demás ordinario en un brazo alejado de una típica galaxia espiral, en una zona intermedia de un universo, simultáneamente expandiéndose y retroali-mentándose a sí misma.
Como ya hemos sugerido, el proceso de recolección holonómica no tiene autor. Todo lo que aparece es auto-existente-, todo lo que ocurre es auto-apareciente. En el punto de la historia en que nos encontramos, somos conducidos por líderes que tienen pocas sospechas de que lo que parece tan sólido y digno para luchar y aún para destruir el mundo es solo el residuo terminal de un solo es-tadio en proceso evolutivo que está lejos de completarse.
Para ver todas las cosas, para participar en la auto-curación del planeta polucionado por el proceso a menudo loco y cruel de hominización, requiere de un acto deliberado de generosidad. En el espacio de la generosidad, el espacio de la columna mística, que como el antiguo tao permite in-teractuar tanto la luz como la oscuridad, podemos vislumbrar el patrón de campo holonómico, infini-tamente más grande que nosotros mismos, aunque indistinguible de la más mínima partícula sub-atómica, un patrón que es orden y organismo, futuro y pasado, todo a la vez, aunque lento, firme, moderado - tan lento como las rocas de las más antiguas montañas.
Renunciando nosotros mismos a la realidad de este patrón como él se desenvuelve dentro y fuera en la dinámica de toda vida y energía, Podemos abrirnos a la posibilidad de nuestra propia irra-diación, no imaginativamente sino realmente. Y en la interacción sin grietas de nosotros mismos y nuestro entorno podemos sondear la base para la sinestesia radiosónica.
En el corazón de la ecuación holonómica está el principio de la resonancia universal binaria. Desde un punto de vista muy simple, práctico, así es como trabajan las cosas - desde la doble hélice del ADN y la atracción/repulsión positiva/negativa de la fuerza eléctrica, hasta el campo mutuamente interactivo del hombre/mente y naturaleza (cielo/tierra). Conociéndose así mismo está escrito en el proceso primario de la resonancia universal binaria.
Por esta razón, el hombre siempre ha conocido; él ha sabido que la vida es fundamentalmen-te buena, que el universo, las estrellas en el firmamento, los animales, las plantas, los minerales y los elementos de la tierra no son malignos, sino cósmicamente saturados con el propósito que da el or-den. Este propósito es lo sagrado inherente, el orden del universo mismo. Mientras el hombre ha guardado esto sagrado enfrente de él, en verdad, mientras él lo ha tejido en el patrón de su corazón a través de la humildad y el afinamiento espiritual, el patrón de la sociedad humana también ha refle-jado lo sagrado y el orden con el que todas las cosas están dotadas.
A pesar del juvenil desatino del loco ímpetu para reclamar el planeta como el dominio del inte-lecto del hombre ignorantemente juguetón, el universo, las estrellas, los elementos de la tierra y el hombre mismo no son menos sagrados que lo que ellos fueron cuando el proceso de hominización empezó. Aunque nosotros febrilmente acumulemos más hechos e información, la satisfacción genui-na se nos escapa. Con nuestras sofisticadas herramientas, radiotelescopios y microscopios electró-nicos, todo lo que somos capaces de producir son enigmas y paradojas más racionalmente vilipen-diados: quarks, quasars, agujeros negros y gluones, para nombrar unos pocos.
Numerados entre los nuevos descubrimientos de los últimos cinco años están la docena o al-go así "de galaxias giroscópicas,', descubiertas vía radio-telescopio en los “Iímites del universo” Des-de el punto de vista científico tradicional, estas galaxias son recientes en el sentido de que poseen anillos verticales tanto como los brazos/anillos espirales horizontales de las más ortodoxas formacio-nes galácticas espirales. Desde la perspectiva holonómica, sin embargo, estas galaxias giroscópicas, quizás ejemplos de sistemas estelares altamente evolucionados que se coordinan mutuamente, son en una escala masiva solo simples manifestaciones del modelo de campo resonante primario topo-cosmos holonómico.
Distinto de los anillos horizontales gravitacionalmente magnetizados que manifiestan tanto al nivel planetario, como nuestro vecino Saturno, la manifestación visible de los anillos verticales co-rresponde a la plena activación del campo biopsíquico, en resonancia binaria con el campo electro-magnético. En holonomia, por virtud del principio de la resonancia universal binaria, lo que es verda-dero de un sistema es verdadero para todos.
Porque nuestras mentes perciben solamente aquello lo que ellas están afinadas o listas a percibir, “el descubrimiento "de las galaxias giroscópicas provee una pista para el desenvolvimiento radiosónico del siguiente estadio del desarrollo planetario. En lo más mínimo este siguiente estadio, el posthistórico es dependiente no de una más amplia explotación material, sino de la propia activa-ción del campo de resonancia biopsíquica del planeta.

estrellas abiertas

sin fin vibrantes

sin origen resonante

infinitas retornantes

mente

retornante infinita

resonantes sin origen

vibrantes sin fin

abiertas estrellas

Cuando hablamos de la activación del campo de resonancia biospsíquico planetario, nos refe-rimos al banco psi directamente. Aunque el banco psi pudo haber sido a lo mejor sólo un fenómeno vislumbrado fragmentariamente durante la carrera temeraria hacia la completa hominización planeta-ria, el siguiente estadio de desarrollo, el radiosónico, sería imposible sin la plena activación conscien-te del banco psi. Esto es lo que subyace en la frase, la planetización de la conciencia, esto es, haciendo consciente lo que alguna vez ha sido inconsciente.
Aunque la mayoría de la raza humana pudo haber sido inconsciente o no conocedora del fe-nómeno de campo total del banco psi, esto no significa que el banco psi no halla sido plenamente operativo. Lo ha sido. Sea como el Tiempo del Sueño, las Casas del Sol, las Islas Blancas de los Benditos, los Campos Elíseos, Valhalla, Tir-na-nog, y toda suerte de cielos, paraísos e infiernos o aún como el inconsciente colectivo, el banco psi ha estado siempre funcionando.
Como la red de depósito del acumulativo pensamiento humano, y como el campo psíquico guía - el circuito de recolección holonómica - de la hominización planetaria, el banco psi siempre ha provisto la matriz de la visión inseparable de la sabiduría y bondad primordiales manifiestas en todos los seres humanos. Ya que su mecanismo operativo está localizado en resonancia con los cinturones de radiación del campo electromagnético, el banco psi es de este modo global mente accesible. Por-que los humanos poseen las cualidades de autorreflexión, la manifestación consciente de la mente, y por que la mente no tiene medida - sin limites e infinita - todos los humanos son capaces de sintoni-zarse con el globalmente presente banco psi. Realmente, y en verdad el banco psi es la mente pla-netaria, y la humanidad sólo el único cuerpo de múltiples miembros de esa mente.
Las visiones, los patrones cromáticos, los tejidos, los calendarios bipolares, las estructuras de templos, las pirámides, los mitos y las leyendas de héroes y heroínas, los ascensos a los dominios del arco iris, las sucesiones de oráculos/sanador/videntes, las geometrías, las formaciones numéri-cas, las arquitecturas musicales - todas son engendradas en la matriz de la visión a través del princi-pio primario de la resonancia universal binaria. Esta matriz de la visión es el banco psi mismo, produ-cido tanto espontáneamente por como coproductor del campo resonante binario, el hombre y la natu-raleza. No hay por más tiempo ninguna razón para estar sorprendido por nuestra capacidad de cono-cer, ni por la coincidencia de que las vías por las que nosotros conocemos siguen los mismos patro-nes de las progresiones binarias.
La mente científica ha buscado perpetuar el mito del misterio de las cosas con el fin de darse autoridad y poder, para continuar gastando tiempo y energía en el empeño de lo inalcanzable. Nece-sitamos no sucumbir por más tiempo a la fatal atracción de este mito. En la activación del banco psi, el campo planetario biopsíquico, veremos y entenderemos la conexión de las cos las más importan-tes, de nosotros mismos como un organismo unitario. No obstante, en los trabajos sineregísticos del modelo de campo resonante, es sólo llegando a conocer quiénes somos realmente, como el banco psi puede ser plenamente activado.
A pesar de eso, aunque el imperativo permanece con nosotros para alterar radicalmente la di-rección de la civilización de hoy en día - para llamarla un fin para la historia, nada menos - podemos también poner nuestra atención en la mecánica del banco psi y además enterarnos a nosotros mis-mos como podemos cumplir el doble fin - realización individual y armonización colectiva - completan-do el proceso histórico e iniciando el posthistórico.
Este mapa muestra la completa interfase entre la urdimbre del banco psi, el patrón de matriz longitudinal provisto por el arreglo de ocho Tzolkines, enfatizando las columnas místicas, y el cua-drado de Franklin/circuito recolección holonómica, que provee la clave para la trama biopsíquica his-tórica o patrón lateral del banco psi.
Si no fuera por la columna mística, sería difícil acomodarlo en el cuadrado del 8. Pero como hemos visto, como la octava (8) contiene la escala cromática (13) así obviamente debe el Tzolkin, base 13, contener el I Ching, base 8. La columna mística permite que 20 unidades sean sustraídas del total de 260 unidades de un segmento del Tzolkin dado, dejando un total de 240 unidades. Mien-tras 260 no es divisible por 8 sin un remanente, 240 lo es. Así cada una de las 64 unidades del cua-drado de Franklin/holonómico está asignado a 30 unidades de Tzolkin. Una breve observación mues-tra que cada una de las ocho placas que abarca el cuadrado de Franklin/ circuito de recolección holonómica coincide completamente con cada uno de los ocho Tzolkines. Además, podría anotarse que el segmento de polaridad cruzada de la sección central de cada una de las tripletas binarias en cada uno de los ocho Tzolkines corresponde completamente a la sección central de polaridad cruza-da de cuatro partes de cada una de las placas holonómicas.
Por ejemplo, en la placa norte primaveral, el cuadrado central superpuesto a la polaridad cru-zada de la tripleta binaria está compuesta de los números 1 y 2, 63 y 64, relacionados con cada uno de los otros en la forma de polaridad cruzada. El mismo patrón de relación es verdadero para todas las hojas. Así el principio de polaridad cruzada es consistentemente equiparado tanto en el cuadrado de Franklin/patrón de circuito holonómico como en la urdimbre del banco psi, hojas de pulsación Tzolkin/solares.
Una tal exacta correspondencia y equiparación del sistema del I Ching de 64 y el calendario sagrado de 260, como el equivalente de los codones del ADN y los kua del I Ching, están más allá del cálculo humano. Para descubrir y apreciar la intachable congruencia de estos patrones fundamentales, sin embargo, como todas las leyes y principios de la naturaleza, no está más allá del entendimiento de la imaginación humana receptivamente afinada. Habiendo sido vislumbrados, entendidos y graficados, tales patrones pueden entonces ser comprendidos. Una vez comprendidos, pueden ser aplicados. La aplicación del patrón/principio del banco psi, conteniendo como lo hace el código clave para todos los procesos vivientes, el electromagnetismo y la evolución psicocultural de la raza humana, pueden ser de enorme consecuencia para el planeta del cual el banco psi es la conciencia gobernante.
Aquí en una forma esquemática está una lectura externa total de los componentes del banco psi, un mapa de la matriz psicoatmosférica del planeta tierra. Para empezar anotaríamos que los nú-meros de cada una de las ocho placas estacionales que comprenden el circuito de recolección holo-nómica de 64 unidades- suman 260, el número de unidades en la placa subyacente Tzolkin /pulsación solar. Las columnas místicas de las placas del Tzolkin están indicadas, cuatro de tales columnas proveyendo el centro de las cuatro placas psicotectónicas: AfroEurásica, Pacífica, Ameri-cana y Atlántica.
El ecuador provee tanto la división primaria bipolar en los templetes norte y sur CA y AC, co-mo también la división de las placas longitudinales en las ocho placas estacionales. Cada una de estas ocho placas es entonces dividida en tres hojas de membranas psi-nimboideas y ocho unidades de matriz psi. Correspondiendo a las divisiones psicoatmosféricas están indicadas a lo largo del lado derecho de la matriz principal.
Los patrones de formación diamantina incluyendo cada una de las columnas místicas sugie-ren la matriz Tzolkin/pulsación-solar que subyace en este patrón. Estas se refieren ala estructura primaria de la triple configuración binaria. El patrón ondulante del flujo civilizacional también es evi-dente en esta matriz. Teniendo en mente que cada una de las ocho placas estacionales está super-puesta en una matriz de 260 unidades Tzolkin/pulsación solar, el total de matrices subyacentes con-tiene 2080 de tales unidades. Ya que las 260 unidades se refieren a unidades de tiempo, la designa-ción "psi-crono” ha sido aplicada a las unidades individuales de la matriz total de ocho Tzolkines del banco psi.
Podemos observar una unidad psi-crono o psi-tiempo en la siguiente manera: así como hay cuatro estaciones por año, cada una con su cualidad singular siguiendo a la otra, así hay un ciclo de 260 días, cada uno de los cuales contiene su cualidad particular, la cual, sincronizada con el patrón de flujo de los días en sucesión estacional, da cuenta de los cambios ricamente diversos, aparente-mente impredecibles que acompañan cada día, tanto atmosférica como psíquicamente.
Es en tal forma como llegamos al umbral de los estudios psicoatmosféricos. En términos de ecuación holonómica, los estudios psicoatmosféricos son al desenvolvimiento resonante binario del hombre en relación al entorno lo que la física es al estudio de las leyes del mundo fenomenal. En esta observación podemos también hablar de frentes psicoatmosféricos de tiempo. El patrón de ma-yores frentes está al extremo derecho de este mapa. Correspondiendo a las mayores transiciones del desarrollo psicocultural, los frentes psicoatmosféricos de tiempo pueden ser así urdidos en la clave de flujo del banco psi.
El primer frente mayor que se mueve del cuadrado 64 al cuadrado 1 corresponde al surgi-miento del hombre como un organismo psicocultural, poseedor del conocimiento del fuego. El segun-do desde el cuadrado 8 al 9, corresponde a la estabilización de la sociedad aboriginal en unidades sociales dedicadas a la protección y mantenimiento de un sitio geográfico particular. El tercer frente mayor psicoatmosférico de tiempo, del 16 al 17, corresponde al cuerpo calloso de la historia, la ini-ciación, el paso desde el templete CA al AC que inaugura la hominización civilizante del planeta. El cuarto, del 24 al 25, y el quinto, del 32 al 33, pertenecen al cambio hacia la expansión imperialista del viejo mundo y la renovación espiritual del mundo medieval respectivamente. El sexto frente psicoat-mosférico, del 40 al 41, marcó el rápido paso del mundo medieval al mundo global industrial.
Como ya hemos indicado, estamos experimentando la arremetida del séptimo frente psicoat-mosférico del tiempo, el cruce del retorno desde el templete AC atrás al CA, el que transita del 48 al 49. Este probará ser el frente más tormentoso de todos, ya que él significa virtualmente el fin de todo para aquellos que están ahora en el poder y enganchados al prototípico sistema de creencia materia-lista. El impasse nuclear del tiempo actual es el más obvio signo de peligro del presente frente de tiempo. Como con todos los frentes de tiempo es importante conocer la naturaleza del patrón y la clase de condición meteorológica que seguirán. El octavo frente, del 56 al 57, marcará el logro de una mayor estabilización de las condiciones planetarias, la planetización de la conciencia; la conclu-sión de esa fase será la real manifestación del campo biopsíquico de fuerza.
En el lado izquierdo vemos el patrón del circuito de recolección holonómica, tanto los temple-tes CA y AC derivados de la secuencia del cuadrado de Franklin, como también los patrones verti-cal/longitudinales de la columna mística con sus formas incluyentes de triple configuración binaria. Lo que resulta es el patrón completo de la matriz psi, el templete radiosónico mismo.
En la sección precedente, hablamos tanto de la necesidad de conocer la naturaleza del co-rriente frente de tiempo psicoatmosférico como también de la clase de condiciones meteorológicas, que los seguirán. El templete radiosónico es una pista para ambos. Siendo completo como también haciéndose a sí mismo completamente conocido, el patrón sugiere totalidad y curación. Tal es la vi-sión necesaria para el cruce del retorno del cuerpo calloso de la historia. Como un circuito completo, el templete es un heraldo del séptimo estadio psicocultural, la posthistoria. Horizontal y verticalmente conectado el templete radiosónico es una descripción real de los puntos planetarios que enlazan, los flujos de energía geomagnética, electromagnética y biopsíquica. Es tanto un modelo del sistema total como también un templete para más pequeños sistemas radiosónicos localizados.
Un sistema radiosónico localizado, como el macroplanetario, implica el enlace de flujos de energía geomagnética, electromagnética y biopsíquica. Este es el nivel primario u horizontal de sín-tesis presupuestado por la tecnología radiosónica, en conjetura hecha comprensible y realizable por el engranaje sincrónico de estos campos de resonancia en el modelo de campo resonante y en el triple código binario del banco psi mismo.
El nivel vertical de síntesis es provisto por el hombre, la vara de afinamiento del campo bio-psíquico. Este nivel de síntesis es alcanzado a través de un real despliegue de sinestesia, una con-gruencia y armonización de los campos de los sentidos. La tecnología primitiva que apunta a la si-nestesia radiosónica pueden encontrarse en la televisión o video de hoy en día. Afectando al menos dos sentidos a la vez - el visual y el auditivo - el video de hoy satisface el mínimo requerimiento de la tecnología radiosónica. Desafortunadamente los máximos efectos dinámicos de esta armonización sensorial son cortocircuitados por la devastadoramente bárbara programación del video contemporá-neo.
Por esta razón es necesario contemplar el segundo diagrama de este mapa "El Templete Ra-diosónico como el Templo del Hombre". En virtud de la consistencia holonómica, los principios uni-versales de resonancia binaria y polaridad cruzada unen el organismo humano individual al mismo patrón que gobierna el flujo planetario total de energía, el circuito de recolección holonómica. Así, cuando colocamos este circuito en su fin, el cuerpo calloso de la historia en el fondo, lo que aparece es el templete radiosónico del templo del hombre. El fundamento del templo del hombre es el cuerpo del organismo humano individual, uno y el mismo para todo ser humano. En el templete radiosónico, la forma humana es binaria o duplicada, indicando que en la realidad no hay una cosa tal como una existencia humana sin relación.
En realidad, el templete radiosónico describe el cuerpo de energía del organismo humano. Este cuerpo puede ser visualizado como un circuito psicomagnético resonantemente conectado con el sistema nervioso y glandular y los órganos vitales.
Las características claves del cuerpo de energía están definidas por los cinco centros de acti-vación biopsíquica localizados en la cabeza, garganta, corazón, ombligo y un centro primario en la mitad del camino entre el ombligo y los genitales. En la construcción del templo radiosónico del hom-bre, es el cuerpo energético el que es el sistema o circuito vital que conecta las fuerzas electro y geomagnéticas a modo de un conducto o transformador.
Localizados a lo largo del eje de la propia columna mística del cuerpo, los cinco centros de activación biopsíquica no son nada nuevo. Se anotará que la columna mística del cuerpo correspon-de a una línea trazada a través del centro de los cuatro templetes centrales de transformación cruza-da de uno de los dos templetes que comprenden la matriz psi. También en el cuerpo de energía es-tos centros marcan los puntos de polaridad cruzada que tienen en cuenta un libre flujo de energía magnética - la base de la vitalización - a través del cuerpo, y que también permite a cada centro ex-presar su nivel o clase particular de energía en forma específica.
Una consideración de la relación de los centros biopsíquicos con cada uno de los otros y los estadios de desarrollo psicocultural es útil tanto para indicar la naturaleza de las funciones de cada uno de los centros, como también su efecto acumulativo sobre cada uno de los otros. Al centro pri-mario corresponde la fase prehistórica o aboriginal de desarrollo, el fundamento aboriginalmente bio-lógico de todo afinamiento, el sitio de la urgencia vital dinámica que penetra toda la vida. Los siguien-tes 3 centros --ombligo--corazón y garganta corresponden al estadio de la historia. El ombligo tanto como centro de gravedad del cuerpo, como también el omphalos, ese punto desde el cual la cuerda de la vida se extendió originalmente corresponde al estadio de civilización hierática, el fundamento de toda real civilización. El centro cardíaco corresponde a las fuerzas espiritualmente vitalizadoras que llegaron a ser principalísimas en la fase medieval; y el de la garganta a la moderna global-industrial, que proveyó la red de comunicación que une globalmente todo el planeta.
El centro de la cabeza, en la cima del cráneo, corresponde a la fase posthistórica. De él las lí-neas de energía se desvían hacia el banco psi, el sexto centro, que no puede ser plenamente activa-do sin la activación sinergística de los cinco centros energéticos del cuerpo. Ligado íntimamente al sistema nervioso y de aquí al sistema psico-sensorial, los centros en relación a los sentidos com-prenden la onda retroalimentadora psicogenética total. Es porque los centros están neuralmente co-nectados con los campos de los sentidos que podría haber activación biopsíquica en relación a los campos geo - y electromagnético. La principal guía para el proceso de activación radica en el estudio de la cromática.
Considerando la naturaleza y función del templete radiosónico como el templo del hombre, vemos que el cuerpo de energía corresponde a la forma de la matriz psi considerada como el siste-ma nervioso planetario. Además, los cinco centros de activación biopsíquica dentro del cuerpo de energía individual contienen una recapitulación correspondiente de los estadios de desarrollo psico-cultural. Finalmente, los centros biopsíquicos y los campos de los sentidos como un sistema total comprenden una onda de retroalimentación psicogenética. En términos de la ecuación holonómica, la onda de retroalimentación psicogenética individual está basada en el mismo patrón de la onda de retroalimentación psicocultural o histórica, ella misma basada en un modelo universal aun más abar-cante.
Como hemos visto, los estadios de desarrollo histórico o psicocultural definidos por los ocho estadios de recolección holonómica y los sesenta y cuatro estadios de transformación biopsíquica corresponden tanto al I Ching como a los codones del ADN, de aquí la frase cualificante: onda de retroalimentación psicogenética.
El proceso de la historia, la irradiación del hombre, está ella misma basada en y/o es una fun-ción de ambas formulaciones de octava cromática (ver Mapa 23 y 38). Es por esta razón por la que el estudio de la cromática es la clave para la activación biopsíquica. La cromática, o la cromática bio-psíquica, debe aquí ser tomada para significar la investigación de la interrelación entre las variadas escalas espectrales o unidades de información a las cuales cada uno de los sentidos es reactivo. Para el oído, esta escala espectral es conocida como la octava; para el ojo, el espectro cromático; para la nariz, la escala olfatoria, y así, sucesivamente. Por que el espectro visible es fácil de reprodu-cir en términos de color, él provee, en este ejemplo, la analogía base para una consideración prelimi-nar del campo total de la cromática biopsíquica. En la "Carta de Activación Cromocelular Psicogené-tica", la onda de retroalimentación psicogenética histórica en todas sus permutaciones como la trama del banco psi provee la matriz para el patrón de activación cromocelular, el espectro entre-tejido total de la escala del color. El principal color de cada uno de los ocho estadios está ubicado en la esquina superior izquierda de cada uno de los bloques celulares psicogenéticos. Así tenemos el patrón cro-mático ya establecido:

Rojo y naranja: templete CA, emergente aboriginal y generativo aboriginal, bloques uno y dos respectivamente, correspondiendo al centro primario del cuerpo energético.

Amarillo y verde: templete AC, prístino hierático e imperial hierático, bloques tres y cuatro res-pectivamente, que corresponden al centro del ombligo del cuerpo energético.

Azul: Medieval cosmopolita, bloque cinco, templete AC, centro del corazón del cuerpo energé-tico.

Índigo: Global industrial, bloque seis, templete AC, centro de la garganta de cuerpo energéti-co.

Violeta y púrpura: Radiosónico y holonómico, bloque siete y ocho, templete CA, corresponde al centro de la cabeza del cuerpo energético.

Ya que cada uno de los bloques celulares cromáticos (es importante recordar que estas figu-ras código también corresponden a los flujos de los codones del ADN) está dividido de arriba abajo en cuatro partes binarias, a cada una de estas secciones corresponde un solo color. Además, ya que cada uno de los bloques celulares cromáticos está dividido en dos por la séptima columna mística, hay un total de ocho partes de dos líneas de seis kua cada una para cada uno de los bloques celula-res cromáticos. Como un resultado, cada bloque celular puede acomodar todos los ocho colores del espectro, pero en un patrón diferente de arreglo, dependiendo de cual color está ubicado en la "frase de arranque" en la izquierda superior. Finalmente, el color mismo se mueve espectralmente por pa-res binarios hacia abajo a la manera del patrón de polaridad cruzada, exhibido en la trama del banco psi. De este modo podemos dar cuenta del patrón particular evidente en la “Carta de Activación Cro-mocelular Psicogenética”. Anotaríase que el patrón total de relaciones de un color con cada uno de los otros corresponde exactamente a la dinámica de polaridad cruzada exhibida en una sola placa estacional de la carta de flujo de la matriz psi. Así, el bloque central de cuatro está indicado por un cruce entre los bloques uno y cinco, cuatro y ocho. Este cruce central es complementado por el com-pleto patrón de cruce por el cual los bloques dos y seis, tres y siete están relacionados por el mismo proceso de simetría inversa.
Viendo este mapa como un tablero de clave psicogenético, literalmente como el espectro cromático de nuestros cromosomas, los mensajeros del código ADN, podemos empezar a sentir cuan profundamente la inherente armonía de las cosas está inscrita en nosotros. Podemos empezar también a contemplar las posibilidades de trasladar esta armonía inherente hacia fuera a través de nuestros sentidos transformando nuestros campos de los sentidos - el entorno planetario mismo - en una verdadera síntesis del hombre y la naturaleza.
En el mapa precedente consideramos los fundamentos de la cromática biopsíquica como una actividad cromocelular, una función tanto inherentemente genética como psicocultural. Aquí conside-ramos el código cromático en su presentación electromagnética/celeste. El patrón de los colores en el código cromático es derivado de y corresponde a la equiparación de la matriz del banco psi de sesenta y cuatro con la trama del banco psi (Mapa 42). Los colores mismos están codificados para los cuatro conjuntos de triples configuraciones polares binarias que son el patrón matriz clave, la tra-ma del banco psi (Mapa 1). De este modo, las formulaciones de color y los números de matriz del banco psi correspondientes son como sigue:

Color Código Binario Estadio Psicocultural
rojo números 1 al 8 emergente aboriginal
naranja números 9 al 16 generativo aboriginal
amarillo números 17 al 24 prístino hierático
verde números 25 al 32 imperial hierático
azul números 33 al 40 cosmopolita medieval
índigo números 41 al 48 global-Industrial
violeta números 49 al 56 radiosónico
púrpura números 57 al 64 holonómico

Recordando que el patrón secuencial de estos números en este arreglo nos da tanto el circui-to de recolección holonómica como el templete radiosónico, el código cromático no podía ser más armonioso. Mientras el espectro cromático total está manifiesto en cada uno de los arreglos vertica-les, los arreglos horizontales moviéndose en ocho conjuntos de pares binarios de color corresponden a la trama de la historia.
En el proceso de información del código genético, el patrón también se sostiene verdadero: un ramal de los dos sostiene el templete del otro y el patrón entero de ambos. Esto es demostrado por la correspondencia del ramal cromático al extremo izquierdo con el movimiento del color hacia la izquierda de la columna mística dividiendo la primavera (norte) y el otoño (sur). Como uno puede ver, este ramal no es solamente el patrón de su ramal contrapuesto en el otro lado de la columna mística, sino que como un solo ramal él contiene la información de todo el espectro cromático también.
Por lo tanto, no sólo hay una completa equivalencia entre la cromática cromocelular y la del banco psi, sino que el código cromático está escrito en la más primaria estructura de la vida y de la energía. El propósito de la radiosónica es poner en libertad las estructuras cromáticas radiantes con-tenidas dentro de las dinámicas de la vida y del electromagnetismo a través de la activación biopsí-quica. Esta es una tarea comparable a la liberación de la energía a través de la división del átomo, aunque infinitamente más benéfica. Este y otros mapas presentados aquí son claves para el logro de ese fin. Sin embargo, ese fin no será alcanzado del todo hasta que haya una reorientación completa - no está tentado a decir repolarización completa - de la dirección en que el hombre piensa que va.
Esta reorientación no es simplemente un asunto de pensar que hay rutas alternativas por las cuales la energía puede ser liberada para el propósito de mantener una presumida maestría sobre la naturaleza. Lo que se requiere realmente es una especie de revulsión en los más profundos niveles de la naturaleza de uno, un giro en el asiento más profundo de la conciencia. Tal revulsión, una des-pedida de la base egoísta y conductas agresivas, debe ser llevada hasta el fin y suplementada con prácticas de afinamiento espiritual que continúen creando una realización de la finalmente desintere-sada naturaleza de uno mismo y de todos los seres. Tal desinteresada realización es el campo de crianza del comportamiento desinteresado, ese solo comportamiento que puede propiamente activar-los centros biopsíquicos y, unido con el templete de los flujos electro y geomagnético, libera el templo del hombre, la mente planetaria hecha no solamente consciente, sino funcional y visible también.
Por su naturaleza, la síntesis implica una unión del principio y el fin, una armonización de lo que fue activo al comienzo de las cosas con lo que fue solamente potencial. Esto es lo que está des-crito por el circuito de recolección holonómica: un movimiento que se origina en el templete CA, cruza hacia el opuesto polar, el templete AC, y realiza completamente el patrón allí. Una vez cumplido, el movimiento de pensamiento/energía y conciencia debe retornar al templete de origen, el CA, y com-pletar la síntesis, llevando a un tiempo lo que ha estado presente aboriginalmente con lo que ha sido experimentalmente desarrollado a través de la hominización civilizante del planeta. En este proceso, la historia es sólo el término medio de una ecuación que es tanto mítica como psicogenética en, sus dimensiones.
El mito difiere de lo que conocemos como ciencia en que está basado en un modo de conocer y ser sinestético. Por lo tanto, pasando atrás, al templete CA, dejamos la ciencia pasamos de nuevo a la conciencia mítica, pero una conciencia mítica facultada y esclarecida por nuestro peligroso cruce través de la historia. La nueva y sinestética conciencia mítica es activada por el reconocimiento de la global realidad guía del banco psi y del afinamiento con ella, la matriz visionaria común al hombre, la envoltura mental del planeta tierra.
En este mapa vemos la matriz de banco psi activada de acuerdo al código cromático. Lo que aparece es un resplandeciente conjunto de cuatro columnas arco iris emplumada las cuatro casas arco iris del sol. Las columnas místicas corriendo bajo el centro de las cuatro casas arco iris del sol son nada menos que los cuatro ríos de la vida, ardiendo con la pureza del vacío, porque el vacío solo hace posible la alternación primaria binaria que provee el latido del corazón del principio de la polari-dad resonante universal. Estas son las casas de la visión. Estos son los ríos del paraíso. Estos son los palacios de la sabiduría. Estos son los postes-señales de nuestro destino colectivo.
En el patrón de campo holonómico, el arte, la ciencia y el orden sagrado están unificados en una sola imagen, una configuración primaria que no obstante contiene la historia total.
Acomodado en la matriz del banco psi está una sola triple configuración binaria cromática-mente afinada con los colores del alfa y el omega, rojo y púrpura respectivamente, la porción central de la triple configuración binaria mira a uno y otro lado de la columna mística en dos circuitos de po-laridad cromática simétricamente invertidos. El resultado es una completa configuración binaria de dieciséis partes.
La figura total binaria de dieciséis partes no puede ser entendida, sin embargo, como una en-tidad independiente, porque un breve examen muestra que las porciones laterales correspondientes a los colores azul, verde, amarillo e índigo son realmente mitades derecha e izquierda de otras dos triples configuraciones binarias. Por tanto, nuestra propia matriz del banco psi es una función de un patrón de matriz mucho más amplio y es interdependiente con él, el del sistema solar, y el sistema solar mismo es apenas una sola matriz en un inmenso campo galáctico.
Es también de anotar que la configuración de diez y seis partes flota sobre un campo que consta de una micro y una macroconfiguración del modelo de campo resonante primaria. La micro-configuración comprende el núcleo de la macroconfiguración, que resuena hacia fuera en ondas con-céntricas, alcanzando su clímax en un intenso anillo de irradiación que une las terminaciones alfa y omega del espectro. El centro del micronúcleo corresponde al centro de la más grande columna mís-tica, compuesta de los números 13 y 7 repetidos. La suma total de estos números, cuarenta, corres-ponde a una mitad del número total de unidades que componen esta columna mística más grande.
Podemos preguntar ¿a dónde iremos a partir de aquí?. Una vez que hemos comprendido y dominado los dos templetes, las operaciones de las ocho placas de nuestro propio banco psi, obvia-mente conduciendo al código de 16 (8 x 2), ¿qué sigue?. Una vez más el genial Ben Franklin ha pro-visto la pista. No antes de completar el cuadrado de 8, Ben Franklin triunfantemente produjo el cua-drado de 16, proveyendo la pista numérica para el desciframiento del microchip de 16 partes so-lar/galáctico de nuestro destino colectivo planetario.
El pulso del cuadrado mágico de 16 es 2.056, una figura que es múltiplo de 257 y 8. Como un número primo irreducible, 257 está no obstante íntimamente conectado a los conjuntos de progresio-nes binarias como también puede ser escrito: (16² +1). Con todo, en relación al código de 8 y 13 con el que hemos estado tratando, con sus múltiplos de 64 (8²) y 260 (13 x 20), 2.056 como (16² +l x 8), representa un mayor salto en la cualidad de nuestro conocer y ser.
Por analogía, podemos ver la diferencia entre dónde estamos ahora, y dónde debemos estar para llegar a ser propiamente galácticos, como la diferencia entre 13 el número primo base del cua-drado mágico de 8, y 257 el número primo base del cuadrado mágico de 16. El intervalo entre 13 y 257 representa nada menos que el intervalo entre la fragmentada, incoherente, individual y sociopolí-tica conciencia de hoy, y la completamente unificada conciencia de campo del género humano que funciona como un solo organismo planetario en conjunción con un banco psi totalmente visible y ope-rable.
En este punto no necesitamos decir más. Hay mucho por hacerse. Dejemos este patrón, el del circuito de la configuración polar binaria de diez y seis partes, el patrón del campo holonómico, suficiente como una imagen guía inspiradora de la totalidad, una visión del campo resonante, un vis-lumbre radiosónico de nuestro potencial, un llamado radiante para realizar nuestra naturaleza plena-mente a través de la realización de la naturaleza de todo lo que está alrededor nuestro.



CONCLUSIÓN:
PARA CRUZAR LA GRAN AGUA DE LA HISTORIA

Un Preludio al Mapa 49

El número de mapas que comprende ésta versión de la Tierra en Ascenso es de cuarenta y ocho. Ese es el número que significa la conclusión del completamiento del templete AC, la hominiza-ción de este planeta. Corresponde también al kua 48 del I Ching, Ching, el Pozo de Agua, el kua que provee la clave para moverse a través del cuerpo calloso de la historia, el retorno.
El kua, el otro lado del paso del retorno de cuerpo calloso, el número 49 corresponde a Revo-lución (Mutación). En un sentido hemos provisto todos los mapas necesarios para el momento, y así cada lector puede construir el Mapa 49 a partir de lo que ha sido presentado, de acuerdo a donde él o ella puedan encontrarse a sí mismos. De hecho, el conjunto total de mapas y textos que compren-den la Tierra en Ascenso pueden tornarse como un incentivo para "cruzar la gran agua", y actuando así instigar la revolución global necesaria para colocarnos una vez más en una posición firme con el proceso evolutivo.
Para prepararnos mejor para este cruce momentáneo y la revolución que ello acarrea, debe-ríamos considerar más plenamente los comentarios a este kua crítico, el número 49.
"La Secuencia: la organización de un pozo debe ser necesariamente revolucionada en el cur-so del tiempo. Por tanto allí sigue el kua, Revolución". Este comentario tradicional colocando el kua 49 en relación con su predecesor, el número 48, es instructivo, como lo es la nota miscelánea añadi-da a ese comentario: "Revolución significa la remoción de lo que está anticuado". Revolución, 49, está entre los dos únicos kua que presentan objetos hechos por el hombre en el l Ching, El Pozo, el 48, y El Caldero, el50. Por tanto, la revolución es un puente transformador.
El Pozo representa la necesaria, pero al mismo tiempo artificial, estructura de la civilización; el Caldero, los medios para ultimarla transformación. Lo que es anticuado, que requiere remoción, que no son estorbos físicos o materiales, sino actitudes que no están afinadas con la verdadera situación del tiempo. El que las actitudes que bloquean el uso apropiado del pozo estén atrincheradas en los atavíos materiales del poder y el convencionalismo es precisamente la razón por la que la revolución es pedida. Una consideración de la enormidad de la tarea, pasando atrás desde el templete AC al CA, desde la historia a la posthistoria, indica que no podemos estar tratando con una situación en que un conjunto de detentadores del poder es derribado para ser reemplazado por otro. Más bien, estamos tratando con una revolución total holonómica, una revolución por afinamiento.
Un comentario sobre el dictamen del kua provee ulterior comprensión en el llevar a cabo esta clase de revolución, revolución por afinamiento:
"El cielo y la tierra dan lugar a la revolución, y las cuatro estaciones se completan así mismas de ese modo".
"T'ang y Wu dieron lugar a la revolución política por que ellos fueron sumisos ante el cielo y estuvieron en mutuo acuerdo con los hombres". "El Tiempo de Revolución verdaderamente grande".
Como el proceso natural por el cual las estaciones se completan, a sí mismas, la Revolución por afinación es llevada a cabo primero que todo siendo sumisos ante el cielo - ante el orden sagrado de las cosas - y de ese modo colocándose uno mismo en mutuo acuerdo con los hombres. Las ver-daderas necesidades de la humanidad con las que uno mismo se debe alinear no son promovidas por la ideología o la guerra, la ambición por el poder, o la saturación material o explotación sin senti-do. Las verdaderas necesidades de la humanidad son promovidas a través de la consideración com-pasiva de la naturaleza profundamente generosa y espiritual que nos une no solamente a cada uno de los otros, sino, a todo lo que existe. La comprensibilidad de la genuina revolución, llevada a cabo por hombres y mujeres de acuerdo con el género humano y sumisos ante el cielo, es aclarada en la Imagen del kua Revolución mismo:

LA IMAGEN

En el lago hay Fuego: la imagen de la Revolución
Así ordena el noble el calendario
Y clarifica, las estaciones.

A través de la presentación de la ecuación holonómica y particularmente del circuito de reco-lección holonómica tenemos los medios y el patrón para colocar el calendario en orden. En la matriz psi que subyace en el circuito de recolección holonómica, tenemos la clave para hacer evidente las estaciones. Aquí nos referimos a las estaciones de desarrollo psicocultural. Estamos ahora en una posición para pasar de un otoño/invierno de la historia, a la primavera de la posthistoria.
Haciendo este llamado para la total revolución holonómica, la revolución por afinamiento, no podemos engañarnos a nosotros mismos. El pozo de la civilización como es hoy es abundante en material anticuado. La remoción de ese material no es un proceso fácil. La cosa más grande que viene para nosotros, no obstante, es la fuerza de propósito de la evolución y la básica bondad e inte-ligencia que reposan en la raza humana.
Sin embargo, de cara a las cosas honradamente, lo que la revolución holonómica implica es nada menos que la total transformación del orden existente: social, política, cultural y educacional mente. Aún si este cruce es cumplido en la siguiente generación, el proceso de limpieza de los re-mansos y aun más, el proceso de educación y construcción de los fundamentos de lo nuevo, ocupará al menos varias generaciones más en hacerlo.
Por esta razón, es imperativo que el templete-matriz o templete-semilla del futuro orden entre al ser en el tiempo presente. Basado en las premisas de la ecuación holonómica, un templete-semilla tal sería la más importante fuerza en la incipiente revolución global, una revolución dada por el afi-namiento inteligente con los factores naturales (holonómicos) más bien que por el intento voluntario de unos pocos grupos clandestinos por derribar los poderes que ahora rigen sobre el mundo.
Organizados en una red, los templetes-semilla del futuro radiosónico, también poseyendo comunes miras espirituales, deben estar basados en medios no agresivos, o al menos carentes del subyacente egoísmo del presente orden. Ya que tradicionalmente la práctica del arte ha sido el más efectivo medio para la transformación no agresiva de la energía, tanto externa como interna, el arte debe jugar un papel clave y mayor en la presente revolución global. Pero aquí el arte debe ser en-tendido en su sentido aboriginal de curación, purificación, unificación y que lleve al pueblo a unirse en grupos de propósito coherente. Es en esta mira como se ha hecho un llamado para la formación de la "Red del Arte Planetario" como medio para implementar la revolución por el afinamiento.
Fundada en el principio de la holonómica, espiritualmente afinada, orientada no agresivamen-te, artísticamente especializada, capaz de utilizar la amplía panoplia de herramientas que se ha hecho obtenible por el proceso de civilización, la Red de Arte Planetario como una matriz cohesiva de grupos ubicados geománticamente podría proveer el templete-semilla global necesario para cru-zar el cuerpo calloso que nos retorne desde el sueño atribulado de la historia hacia un futuro que es propiamente el nuestro.
Mientras tanto, examine el lector los mapas y continúe por sí mismo o por sí misma, de acuerdo a sus propias habilidades y conocimiento, la lógica de la ecuación holonómica, lógica más allá del capricho humano. Una vez hecho esto, entonces considere qué opciones hay para tomar. Si La Tierra en Ascenso ha de tener algún uso, se mostrará a sí mismo como un libro guía para la era del amanecer. Aquellos que han seguido hasta este punto pueden encontrar en ellos mismos una semilla, y hacer de sí mismos un camino liberando la luz, de tal manera que otros puedan conocerlo.

PostIudio: Sinergia y Holonómica

En julio 1 de 1983, dos días después de haber completado el manuscrito de la Tierra en As-censo, R. Buckmintser Fuller murió, dos semanas antes de su ochenta y ocho avo cumpleaños. Fue a través de la correspondencia que tuve con el Sr. Fuller en 1969 que una noción tal, la del banco psi fue primeramente confirmada por mí. Nuestra correspondencia, subsecuentemente publicada en Principales Corrientes en el Pensamiento Moderno, se ocupó de la transmisión post mortem del con-cepto de sinergia de Charles Henry, quien murió en noviembre 3 de 1926, al Sr. Fuller, quien recibió gran inspiración en 1927 a continuación del nacimiento de su hija, Allegra. Una casual reunión con el Sr. Fuller en 1980, siguiendo una secuencia sincronística de sueños y coincidencias de otras vidas, se estableció aún más profundamente para mí la realidad de una vasta red psíquica contra la cual nuestros egos individuales luchan en vano. Fue poco después de este encuentro casual que yo más formalmente empecé a explorar y articular la realidad de una "red planetaria de arte", como la mani-festación histórico/tangible de banco psi global. Con todo el debido respeto al Sr. Fuller y su incansa-ble entusiasmo para imbuir la conciencia de la humanidad con una dinámica, optimista visión de la integridad del planeta, nosotros mismos, y el universo entero como un todo, un sistema cognoscible, parece apropiado incluir como un Postludio, un mapa holonómico que ilustra la última relación entre sinergia y holonómica.
Las unidades claves en esta relación incluyen la triple configuración binaria, el tetraedro - el asunto principal de la sinergética y el modelo de campo resonante, una imagen originalmente deriva-da de la mente fértil de Charles Henry. En todas estas imágenes, la clave es el número entero tres- la dinámica de tres pliegues de la tripleta binaria, cuya media unidad puede ser dividida simétricamente de tal modo que el axioma sinergístico, 1+1+1= 4 se aplica; el tetraedro, cuya forma de base es un triángulo, tres de los cuales unidos producen un "invisible" cuarto; y el modelo de campo resonante holonómico, que consta de un campo electromagnético radiante, un campo gravitacional concéntrico y un campo biopsíquico de síntesis, la interacción mutuamente resonante de la cual crea un cuarto, la total esfera de campo de la conciencia que avanza, la cual es toda inclusiva y da cuenta del senti-do del tiempo y la duración. El mapa del Postiudio también demuestra la correspondencia entre el octaedro y la división de ocho pliegues de la tripleta binaria en cuatro fases positivas y cuatro negati-vas, tanto como la correspondencia entre el tetraedro de seis vectores y la triple configuración binaria de seis partes. El tetraedro de seis vectores está compuesto de dos triángulos, cada uno de los cua-les iguala a una media unidad de quantum. El tetraedro total de seis vectores es por tanto el equiva-lente de una unidad de quantum. Ya que hay una exacta correspondencia entre la tripleta binaria de seis partes, con sus lados positivos y negativos, con el tetraedro de seis vectores, la triple configura-ción binaria llega a ser otra vía de representación de una unidad de quantum.
Como puede verse, cada lado de la triple configuración binaria también contiene tres triángu-los cada uno, el número necesario para crear un tetraedro. Puesto que un tetraedro consta de treinta y dos ítems de inventario - ángulos, caras, vértices, etc - y ya que hay dos tetraedros contenidos en una triple configuración binaria, hay entonces un total de sesenta y cuatro ítems de inventario conte-nidos dentro de una triple configuración binaria. La relación del número sesenta y cuatro con el códi-go genético y el I Ching sería obvia.
Finalmente, como la estructura base del cubo, el tetraedro, como el cubo, es mostrado circunscrito por la esfera que comprende el modelo de campo resonante holonómico. La esfera puede ser consi-derada la perfecta forma geométrica sin distintivos, de la cual todas las otras formas son giroscópi-camente derivadas. Mostrando el mutuo envolvimiento del tetraedro, la tripleta binaria y los esféricos modelos de campo de la holonómica, uno puede ulteriormente apreciar la magnanimidad intuitiva del genio pionero de la sinergética, R. Buckminster Fuller.
Apéndices

Apéndice I
Cuadrado Mágico de Ocho y Dieciseis, La Contibución de Ben Franklin.

Estas imágenes son auto explicativas. No obstante debería notarse que el otro ejemplo de un cua-drado mágico de 8 también tiene un pulso de 260. Hay una explicación simple par esto si tú sumas los números de 1 a 64 en una forma secuencial, esto es 1+2+3+...+63+64, la suma total es 2.080, número de unidades de la matriz de banco psi que dividido por 8 da 260.

Apéndice II
El Reporte del Arte Planetario como Desesperados Testimonios Terrestres del Pasado.

Este documento fue primero utilizado como la segunda parte de un ensayo, “El Arte Planetario y el Cambio de Paradigma”, publicado en octubre de 1980. Fue primero publicado en ésta amplia forma en el verano de 1980, y ha sido reimpreso dos veces desde entonces. Incluído aquí como un apéndi-ce, delínea los principios básicos subyacentes al establecimiento de la “Red de Arte Planetario”, su-gerida en la Conclusión. El reporte del Arte Planetario, en Toronto, en junio de 1983, y más adelante con el programa presentado por el “Centro para la Paz a través de la Cultura”, proveyó las bases para el actual establecimiento de la “Red de Arte Planetario”. Dedicado a la promoción de los princi-pios de Paz a través de la Cultura como inicialmente fuera articulada por Nicolás K. Roerich (1874-1947), “El Centro para la Paz a través de La Cultura” y la Red de Arte Planetario tienen como una misión primordial la educación acerca de ello y la diseminación de la Bandera de la Paz como un único medio poderoso para unificar los artistas en una escala planetaria.

Reporte del Arte Planetario
Como Desesperados Testimonios Terrestres del Pasado

Aunque su funcionamiento puede parecer casual o aún perverso por mucho tiempo, el arte de nues-tro planeta es un sistema fluído, sujeto a leyes naturales que gobiernan el funcionamiento de toda materia y energía. Ayudado con herramientas tales como computadoras, radar y satélites, hemos extendido nuestra habilidad para expresar el arte y hemos llegado a entender que su funcionamiento envuelve miríadas de interacciones desde lo microscópico a lo global, extendiéndose hasta el sol y el espacio interplanetario.
El arte planetario primero surgió durante la última Edad de Hielo. Con el establecimiento holoceno hace unos 12.000 años llegó a ser un rasgo integral de la cultura humana. Primero a través del ritual, luego a través de la construcción de templos monumentales y los artificios correlacionados, el arte planetario comenzó a articular el flujo de conducción de la cultura en ciertos puntos clave del planeta: Egipto, Mesopotamia, India, Grecia, China, México y Perú. Este flujo se expandió creando interaccio-nes culturales de varias clases, y finalmente se extendió para cubrir el globo a través de una red eléctrica de creciente sutilidad y sofisticación.
Fue durante el período de la global industrialización (1800-2000 DA) que el arte Planetario sufrió su más grande transformación. A pesar de alguna válida experimentación, en general todos los siste-mas locales fueron rotos con el entrometimiento de la industria de la máquina y los medios electróni-cos. En la naciones de economía capitalista el arte de opinión fue transformado en empresa comer-cial; los artistas fueron alentados a competir más bien que asociarse colectivamente. En las naciones donde prevaleció una economía comunista, el arte llegó a ser la herramienta de propaganda del es-tado y fue expresada a través de formas burguesas pasadas de moda.
En 1987 erupcionó una mayor crisis. En los centros capitalistas el arte alcanzó una condición de Máxima Entropía Comercial. En los centros comunistas un masivo paro de artistas produjo una con-dición de Total Estancamiento Estético. Estos fenómenos fueron sintomáticos de la más amplia si-tuación, la Gran Crisis Global de las dos últimas décadas del siglo XX, durante las cuales el colapso de la mayoría de los sistemas sociales, agravado por la creciente guerra y la crisis económica, todo lo cual puso un final a la Civilización Global Industrial.
Fue en este tiempo cuando un arte germinante planetario llegó a la existencia. Todo empezó en el trascendental año 1987. Como algo significativamente suficiente, la actividad inicial ocurrió en con-junción con la destreza del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica (CNIA) en las colinas de las Montañas Rocallosas en el corazón del continente Norteamericano. Como el centro nervioso de uno de las sofisticadas redes científicas planetarias, encargadas del monitoreo de los cambios climáticos globales y extraterrestres, la destreza del CNIA ha llegado a ser crecientemente vital des-pués de la intensificante actividad volcánica y sísmica que dio por resultado la monumental Desvia-ción de la Placa Tectónica Pacífica de 1986.
Dos grupos pioneros operando en el área del CNIA se reunieron durante la primera luna nueva de febrero de 1987. “Exploradores de las Riquezas del Mundo Fenomenal (ERMF)” y la “Unión Mundial de los Guardianes de la Evolución Estética (UMGEE)”. A través de un contrato CNIA los dos grupos fueron capaces de usar el vasto sistema de comunicación para empezar a unir los artistas en otros centros planetarios mayores, instituyendo así la “Misión de monitoreo de las Artes Globales (M.M.A.G.)”. A través de este acto la ERMF y UMGEE afortunadamente se juntaron y publicaron el famoso “Boletín del Arte Planetario y la Energía” de 1987. Como el fundamento de toda la actividad artística que suceda, los puntos básicos de ese Boletín son dignos de repetir aquí:
1- El Arte es una función de la energía. Dada la unidad del género humano como un único organismo planetario, el Arte es el tejido conectivo de expresión que une los organismos individuales a través de transformaciones de energía localizados en los centros emociona-les de esos organismos. La energía emocional es la manifestación móvil expresiva o ex-terna de la energía vital o biopsíquica. Propiamente catalizada a través de la forma, el rit-mo, el color, la luz, el sonido, el movimiento, la energía emocional está directamente rela-cionada con el establecimiento de un equilibrio dinámico con las otras fuerzas del mundo fenomenal, desde los niveles microscópico al galáctico. En otras palabras, no puede haber un apropiado manejo de la energía a cualquier nivel y para cualquier uso sin llevar al apropiado despliegue del sistema de energía del arte. Cuando hay disfunciones del ar-te, todos los sistemas finalmente disfuncionan de acuerdo a William Blake, “si el Arte es Degradado, la Imaginación Negada, la Guerra Gobierna las Naciones”.
2- No hay arte genuino sin transformación de sí mismo. Dada la naturaleza del arte como una función de la energía, encontramos que el arte, la energía y la salud están integral-mente relacionadas. Si el hacedor de arte no está convencido de su propia sanidad y bá-sica bondad y no está trabajando en el sentido de llevar su ser total a alinearse con el es-pectro de la energía universal, entonces el efecto del arte resultante (artefacto) será in-completo y más bien posiblemente destructivo para la salud. La transformación de sí mis-mo es el alineamiento de la energía organísmica personal con el espectro de la energía total acoplada con la adquisición de cualesquiera habilidades que son necesarias para comunicar calidad y profundidad o sentimiento y conocimiento a través de cualquier me-dio.
3- Inauguración de la asociación de maneras estéticas individuales y colectivas. El Arte crea-tivo individual que no es para satisfacer la ambición personal sino para expresar serena y abiertamente el universo como él o ella lo experimenta inevitablemente desarrolla una ac-titud inclusiva, esto es, que el arte incluiría y se comunicaría con tal cantidad de audiencia como sería posible. Siendo el sentimiento universal tanto inclusivo como exclusivo, el ar-tista también busca la posibilidad del mejoramiento estético a través de la asociación co-lectiva con otros individuos que piensan parecido. Esto sienta las bases para los artísticos esfuerzos cooperativos.
4- La universidad del arte planetario incluye el pasado y el futuro en el momento presente. Siendo el arte la expresión de la energía, los grandes monumentos del arte pasado son verdaderamente momentos presentes en el tejido conectivo de expresión del arte planeta-rio. Las estructuras piramidales de Giza, Teotihuacán, Borobadur; las cavernas de Ajanta, la Acrópolis, la Catedrál de Chartres; las pinturas de paisajes Chinos; las mezquitas de Is-fahan, todo abarca una red de puntos de transmisión estética. La energía de la cual ellos son depositarios continúa transmitiendo. Sus transmisiones son nutrientes que se agregan a la salud del organismo. Su forma y estructura proveen claves para el desarrollo del sis-tema del arte planetario postindustrial. Nuevas formas tales como la arquitectura radiosó-nica (combinando la estructura visual de la luz y el sonido). Integran la energía pasada y la futura visión. La futura visión es simplemente aquello que es nacido de un interés por lo que beneficiará el mayor número de gente por tantas generaciones por venir como sea concebible.
5- El reconocimiento del arte como una red planetaria vital para el funcionamiento del orga-nismo humano considerado como un todo interrelacionado es un factor en el estableci-miento de las bases para un nuevo orden social planetario. El organismo planetario ha es-tado mutando más allá de su presente anárquico, se sus limitaciones preholísticas y el ar-te planetario es realmente una herramienta que facilita la presente transformación. La primacía del arte será establecida y nuevamente, más saludables y benéficos modos de vida reemplazarán las estériles actividades en serie de la Transición Industrial. Haciendo pleno uso de la educación y las actividades de ocio hechas posibles por la tecnología de computador, el arte planetario provee formas no amenazadoras de contemplación y ac-ción. Deduciendo de las lecciones aprendidas de los excesos de las antigua monarquía y la democracia industrial, el arte planetario puede presentar formas estéticas enraizadas en patrones jerárquicos orgánicos de la naturaleza. Utilizando las comunicaciones elec-trónicas pueden monitorearse estas visiones en una escala global. Así, mientras hemos registrado un prolongado estadio de anarquía política y barbarie, el arte planetario puede presentear una visión unificada. Esto será de inmensa ayuda en el largo período de re-construcción que se halla por delante.
6- Aquellos que se constituyan en Asociaciones de Arte Planetario deben hacerlo a través de un común respeto por la naturaleza profundamente espiritual del género humano. Sin esta fé en la básica bondad de la humanidad y capacidad para la transformación, el arte plene-tario vacilará en los bancos de arena de la guerra y los crímenes egoístas del pasado.
NOTA: Estos son los principales puntos del Boletín del Arte Planetario de 1987. Prudentemente transmitido a través de un desprendido consorcio conectado de Asociaciones de Arte Planetario, es-tas medidas proveyeron un amplio grado de visión positiva y deleite espiritual a través de los Siete Siglos de Oscuridad que precedieron la formación de la Asamblea Planetaria de los Guardianes de la Tierra, cuando un total florecimiento del arte planetario tuvo lugar. Finalmente reconciliado con el concejo global en Transformaciones de Energía, la Asociación de Arte Planetario puede ahora fácil-mente declarar que el Planeta Tierra ha sido realizado. Paeg.
Consejo Central Solsticio de verano, 735 D.H. (después de Hiroshima).

Reconocimientos

Un libro como este es un estallido hasta lo último, una ordenada densidad refugiada dentro del dolor, la lucha y el caos de la vida diaria. Extraído del laboratorio de mis propias experiencias de vida, y forjado y refinado en él, este libro, no obstante, debe su existencia a muchos otros que me amaron y me cuidaron y soportaron tanto durante el período de tiempo en que este particular volúmen estaba en su gestación, como durante su real formación. El primero de estos es mi esposa Lloydine Burris, cuya infalible perspicacia, inteligencia y tremendo aliento fueron a veces todo lo que yo tenía. Tam-bién debe hacerse mención de los niños en mi vida, cuyas zalamerías y lista curiosidad fueron siem-pre una inspiración: Josh, Heidi, Paul y Tara.
Un libro o trabajo de arte es un llamado, una evocación. En este caso, los que hacen la evocación, y proveyendo la audiencia y el estímulo para muchas de las ideas e imágenes contenidas en estas páginas fueron mis muchos estudiantes tanto de la Universidad de Colorado, en Denver, como en el Instituto Naropa, en Boulder, a quienes expreso mi más profundo aprecio.
Bajo la superficie de las palabras e imágenes debe haber visión. En verdad la visión es una respon-sabilidad personal. Pero aún cuando la visión llegue, a fin de que su significado sea transmitido debe haber las herramientas y la dirección de otros más experimentados. En esta óptica, estoy más agra-decido con mi maestro, Chögyam Trungpa, Rinpoche, cuyo ejemplo y sabiduría sutilmente informa-ron de la corriente de espiritualidad subyacente en la Tierra en Ascenso.
Un libro no es propiamente un idea, sino, una realidad. Que la Tierra en Ascenso tenga una forma mundial es debido a mi viejo amigo y publicista, Sam Bercholz, un hombre de visión e inspiración quien sin titubeos me dijo ve por él!
Hubo gente especial en publicaciones Shambala quienes merecen alabanza y gracias por su cuidado e interés en la producción de este libro, más notablemente mi editor, Emily Hilburn, y el gerente de producción y diseño Eje Wray. También asistieron en el proceso de diseño Gail Renlund y ese alegre genio de la sincronicidad, Howard Wapner.
Finalmente debo expresar gratitud a mucha gente no solo en Norteamérica, sino alrededor del mun-do, quienes cuando yo estuve en dificultad, me dieron el aliento e inspiración para proseguir mi sue-ño. Entre estos, especialmente me gustaría mencionar a Dane Rudhyar y Leila Roel, Jack Burnham, Francis V. O’Connor y Charles y Judy Tard, mi hermano Iván y por supuesto mi madre y mi padre.
Todo lo que queda por agregar a estos es el vasto tejido de los vivos y los muertos, de los cercanos y los lejanos, de todos aquellos que han tocado mi vida y hecho más luminosa y clara la visión que cura. Gracias a todos ustedes.
José A. Argüelles
Boulder, Colorado
29 de Junio de 1983

Apéndice III
El Libro Fórmula Holonómica: La Matriz Psi vacía.

Aquí esta la matriz psi de 2080 unidades basadas en la rejilla de ocho Tzolkins. Los lectores de la Tierra en Ascenso están animados a estudiar esta versión vacía de la matriz y hacerla suya mediante el descubrimiento y el colorear en el patrón de la urdimbre psi por sí mismos. Haciendo así, sería el primer paso en la cración de un libro holonómico coloreado. Con una serie de lápices de colores, ¡cualquiera lo puede hacer!
La belleza del banco psi y los variados patrones y permutaciones binarias derivadas de él es lo que le pertenece y no a otro. Como el arquetipo radiante de los arquetipos, su estructura psíquica penetra todo lo que vive y todo dinamismo que podemos llegar a conocer. Su accesibilidad solamente au-menta abriéndose uno mismo y afinándose uno mismo con su inherente orden radiante. Los patrones y las visiones contenidas en este texto son testimonio de este proceso. Son regalos para toda la hu-manidad. Y como regalos, ellos son claves y herramientas. No solamente hay un libro holonómico coloreado para ser descubierto entre estas páginas, sino, que dependiendo de los talentos y habili-dades de uno, hay virtualmente una fuente inagotable de posibilidades en la aplicación de muchos de los mapas que comprenden la Tierra en Ascenso.
De tal manera, que en adición al libro coloreado, otras recetas incluyen: nuevo sistema de anotación musical, nuevos estudios de interpretación y formas arquitectónicas basados en el I Ching, ambas informaciones del código genético y una variedad de exploraciones basadas en los ritmos de las permutaciones binarias. Más que algo más, sin embargo, las recetas holonómicas contenidas aquí dentro podrían inducir a nuevas formas de síntesis y sinestéticas de conocimiento y expresión. Em-pezando con las gráficas de computador, el arte de las permutaciones binarias puede inducir hasta aquí a formas no desarrolladas de estructuras sintetizantes de luz y sonido. Pidiendo la coordinación de diferentes habilidades, estas nuevas formas inevitablemente llevan al desarrollo social correspon-diente de nuevas cooperativas artísticas, esporas de arte, en los que los talentos de los artistas y técnicos están combinados con los de los científicos y pensadores filosóficos de toda clase para crear esas situaciones ambientales que conduzcan a nuevos niveles de inspiración pública y eleva-ción.
Básico para las nuevas estructuras organizativas de las esporas de arte holonómico es el componen-te terapéutico de sanación y purificación. Masas de la humanidad ahora muertas para la vitalidad viviente del mundo natural pueden ser armonizadas y resensibilizadas a través de experiencias si-nestéticas que son tan profundamente terapéuticas como elevadoras y ennoblecedoras. Tales baños sinestéticos no serán experiencias meramente pasivas, sino que contendrían el imperativo evolutivo que da libre acceso a los instintos de propósito más altos, de tal manera que a través del desenvol-vimiento sinergístico, ulteriores empresas cooperativas se presentarían naturalmente por sí mismas: escuadras eco(lógicas) que purifican y estudian las armonías naturales del entorno terrestre, grupos de investigación psicoatmosféricos, árbitros de recursos geo-económicos, unidades de teatro tera-péutico y así sucesivamente.
De este modo, la ilusoria matriz psi es solo una minúscula invitación para que cada persona explore por sí misma las vastas posibilidades inherentes de la Tierra en Ascenso. La cooperación compasiva y juego habilidoso son solo algunas de las cualidades que pueden se inevitablemente desarrolladas como resultado del forjar nuevas recetas a partir de las infinitas estructuras de relación contenidas en los vastos y armoniosos alcances de este libro. Vamos adelante. Empezando con uno mismo, exten-diéndose al otro, y luego a través de dos llegar a ser cuatro... eternamente inclusivos. No desista hasta que el mundo y uno mismo no sean diferentes.

Estudiar el camino es estudiar el sí mismo;
Estudiar el sí mismo es olvidar el sí mismo;
Olvidar el sí mismo es estar iluminado por todas las cosas
Estar iluminado por todas las cosas
es remover la barrera entre el sí mismo y el otro.
Dogen, 700 P.A.

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